Tú mis pasos dirige, Tú inspira mis ideas Y mi espíritu todo Cual tuyo señorea. Mira cómo á tu influjo En pláticas amenas Exhala de su llama La concentrada fuerza; O bien cual de tus ojos Pendiente se desvela, Por descifrar las cuitas Que en tu pecho se albergan, Y solícito corre Buscando por do quiera Mil medios exquisitos Que aliviártelas puedan; O tal vez contemplando La afectuosa inocencia Con que en mi fe confias, Con que á mi amor te entregas, Ufano con sus dichas, Tan solo se querella De que rápidas vuelen... ¡Feliz yo si pudiera Encadenar del tiempo La disparada rueda, Y en invariable gloria Tu voluntad suprema Acatando, empaparme En tu plácido aliento Y en tu risa halagüeña, Olvidado del mundo Y de la envidia ciega!
D. Nicasio Alvarez de Cienfuegos.
MIS TRANSFORMACIONES.
¡O! si á elegir los cielos Me diesen una gracia ! Ni honores pediria, Ni montes de oro y plata Ni ver el orbe entero Postrado ante mis plantas Despues de cien victorias Sangrientas é inhumanas : Ni de laurel ceñido, Al templo de la fama, Con una estéril ciencia Orgulloso, me alzara, Gozen de tales dones Los que infelizes aman Comprar con su reposo Los sueños de
esperanzas. Yo, que mis dias cuento Por mis amantes ansias, A mi placer pidiera Que mi ser se mudara. Cuando mi bien al valle Desciende en la alborada, Allí al pasar me viera Rosita aljofarada.
Rosita, que modesta
Con süave fragancia Atrayendo, á sus manos Me diera sin picarla. Y luego allá en su pecho Cuan gozosa y ufana
Con mi ardor realzara ! Despues... Despues ¿ qué hiziera? Sombra fugaz y vana, Un sol no mas seria
Mi gloria y mi esperanza, Tan pasajeros gozos No, rosas, no me agradar. A Dios, que al aire tiendo Mis rozagantes alas. Mariposilla alegre, Imagen de la infancia, En inquietud eterna Iré girando vaga.
Bien como el iris bella, Frente á mi dulce Laura
En un boton de rosa Me quedaré posada, Ella querrá cogerme, Y con callada planta Vendrá, y huiré, y traviesa La dejaré burlada,
¿Y si el rozío moja
Mis tiernezitas alas?
Me sigue, soy perdida,
Me prende, y me maltrata.
Ya besaré al descuido
Sus mejillas de nácar. Hora en eternos giros Cercando su garganta, En sus hibleos labios Empaparé mis alas.
O bien, si allá en la siesta Dormida en paz descansa, Yo soplaré en su frente Mis mas suaves auras, Y cuando mas se pierda Su fantasía vaga, Umbrátil sueñecito
Me iré á ofrecer á su alma. i O cuanta dulce imágen, Cuantas tiernas palabras Allí diré, que el labio Quiere decirle, y calla! Mas favorable acaso Que pienso yo, á mis ansias Sonreira quien sabe Si mis cariños paga ? ¡ O si á mi amor eterno Correspondieses, Laura! Por todo el universo Mi dicha no trocara. Idolo de mis ojos,
Diosa de toda mi alma, ; Pagárasme! y al punto Cesaran mis mudanzas.
EL PROPÓSITO.
¡Salve, mi querido albergue! ¡Salve, mansion solitaria,
Nido feliz, do las Musas
El gozo y la paz me guardan! ¿Que en fin á tu dulce abrigo Torno otra vez?¡ cuantas ansias Probó enagenado el pecho Que jamas en tí probara! El amor... ¿qué no ha perdido El amor? ¡Ah! todo es tramas, Todo falsedad y engaños, Todo doblez é inconstancia. Me habló, le creí, le sigo, Yay! que al dolor me guiaba. ¡ Crédulo yo! ¿qué valieron Mis experiencias pasadas? Fué acaso la vez primera Que, al mar del amor lanzada, Solo naufragios terribles
Halló mi perdida barca?
Me acuerdo que en otro tiempo, Saliendo de una borrasca, A Dios para siempre, dije A las fluctuantes aguas, Mi chozita, mi inocencia Y mis amigos me bastan. No mas amor, que las hembras Todas son unas y engañan. Esto decia, y ya entonces De lejos me preparaba El amor en nuevos lazos
Nuevas y nuevas desgracias. Le ví, resistí; no pude...
Es tan tiernezita mi alma !
Jura no amar cada dia,
Y cada dia mas ama.
Fui débil, cedi; ¡ qué mucho,
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