Imágenes de páginas
PDF
EPUB

en que se establecia que la reina Isabel tendria durante su vida el goce del ducado de Parma. Para asegurar al infante en la posesion de los ducados que habian de aplicársele, proponia que las dos coronas de España y Francia contribuirian con un subsidio anual por partes iguales. Y por último encomendaba al rey Luis XV su sobrino y ponia en sus manos la suerte de su esposa y la de los dos hijos de esta, Cárlos y Felipe, que era el depósito mas tierno que podia confiarle (1). Parecia este documento, mas bien que una nota diplomática, una disposicion testamentaria, ó por lo menos una especie de anuncio ó presentimiento de lo que le iba pronto á suceder. En efecto, la salud de Felipe, además de la habitual melancolía que dominaba su espíritu, se habia ido quebrantando con tantas inquietudes, y aunque hacia algun tiempo que no habia padecido ataques de aquellos que hicieran temer un inmediato peligro para su existencia, no pudo resistir á uno de apoplejía que le llevó arrebatadamente al sepulcro (9 de julio, 1746), acabando sus dias en el palacio del Buen Retiro y en los brazos de su esposa, á los cuarenta y siete años de reinado y á los sesenta y tres de su edad (2).

La noticia de este importantísimo acontecimiento suspendió los ánimos de todos, esperando el nuevo giro que necesariamente habian de tomar los negocios que habian producido aquella guerra.

CAPITULO XXIII

Gobierno y administracion. Movimiento intelectual

Carácter de Felipe V.-Sus virtudes y defectos.-Medidas de gobierno interior.-Aumento, reforma y organizacion que dió al ejército.—Brillante estado en que puso la fuerza naval.-Impulso que recibió la marina mercante.-Comercio colonial.-Sevilla; Cádiz; Compañía de Guipúzcoa.-Industria naval.-Leyes suntuarias.-Fabricacion: manufacturas españolas.-Sistema proteccionista.-Aduanas.-Agricultura. - Privilegios á los labradores.—Contribuciones.-Arbitrios extraordinarios.-Correccion de abusos en la administracion.-Provincias Vascongadas: aduanas y tabacos.-Rentas públicas: gastos é ingresos anuales.-Aumento del gasto de la casa real.-Pasion del rey á la magnificencia.-Construccion del palacio y jardines de San Ildefonso.-Palacio Real de Madrid.-Real Seminario de nobles.-Proteccion á las ciencias y á las letras.-Creacion de academias y escuelas.-Real Academia Española.-Universidad de Cervera.-Biblioteca Real de Madrid.-Real Academia de la Historia.-Id. de Medicina y Cirugía.-Aficion á las reuniones literarias.-El Diario de los Literatos.Sabios y eruditos españoles.-Feijóo.-Macanaz.-Médicos: Martin Martinez.-Fr. Antonio Rodriguez.-Historiadores: Ferreras; Miñana; Belando; San Felipe.-Mayans y Ciscar.-El dean Martí.-Poesía.Luzan: su Poética.-Aurora de la regeneracion intelectual.

[blocks in formation]

6. Cárlos, que nació en 20 de enero de 1716, primeramente gran duque de Toscana, Parma y Plasencia, y á la sazon rey de Nápoles y de Sicilia.

7. Francisco; que nació el 21 de marzo de 1717, y murió el 21 de abril siguiente.

8. Felipe; que nació el 15 de mayo de 1720. Es el que dejamos ahora sosteniendo la campaña de Italia.

9. Luis Antonio; nacido en 1723, y creado arzobispo de Toledo y cardenal en 1735.

5. María Ana Victoria; que nació en 1715, desposada primeramente con Luis XV de Francia, y casada despues en 1729 con el príncipe del Brasil, que fué rey de Portugal.

10. María Teresa Antonia; nacida en 1728, casada en 1745 con Luis, delfin de Francia, murió este mismo año de 1746.

tantas negociaciones diplomáticas; tantas y tan diversas confederaciones y alianzas entre las potencias de Europa; tantos y tan diferentes tratados de paz y amistad, tan frecuentemente hechos y tan á menudo quebrantados; tantas empresas terrestres y tantas expediciones marítimas; tantas agregaciones y segregaciones de Estados y territorios; tantas conquistas y tantas pérdidas; tantas batallas campales y navales; tantos sitios de plazas; tantos enlaces de príncipes, proyectados unos, deshechos otros, y otros consumados; tan complicado juego de combinaciones y de intrigas de gabinetes; tantas renuncias y traspasos de coronas, de principados y de reinos; tal sustitucion de dinastías; tales mudanzas en las leyes de sucesion de las monarquías y de los imperios; y por último la parte tan principal que tuvo España en los grandes intereses de todas las potencias europeas que en este tiempo se agitaron y pusieron en litigio, nos han obligado á dedicar á estos importantes asuntos casi toda la narracion histórica de este largo reinado. Su cohesion y encadenamiento apenas nos han dejado algun claro, que hemos procurado aprovechar, para indicar tal cual medida de administracion y gobierno interior de las que se dictaron en este importante período.

