Imágenes de páginas
PDF
EPUB

ponder á las justas exigencias de sus comitentes, habria de merecer que, hecho cargo de la perentoriedad é importancia de los negocios que se hallan á su cuidado, se sirviese V. manifestarla con la brevedad que de suyo requiere asunto tan importante, hasta qué punto puede contar con la cooperacion de las luces, laboriosidad y patriotismo que le adornan y que tanto han influido para depositar en V. su confianza.»

Otras diversas manifestaciones fueron motivo para que el Señor Lafuente se alegrase de su cesantía. Al obtener su primer destino tocaba á su fin el ministerio de Don José María Calatrava, adalid antiguo de las ideas liberales, consecuente desde las córtes generales y extraordinarias de Cádiz hasta que pasó de esta vida á la eterna, con fama de rectitud y desinterés en grado surno, sin dejar con que satisfacer sus honras. Del primer destino administrativo privóle el ministerio existente bajo la presidencia del Conde de Ofalia, togado muy distinguido y diplomático ilustre, bien que nunca fué más que un absolutista de ideas templadas. Insinuaciones tan elocuentes ahorran de comentarios. Entre la plaza de oficial primero de la Diputacion provincial de Leon y la secretaría de la Diputacion provincial de Cáceres sin duda optara por el destino de mayor sueldo, no teniendo otros recursos que el propio trabajo, si la inopinada cesantía no le sugiriera el propósito de venir á Madrid á probar fortuna con su Fray Gerundio por base. Desde su tras

lacion á la córte experimentó que habia obrado inspiradamente, pues con fabulosa celeridad se le aumentaron las suscriciones. Igual tino tuvo en la eleccion de imprenta y de administracion para su periódico afamado. A la sazon habia aquí un jóven de laboriosidad é inteligencia, sobre el cual tengo que decir algunas palabras, ya por ser oportunas, ya por lo que gusta hablar de amistades antiguas á los que somos cincuentones. Pero antes conviene hacer mencion honorífica del verdadero maestro de los periodistas de nuestra patria en la época presente, de don Andrés Borrego, que montó El Español en todos sentidos á la altura de los periódicos más célebres de Europa. Bajo su direccion brillaron excelentes redactores y muy ilustrados corresponsales; y á cargo de Don Angel Ramon Martí puso las sesiones de cortes, por ser hijo del inventor de la taquigrafía española y el más idóneo á todas luces para organizar los trabajos de forma de armonizar la fidelidad y la prontitud en la publicacion de los discursos de próceres y procuradores. Como taquígrafos de El Español figuraron Don Engenio María Lopez y Don Antonio María Segovia con otros aun vivos: de los difuntos recuerdo siempre con dolor fraternal á Don Juan Bautista Delgado, feliz poeta y escritor humorístico de nota, que no llegó á cumplir cuatro lustros. Allí fuí minimus inter omnes, y de entonces data mi amistad íntima con el elegido por Don Modesto Lafuente para imprimir su

Fray Gerundio y administrarlo de igual modo. Ya se adivina que hablo de Don Francisco de Paula Mellado. No teniendo más que treinta y cinco ó cuarenta duros de sueldo y habitando un cuartito de la calle de Santa María, con sus ahorros compró unas cajas y una prensa y tomó los indispensables operarios para publicar La Estafeta, primer periódico de noticias de que hago memoria, cuya suscricion mensual costaba cuatro reales y que se distribuia todas las noches. Tambien corresponde al Señor Mellado la iniciativa en el método de buscar á los suscritores en sus casas, hoy llevado al último abuso. Novelas traducidas y baratas ideó publicar en fijos plazos, y redactando un prospecto y confiando su propagacion á muchachos listos, muy luego se halló con suscritores bastantes para cubrir gastos y tener muy regular ganancia. Su imprenta necesitó mayor ensanche, y en una casa de la call de las Huertas dióselo al punto. Otro plan más vasto concibió su feliz ingenio muy pronto, el de una Biblioteca popular á alcance de todas las fortunas, sobre la base de repartirse cada dia un pliego de obras de buenos autores, nacionales y extranjeros, por el precio ínfimo de dos cuartos. Apenas conocido el pensamiento nuevo y atractivo de suyo, bien cabe afirmar que le llovieron las suscriciones. Más amplitud hubo de dar naturalmente á su establecimiento, y entonces llevólo á la calle del Sordo y al local mismo que hoy ocupa La Dulce Alianza. Allí fué donde el editor y el

periodista contrajeron las primeras relaciones, estrechadas por el parentesco antes de mucho, puesto que hermana del Señor Mellado es la viuda del Señor Lafuente, y su primogénito pasa de veinte años.

¿Cuál era la situacion política de España cuando en Madrid se empezó á publicar el Fray Gerundio? Con el Estatuto habia creido posible Don Francisco Martinez de la Rosa llenar las aspiraciones generales de los antiguos y modernos amantes del liberalismo. Lo craso de su error en seguida saltó á los ojos. Tal especie de restauracion de nuestras antiguas instituciones fuera derivacion propia de las solemnes promesas voluntariamente empeñadas en el manifiesto de Valencia de 4 de Mayo de 1814 por el rey Fernando: tambien cuadrara á maravilla despues de haber caido el sistema constitucional por segunda vez ante cien mil franceses, cuando su monarca aconsejaba al nuestro que gobernara con templanza. Despues de la reaccion espantosa de 1823 y en lucha contra las huestes del pretendiente Don Carlos y con una minoría bastante larga en perspectiva, no cabian términos medios. Entre la libertad y el despotismo era la pugna á todo trance; y la opinion liberal reclamaba legítimamente mayor desahogo, y prenda más segura de que

los derechos de la nacion jamás volverian á ser atropellados por voluntades arbitrarias. Desde la primera legislatura de los Estamentos vióse así muy en claro: de ella salió quebrantadísimo el ministerio del

Señor Martinez de la Rosa; y cuando el Señor Conde de Toreno tuvo encargo de formar otro, no vaciló en elegir por compañeros á hombres de opiniones tan pronunciadas como Don Manuel García Herreros, Don Juan Alvarez Guerra y Don Juan Alvarez y Mendizabal sobre todos. Este último hallábase en Londres y gozaba de la popularidad consiguiente á sonar como alma del restablecimiento de Doña María de la Gloria en el trono, que le tenia usurpado su tio Don Miguel de Braganza: cuando llegaba á tomar posesion del ministerio de Hacienda, casi no ejercia el Gobierno su autoridad más que sobre Madrid y sus arrabales: toda España estaba levantada en sentido más liberal que el existente de un cabo á otro; y toda España aquietose tan luego como vió á Don Juan Alvarez y Mendizabal al frente de la Gobernacion del Estado. Mucho se ha escrito y por todos los tonos contra su persona, y únicamente con parcialidad necia se aseveraria que sólo merece altos encomios; pero de justicia es consignar que reanimó el espíritu público de seguida y como por arte de mágia, asegurando luego el triunfo de la revolucion española con las diversas providencias por cuya virtud se declararon bienes nacionales todos los de los conventos y monasterios. Debida le es la estátua, que á costa de la nacion está ya labrada y fundida en bronce; y un dia ú otro su ereccion se llevará sin duda á dichoso remate.

No habia nadie que no considerase necesaria la

« AnteriorContinuar »