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aprecio y respeto de los hombres, debió ser en las primeras edades del mundo un instrumento absolutamente necesario. Las bestias ferozes renunciando á sus bosques arrastradas por los dulces acentos de la lira de Orfeo, Anfion que al son de la suya edifica á Tebas, no son sino el emblema de esta verdad, y la alegoría con que la antiguedad reconocida ha trasmitido á las generaciones futuras, la memoria del imperio sobrenatural que ejerció sobre los demas hombres, el primero que encadenandolos por el prestigio de los sentidos, los obligó á acercar sus cabañas á la suya, y dictó las primeras leyes de la sociedad.

Familiarizados con el estado de perfeccion social á que. nos ha tocado pertenezer, creemos que la especie humana ha sido siempre lo que es en el dia. El hombre calculador del siglo XIX puede ser conducido por frios raziozinios; pero el hombre de las selvas, el hombre de los primeros tiempos de la sociedad no tenia mas que sentidos: para mandarle, era preciso dominarle ; y para dominarle, extasiarle. Un poeta y un músico serian los peores legisladores que pudieran darse á los hombres de la edad presente; pero solo un músico ó un poeta podian ser los legisladores de la sociedad naziente. El hombre desconfiaria hoy de quien empezase por seduzirle; no podia entónces ceder sino á quien le sedujese.

En todo tiempo ha sido y será siempre cierto lo que dice Quintiliano (1): no puede entrar en el corazon lo que tropieza en el oido; pero para fijar la atencion de los hombres en este estado de grosera rudeza, para producir impresiones durables sobre órganos de tal rigidez é inflexibilidad, se necesitaba interesarlos agradablemente, conmover

(1) Nihil potest intrare in affectum, quod in aure, velut quodam vestibulo, statim offendit. QUINT.

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los de un modo fuerte, emplear en fin toda la magia de la armonía (1); mientras que por la medida se hacian al mismo tiempo mas distintas las percepciones, y se facilitaba su análisis. En el dia, acostumbrados á trabajar de un modo tan fino sobre los signos de nuestras ideas, las reticencias, las espresiones elípticas, la velozidad del órgano de la palabra, las supresiones de sílabas enteras, nada es un ostáculo, nada detiene la rapidez incalculable de nuestro entendimiento, acostumbrado á abrazar en un monosílabo una serie infinita de percepciones, y aun de juizios; mas la emision de los primeros signos entre los primeros hombres tuvo que ser necesariamente muy pausada y distinta, y no podia menos de tomar un carácter rítmico y cantante. Así es que, en cierto modo, podemos decir, que en la invencion de la poesía y de la música, el oido no ha hecho mas que juzgar de lo que la necesidad dictó.

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que

Pero donde mas sobresale y reluze la influencia de la poesía sobre la civilizacion es en la última calidad Cabanis le asigna, es decir, como medio de retener las impresiones, y trasmitir su memoria. Todo el saber humano se reduze á la ciencia de los hechos, y la civilizacion no es mas que el producto de la tradicion. Abandonado el hombre á la esperiencia aislada del individuo, su civilizacion habria escedido en bien poco el instinto del urangutango y el castor. Reflexionemos pues que la poesía era entonces el

- (1) No se crea que pensamos por esto que los primeros músicos y poetas fuesen ya un prodigio del arte. Suponemos la música y la poesía en el mismo estado de imperfeccion, y sometidas á la misma progresion que todo lo demas; mas suponiéndolas en este estado, los efectos produzidos no serian menos asombrosos. Un pedazo de vidrio es un objeto de admiracion para el salvaje; cuantas preciosidades encierra el palacio del primer Soberano de Europa, son á nuestra vista objetos casi indiferentes.

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único medio de tradicion, y que en el largo intervalo de la infancia de la sociedad, ella ba sido el único órgano de la moral, de la legislacion y de la historia. ¿Cual es la nacion, cual es el pueblo que no deba á la poesía sus primeras nociones de virtud y de justicia, y la memoria de los primeros ejemplos? Recorramos rápidamente una parte de la historia de los primeros legisladores, y de los primeros libros. Bajo el artificio de un verso hizieron recibir á los Cretenses y Espartanos sus preceptos y sus leyes. Radamanto y Minos Táles y Licurgo su discípulo (1). En verso estaban las tablas que contenian las leyes de Solon, y los fragmentos (2) que han llegado á nosotros de este poeta legislador, prueban hasta la evidencia el uso que hacia de la poesía para formar las costumbres de los Atenienses, consolidar su gobierno y dirijir su política. Los Bardos de los Germanos, los Druidas de los Galos y Bretones, entre los cuales habia una clase con el nombre de Vates, los Escaldros de los Escitas no dejan una duda de la influencia de la poesía sobre la civilizacion de estos pueblos bárbaros; y en cuanto á nosotros, los antiguos Túrdulos teniar, por testimonio de Estrabon (3), sus leyes todas en verso, y poemas de una antigüedad prodigiosa. Si dejando la Europa, consultamos los pueblos del Asia, el Zenda Vesta de los Persas, todos los libros sagrados que conocemos de los Bracmanes de la India, el Mahabharat, el Bhaguat Geeta, todos los Sharters y Puranones (4), no son sino otros tantos poemas que

(1) Estrabon, lib. 10.