Al proponernos ahora dar cuenta de algunas de estas disposiciones, lo haremos solamente de aquellas que basten para dar á conocer el espíritu y la marcha del gobierno de este príncipe, sin perjuicio de explanarlas en otro lugar, cuando hayamos de examinar y apreciar la situacion de la monarquía en los primeros reinados de la casa de Borbon, segun nuestra costumbre y sistema.

Dotado Felipe V de un alma elevada y noble, aunque no de todo el talento que hubiera sido de desear en un príncipe en las difíciles circunstancias y miserable estado en que se encontraba la monarquía; dócil á los consejos de los hombres ilustrados, pero débil en obedecer á influencias, si muchas veces saludables, muchas tambien perniciosas; modelo de amor conyugal, pero sucesivamente esclavo de sus dos mujeres, no parecidas en genio, ni en discrecion, ni en inclinaciones; rodeado generalmente de ministros hábiles, que buscaba siempre con el mejor deseo, á veces no con el acierto mejor; ejemplo de integridad y de amor á la justicia, en cuya aplicacion ojalá hubiera seguido siempre el impulso de sus propios sentimientos; pronto á ejecutar todo proyecto grande que tendiera á engrandecer ó mejorar sus Estados, pero deferente en demasía á los que se los inspiraban por intereses personales; merecedor del dictado de Animoso con que le designa la historia, cuando obraba libre de afecciones que le enervaran el ánimo, pero indolente y apático cuando le dominaba la hipocondría; morigerado en sus costumbres, y tomando por base la moralidad para la dispensacion de las gracias, cargos y mercedes, pero engañándose á veces en el concepto que merecian las personas; apreciador y remunerador del mérito, y amigo de buscarle donde existia, aunque no siempre fuera acertado su juicio; humano y piadoso hasta con tíbulos, pero sin dejar de castigar con prisiones ó con penas los rebeldes y traidores; enemigo de verter sangre en los papolíticas á los individuos y á los pueblos que le hubieran sido desleales; amigo y protector de las letras, sin que él fuese ni erudito, ni sabio; religioso y devoto hasta tocar en la supersticion, pero firme y entero, y hasta duro con los pontífices y sus delegados en las cuestiones de autoridad, de derechos y de prerogativas; extremadamente amante de su pueblo, con el cual llegó á identificarse, contra lo que pudo esperarse y creerse de su orígen, de su educacion, y de las inspiraciones é influencias que recibia; francés que se hizo casi todo español, pero español en quien revivian á veces las reminiscencias de la Francia; príncipe que tuvo el indisputable mérito de

11. María Antonia Fernanda; que nació en 1729.

El rey, que tenia hecho su testamento desde 1726, y en él ordenaba que se le enterrara en la iglesia de su querido sitio de San Ildefonso, dejó á la reina viuda una pension de 70,000 duros anuales, y la tutoría de sus hijos é hijas menores. Esta señora se retiró de los negocios públicos y se fué á habitar á la Granja al lado de las cenizas de su difunto esposo.

preferir á todo su España y sus españoles, á riesgo de quedar-, no se veian ya aquellas sublevaciones, aquellas rebeliones tan

se sin ninguna corona y sin ningun vasallo, pero á quien en ocasiones estuvo cerca de hacer flaquear el antiguo amor patrio; Felipe V, con esta mezcla de virtudes y de defectos (que vicios no pueden llamarse), si no reunió todas las dotes que hubieran sido de desear en un monarca destinado á sacar la España de la postracion en que yacia, tuvo las buenas prendas de un hombre honrado, y las cualidades necesarias en un príncipe para sacar de su abatimiento la monarquía, y empujarla por la via de la regeneracion y de la prosperidad (1).

