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como desaparecen los objetos de entre los dedos de un jugador de manos, porque todo iba quedando reducido á cero; iban faltando de aquí todas las unidades, todas ellas se iban eclipsando, todos quedaban relegados al olvido; pero yo veia en medio de esta desaparicion que quedaba el Señor Rios Rosas que era bastante para hacer la oposicion al gobierno y á la comision..... Pues, si meditamos en la naturaleza de este congreso, yo, Señores, el encargado por su desgracia de resumir el debate, podria haberme ahorrado este trabajo, diciendo: ¿Queréis la justificacion de nuestro apoyo á un gobierno de política media, de política conciliadora, de política expansiva, de política precisamente constitucional? Pues no teneis más que encargar á esas oposiciones que se contesten entre sí, como lo han hecho ya, que se contesten las unas á las otras. Sin más que empezar por lo que vino primero al debate, que quiero que tenga tambien en mi pobre discurso el órden de prioridad que le corresponde, empezando por las dos enmiendas, que habeis visto y que aquí se han discutido, decidme si no son realmente en vuestro juicio y en el de todo hombre, por poco pensador que sea, dos políticas opuestas, y si la política, que viene á sostener el gobierno, no está en el centro. ¿Y sabeis por qué está en el centro, y sabeis por qué nosotros estamos en el centro con él? Pues precisamente por lo que significan estas dos enmiendas, que han venido á justificar nuestra situa

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eion, que no parece sino que han venido como de encargo para deciros á todos: Veis esos dos extremos? Pues para huir de ellos nos hemos reunido en el centro, para resistir á los dos extremos; precisamente porque no queremos ir á la zona tórrida con el Señor Rivero y abrasarnos con él, y porque no queremos ir á la zona frígida, donde vá el Señor Aparici, para helarnos de frio, por eso nos mantenemos en las dos zonas templadas..... El primer discurso de oposicion, Señores, entrando ya en materia, tomó por tema que la union liberal no habia correspondido á lo que de ella se esperaba cuando subió al poder; que se habia hecho reaccionaria dentro y reaccionaria fuera. Vino el discurso de oposicion número dos, que llamaremos así, y dijo: No, no es ese el defecto del gobierno; no es ese el defecto de la situacion; el defecto de la situacion está en las puntas de liberal que tiene, está en que es demasiado liberal. El discurso de oposicion número tres dice: No; esta situacion no es reaccionaria, ni tampoco excesivamente liberal; los vientos, que soplan hoy, hacen que el gobierno haga política conservadora. El discurso del orador, que dirémos número cuatro, dice: No es política conservadora la que hace el gobierno, no es tampoco política reaccionaria; el defecto del gobierno es que está dominado por una política absolutista. Y el último orador nos dice que el defecto estaba en que no se realizaba la union liberal tal como Su Señoría la conce

bia y nos la describió. Y por consecuencia, cinco discursos representando cinco oposiciones, que pretenden cinco cosas distintas, y que juzgan al gobierno por cinco diferentes lados. Con motivo de los recientes sucesos de Loja, sobre su orígen dijo al Señor Rivero que siempre las revoluciones iban más allá de los deseos de quienes las daban impulso, demostrándolo con la sublevacion de los campesinos de Alemania á consecuencia de las predicaciones de Lutero; y al Señor Aparici y Guijarro que no habian sido tiempos de mayor moralidad y catolicismo que los presentes aquellos en que tropas de Cárlos I. y Felipe II. caian sobre Roma, y en que hubo aquí muchos herejes de todas las clases, y á pesar de no ser época de constituciones, ni de gobiernos parlamentarios, que al diputado por Valencia producian tanto disgusto. De la guerra de Africa hizo cumplido elogio: de la expedicion á Méjico habló con aplauso; respecto de Italia mostróse adicto á su libertad é independencia, y contrario de su unidad por medios violentos y sobre todo á costa de la pérdida del poder temporal del Papa, aun no considerándolo punto de dogma. Esta parte de su discurso es la que tiene mayor relacion á todas luces con la presente biografía. «Pasando de la política exterior á la política interior, parece que es ocasion de decir algunas palabras, que exige mi posicion actual en este congreso, y que pueden explicar la actitud de una parte de la mayoría,

que tiene la misma procedencia que mi humilde persona..... Se ha dicho ya muchas veces que hemos venido aquí procedentes de un antiguo partido, y que hemos venido con nuestros principios á apoyar á un gobierno, que no representa esos mismos principios; y esta es la razon de que frecuentemente se nos estén dirigiendo, sino por todos, por muchos miembros de esta cámara, censuras que hemos oido, no diré con desden, pero sí con tranquilidad, sí con calma; y como se nos solian hacer en un lenguaje, que á nosotros no nos parecia muy parlamentario, por lo mismo tal vez no arrancaban una respuesta. Teníamos y tenemos además la confianza de que, obrando como hemos obrado y seguimos obrando, hacernos en lo que á nosotros cabe un servicio al país, y estamos bajo ese punto de vista perfectamente tranquilos en nuestra conciencia. Se dirá ¿cómo estais ahí con vuestros principios, si vuestros principios no se realizan? En primer lugar, en materia de principios políticos ya sabeis que no hay verdades absolutas, porque verdades absolutas solo se encuentran en el dogma ó en las ma temáticas. En segundo lugar, respecto á principios políticos, como ya en otra parte se ha hecho notar al tratarse de esta cuestion, hay que distinguir la teoría de la práctica. En teoría, Señores, hay principios que son tan halagüeños, que parecen tan razonables y justos que no es posible discurrir nada mejor..... Nosotros no hemos venido aquí ni con el pensamien

to ni con la esperanza de que este gobierno, que se llama de union liberal, habia de practicar todos nuestros principios políticos; pero vinimos aquí porque teníamos ánsia de ver un gobierno constitucional; porque veíamos que el resultado de las administraciones anteriores habia sido funesto, sin duda contra sus buenos deseos. Vinimos, pues, á ver si con nuestra cooperacion contribuíamos á salvar el gran principio liberal, que es la observancia del régimen constitucional, que es la libertad, toda la libertad compatible con el órden público, con la institucion del trono y con los intereses sociales; y salvados estos principios, creiamos nosotros que habiamos contribuido á hacer un gran bien. Llamóse esto, Señores, desde entonces la union liberal; la idea generalmente pareció bien, y tanto que hasta se ha llegado á disputar la paternidad de la union liberal..... Y no sólo los jefes de los partidos medios han proclamado esto como conveniente. Yo recuerdo que en este mismo sitio, hace poco más de un año, el Señor Rivero decia: La union liberal, no os asombre lo que voy á decir, es un resultado lógico, una consecuencia inmediata, una emanacion indispensable de las perturbaciones, que han agitado al país en estos últimos años; la union liberal, añadia, cuenta con grandes raices en el país; la union liberal, decia más adelante, puede ser un punto de partida que nos aleje de los extravíos de la revolucion y de las reacciones; la union liberal, pues, es una idea ló

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