(2) Philon, lib. 1 de opificio mundi. Clement Alexand., lib. 6 Stromatum. Collectio vetustissimorum autorum, ex editione Joannis Crispini.

(3) Estrabon, lib. 3.

(4) Discurso preliminar de la traduccion' del Bhaguat-Geeta por Wilkinn.

contienen la religion, la moral, las leyes y cuanto forma la civilizacion de estos pueblos célebres; y hasta el Dios del Sinaí y del Oreb empleó la magia de la poesía para conduzir y gobernar su pueblo. Dióle un poeta por legislador (1), y continuó hablándole siempre por la boca de los profetas,

para enseñarle á cantar sus glorias y adorarle, ó para dictarle los consejos de la sabiduría, ó para inspirarle terrores saludables.

razon,

Mas no se crea que si insistimos tanto sobre la influencia de la poesía en los primeros tiempos de la civilizacion, es porque desconfiamos de probar su posterior utilidad é importancia. Una vez descubierto el buen camino, no hay mas que seguirle. Cualesquiera que sean los progresos de la nunca podrán perder su importancia y utilidad los medios que fijan nuestra atencion, facilitan nuestro análisis, produzen en nosotros impresiones durables, hacen mas distintas nuestras percepciones, y mas fácil el recuerdo de ellas. La poesía es semejante al hierro : las artes que le deben su nacimiento no podrán nunca emanciparse de él; siguiendo el curso de su perfeccion, y envolviéndose con ellas, multiplicará sus usos y conservará su imperio. El que la poesía ejerce sobre la civilizacion y las costumbres, está fundado sobre nuestra organizacion : hija de la perfeccion de nuestros sentidos y de la debilidad de nuestro espíritu, no puede perder su utilidad, mientras no dejemos de ser lo que somos, es decir, un conjunto inesplicable de miseria y de grandeza. Mientras que nuestro oido descontentadizo rechaza con disgusto todo sonido inarmónico, nuestra débil vista no puede resistir el aspecto hermoso, pero sobre humano y celeste de la verdad desnuda, y forzada á men

(1) El famoso cántico al paso del Mar Rojo es una prueba de esta

verdad.

digar de la poesía su atavío y su prestigio, cubierta unas vezes con un velo modesto y sencillo, encierra en una fábula los preceptos y máximas de la vida comun, derrama en el alma tierna del niño las primeras semillas de la virtud; armada otras con la punzante flecha de la ironía y de la sátira, hiere nuestro amor propio, censura las costumbres; ó calzando el zueco, ridiculiza nuestros defectos, arranca al vicio su máscara, y nos presenta en toda su deformidad la fria insensibilidad del avaro, ó la ratera bajeza del cortesano, ó la infame perfidia del hipócrita. Ya festiva y lijera, transijiendo al parecer con nuestra flaqueza, toma parte en nuestros placeres, y con el vaso en la mano, cantando las escelencias del licor precioso de Escío y Lesbos, de Másico y Falerno, nos enseña á despreciar la fortuna, á ser superiores á los males de la vida, y proclama así la independencia de la virtud. Ya patética y sentimental, fecundiza el gérmen de nuestras pasiones benéficas, refina nuestra sensibilidad, abre nuestro corazon á las dulces afecciones del amor, de esta pasion, que si algo tiene de malo y de grono es ciertamente lo que tiene de poética. Ya elevándose majestuosamente, ó canta en el éxtasis de una inspiracion la inmensidad de un Dios y la perfeccion de sus obras, ó llena del entusiasmo de la virtud, honra y trasmite a la posteridad el nombre glorioso de sus héroes, sirviendo á un tiempo de leccion y de estímulo; ó calzando enfin el coturno, nos amedrenta con el aspecto horrible del crímen, truena en presencia de los tiranos, y de los impostores, y vengadora de la virtud ultrajada, á la faz misma de los monstruos que combate, arma contra ellos el brazo de la opinion, y proclama con voz impávida las verdades que roen su alma y causan su suplicio.

sero,

á

¡Ateos del Parnaso! ¡Impugnadores injustos de su culto! El espíritu de paradoja ha estraviado vuestra razon hasta

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