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dad tanta como el que dice así á la letra:-«Ya que la España hemos nombrado, volvamos la vista, hermanos mios, hácia esta patria dichosa y desdichada, que ella mejor que otra alguna nos ha de representar el caos del hermano Ovidio. El Siglo nos cogió realistas puros; el año 12 éramos ya demócratas y lo éramos con entusiasmo; vencimos en guerra al Hércules del Siglo que parecia imposible, y en política nos pusimos delante de todo el mundo; y la España saltaba de gozo de verse tan libre y tan valiente; pero el año 14 vino un rey á quien queriamos con delirio, porque no habia hecho nada, y sacudió un puntapié á aquella Constitucion que queriamos tanto, y poco faltó para divinizar al rey que hizo lo que nadie esperaba, y se desquitó en un dia de lo que en tantos años no habia hecho; pero llegó el año 20, y nos volvimos á hacer demócratas con más entusiasmo que antes, y poco despues no faltó el canto de una peseta para echar á vivir con los peces á aquel rey tan querido; pero llegó el año 23, y el rey querido nos puso muy á su sabor todos los sacramentos del despotismo, y la nacion lo celebró con grandes fiestas y grandes barbaridades; pero á los diez años aquel rey se murió, y todo el mundo pareció alegrarse de que hubiera muerto su rey querido (salvo del sentimiento que todos tuvimos de su muerte), los unos por considerarle un obstáculo para la libertad, y los otros porque decian que se iba haciendo liberal; y los primeros

se pusieron á pelear para alcanzar la libertad que impedia aquel rey, y los otros se pusieron á pelear por afianzar el despotismo que impedia aquel rey, que por lo visto no se sabe lo que era, y se armó un zipizape de ideas que duró siete años; y como unos y otros llevaban las ideas en las bayonetas y en los cañones, eran ideas que pinchaban cuerpos y descabezaban hombres, y nos llenaron los campos de cadáveres españoles; pero al fin triunfaron las ideas de las bayonetas liberales, y la nacion lo celebró con fiestas y regocijos públicos. Entretanto la reina viuda nos dió un Estatuto, que nos llenó de gozo, porque decian que era lo que pedian las ideas de la nacion; pero á los dos años las ideas de la nacion ó unos soldados pidieron la Constitucion aquella del año 12, y nos la dieron, y la nacion la recibió; pero al año siguiente nos dieron otra Constitucion, y el año pasado otra, y hoy dia de la fecha, aunque dicen que tenemos una Constitucion, yo apuesto mis hábitos y mis capillas, mis pelucas y mis antiparras, y me ofrezco á echarme de cabeza de este Monte Blanco en que estoy subido, si entre todos los que me estais aquí acompañando, y otros que vengan, podeis decirme qué es lo que tenemos, qué es lo que queremos, qué es lo que tendrémos y qué es lo que deseamos. Si ne preguntais lo que hemos tenido en España en lo que vá de Siglo, eso ya os lo podré decir. Hemos tenido mucho, muchísimo mas que lo que pudiéramos apetecer. Hemos

tenido dos reyes que abdicaron y una reina á quien se queria hacer abdicar por fuerza: hemos tenido dos Regencias y una Gobernadora: hemos tenido monarquía absoluta tres veces: hemos tenido tres veces la Constitucion del año 12: hemos tenido un Estatuto y dos Constituciones. Total diez y seis cosas distintas, fuera de las diez y seis, nada.» Algunas más pudiera hoy añadir á la cuenta, sin tener mayor producto, bajo el concepto de llegar á una situacion definitiva y normal del todo en armonía con las luces de la época y como galardon de los sacrificios hechos por la nacion española para asentar la libertad civil y la libertad política sobre sólidas bases.

y

A principios de 1846 fué la apertura del Teatro Social y su última funcion el 30 de Agosto, por anunciar Fray Gerundio que se iba é dedicar á otro género de trabajos literarios, no muy compatibles con una publicacion de esta clase. Más de un año permaneció silencioso, durante el cual se celebraron las reales bodas, y hubo tres ministerios bajo la presidencia sucesiva del duque de Sotomayor, de Don Joaquin Francisco Facheco y de don Florencio García Goyena, sin contar el de Istúriz caido y el del Duque de Valencia nuevamente elevado. Así faltóle ocasion para hablar de la administracion puritana, que abrió las puertas del suelo nativo á todos los españoles expatriados por sucesos antiguos ó recientes. Una amnistía general dióse entonces: no podian ser compren

de

didos en ella dos personajes, el príncipe de la Paz y el duque de la Victoria: con reconocer al primero todos sus títulos y grados y con nombrar al segundo senador del reino, se les habilitó muy decorosamente para volver á España. Estas y otras providencias liberales inspiráran sin duda imparcial alabanza á Fray Gerundio, no desagradándole tampoco lo muy próximos que estuvieron á subir al mando por aquel tiempo los progresistas. Ya el año de 1847 corria por el mes de Noviembre, cuando Mr. Arban fué causa que al público diera otra vez razon de su persona de su lego inseparable en el opúsculo titulado Viaje aerostático de Fray Gerundio y Tirabeque. Dividida está la obra en dos partes: una reseña histórica de los medios empleados para la navegacion aérea de antes y despues de la invencion de los globos contiene la primera, y política y en estilo festivo es la segunda. Con Mr. Arban supone que suben fraile y lego y que ven revolotear un papel por los aires, al cual echan mano, y que es el discurso de la corona al abrirse la legislatura de aquel año. Ningun pasaje mejor que el siguiente patentiza su manera de ver por

y

entonces nuestras cosas.

«Por este medio (continué leyendo) llegará al fin el anhelado momento de la reconciliacion de todos los españoles, y en que, extinguido hasta el recuerdo de las pasadas discordias, no se vean en derredor del trono más que españoles hermanos.....>

->Sin salir de las Córtes me lo direis dentro de algunos dias, murmuró Tirabeque.

«Igualmente dispuestos á cooperar al afianzamiento de la paz pública, á cuya sombra solo se arraigan y prosperan las instituciones, hay garantías para el ciudadano y dicha y libertad para los pueblos. Señores senadores y diputados: esta es la grande obra á que hace tiempo están llamadas las Córtes con el Trono.»

-Señor, dijo Tirabeque, esa es la mayor verdad que contiene todo el discurso: tiempo hace, y no poco, que están llamadas las Córtes á esa grande obra; pero tiempo hace tambien que así han hecho ellas la grande obra como si para tal cosa las hubieran llamado. Y vea Vd. si hay por ahí algo más que valga la pena.»

Más y más remontados finje Fray Gerundio que divisan la Europa, y principalmente llaman su aten.... cion la lucha del Sonderbund en Suiza y el anhelo por las reformas en Italia; sobre cuyos puntos se expresa de este modo.-«¡Pobre Helvecia! La sangre de tus hijos volverá á inundar tus valles, porque los hermanos vuelven á pelear con los hermanos. Gracias pueden dar á esas poderosas naciones, á esa Austria y á esa Rusia, y lo que es más extraño á esa Francia, que en vez de interponer su influjo y mediacion, para que termináran pacíficamente las discordias y partidos que dividen tus cantones, acaso los

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