Fábulas literarias de D. Tomas de Iriarte. El sí de las niñas

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S. Burdett, 1833 - 267 páginas

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Página 74 - Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad.
Página 22 - Qué? Podencos dices? Sí, como mi abuelo. Galgos, y muy Galgos: Bien visto lo tengo. — Son podencos: vaya, Que no entiendes de eso — Son Galgos te digo — Digo que Podencos.
Página 58 - Yo, respondió la Salvia, voy á China; Que allá con sumo aprecio Me reciben por gusto y medicina. (*) En Europa me tratan de salvage, Y jamas he podido hacer fortuna. Anda con Dios; no perderás el viage; Pues no hay nación alguna Que á todo lo estrangero No dé con gusto aplausos y dinero.
Página 82 - ¿Qué temeridad es esta? (Se levanta con mucho enojo, encaminándose hacia don Carlos, que se va retirando.) DON CARLOS Ya se lo dije a usted... Era imposible que yo hablase una palabra sin ofenderle... Pero acabemos esta odiosa conversación... Viva usted feliz, y no me aborrezca, que yo en nada le he querido disgustar... La prueba mayor que yo puedo darle de mi obediencia y mi respeto es la de salir de aquí inmediatamente...
Página 82 - Usted celebrará sus bodas cuando guste; ella se portará siempre como conviene a su honestidad ya su virtud; pero yo he sido el primero, el único objeto de su cariño, lo soy y lo seré. . . Usted se llamará su marido; pero si alguna o muchas veces la sorprende y ve sus ojos hermosos inundados en lágrimas, por mí las vierte.
Página 18 - Diego. Cierto que es consuelo tener, así, una criatura y... Doña Irene. ¡Ay! ¡Señor! Dan malos ratos; ¿pero qué importa? Es mucho gusto, mucho. D. Diego. Yo lo creo.
Página 23 - La detencion ha sido para que la señorita visite á otra tia monja que» tiene aquí, tan arrugada y tan sorda como la que dejamos allá. Ya la ha visto, ya la han besado bastante, una por una, todas las religiosas, y creo que mañana temprano saldremos. Por esta casualidad nos....
Página 43 - Yo no conozco a su madre de usted, ni... Vamos, ahora nada se puede hacer... Su decoro de usted merece la primera atención. DOÑA FRANCISCA Es mucho el empeño que tiene en que me case con él. DON CARLOS No importa. DOÑA FRANCISCA Quiere que esta boda se celebre así que lleguemos a Madrid.
Página 75 - ... pronunciar, cuando se lo manden, un sí perjuro, sacrilego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas; y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo. DOÑA FRANCISCA Es verdad . . . Todo eso es cierto . . . Eso exigen de nosotras, eso aprendemos en la escuela que se nos da ... Pero el motivo de mi aflicción es mucho más grande.
Página 37 - En estas materias tan delicadas los padres que tienen juicio no mandan. Insinúan, proponen, aconsejan; eso sí, todo eso sí; ¡pero mandar!... ¿Y quién ha de evitar después las resultas funestas de lo que mandaron...

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