Un monarca de estas condiciones no podia dejar de ocupar el tiempo que le permitieran las atenciones de las infinitas guerras en que se vió envuelto, en adoptar y plantear las medidas de administracion y de gobierno interior que él mismo alcanzara ó que sus ministros le propusieran. Como su primera necesidad fué el pelear, tuvo que ser tambien su primer cuidado el aumento, organizacion y asistencia del ejército, que encontró menguado, indisciplinado, hambriento y desnudo. Merced á sus incesantes desvelos, y á una serie de acertadas disposiciones, aquel pobre y mal llamado ejército que habia quedado á la muerte de Cárlos II, llegó en este reinado á ser mas numeroso y aun mas brillante que los de los siglos de mayor grandeza y de las épocas de mas gloria. Verdad es que el amor que supo inspirar á sus pueblos hizo que le suministraran sin repugnancia, y aun con gusto, recursos y soldados, que de otra manera no habria podido convertir aquellos escasos veinte mil hombres que se contaban en los dominios españoles á la muerte del último monarca austriaco, en los ciento veinte batallones y mas de cien escuadrones, con una dotacion de trescientas cuarenta piezas de artillería, de que disponia al terminar la guerra de sucesion, con general admiracion y asombro.

Debiósele á él la creacion de los guardias de Corps, la de los regimientos de guardias españolas y walonas (1704), la de la compañía de alabarderos (1707), la organizacion del cuerpo de ingenieros militares (1711), la de las compañías de zapadores mineros, la de las milicias provinciales (1734), institucion que permitia mantener á poca costa un número considerable de soldados robustos y dispuestos para los casos de guerra, sin molestarlos ni impedirles dedicarse á sus faenas en tiempo de paz, y contar con brazos preparados para empuñar las armas sin robar á los campos y á los talleres sino el tiempo puramente preciso. Estableciéronse escuelas de instruccion para el arma de artillería y fundiciones de cañones en varias ciudades. Los soldados que por edad ó por heridas se inutilizaban para el servicio, los cuales se designaban con el título de inválidos, encontraban en las provincias un asilo, y disfrutaban de una paga, aunque corta, suficiente para asegurar su subsistencia. La organizacion del ejército, el manejo y el tamaño y medida de las armas, las categorías, el órden y la nomenclatura de los empleos y grados de la milicia, se tomaron del método y sistema que se habia adoptado en Francia, y se ha seguido con algunas modificaciones, que la experiencia y los adelantos de la ciencia han aconsejado como útiles, hasta los tiempos modernos. Apreciador Felipe del valor militar, de que mas de una vez dió personal ejemplo; nunca perezoso para ponerse al frente de sus tropas y compartir con ellas los trabajos y privaciones de las campañas; no escaso en remunerar servicios, y justo distribuidor de los ascensos, que generalmente no concedia sino á los oficiales de mérito reconocido, restableció la perdida disciplina militar, y

(1) Los discursos de Viera y Clavijo, y de Conde y Oquendo, titulados uno y otro Elogio de Felipe V, premiados por la Real Academia Española en el certámen de 1779, merecieron sin duda los premios respectivos con que aquella docta corporacion laureó á sus autores, como modelo de elocuencia y de puro y castizo lenguaje. Pero adolecen á nuestro juicio de lo que caracteriza comunmente las composiciones de este género, que llevan por título y tema el elogio, y en que por lo mismo suelen los autores ensalzar desmedidamente las virtudes de los personajes cuyo panegírico son llamados á hacer, y omitir enteramente sus defectos, ó solo indicar muy someramente los mas ligeros. Nosotros hemos anticipado este brevísimo juicio, que aun habremos de ampliar, sobre el estudio de todos los hechos de su largo reinado.

frecuentes de soldados que empañaban las glorias de nuestros ejércitos en los tiempos de la dominacion austriaca. Y con esto, y con haber traido á España acreditados generales é instruidos oficiales franceses de los buenos tiempos de Luis XIV, logró que se formaran tambien aquellos hábiles generales españoles, que pelearon con honra, y muchas veces con ventaja con los guerreros de mas reputacion de Europa, y supieron llevar á cabo empresas difíciles y hacer conquistas brillantes, renovando las antiguas glorias militares de España (2).

Teniendo desde el principio por enemigas potencias marítimas de la pujanza y del poder de Inglaterra y Holanda, bien fué menester que Felipe y su gobierno se aplicaran con todo celo y conato al restablecimiento de la marina española, reducida casi á una completa nulidad en el último reinado de la dinastía austriaca. Y de haberlo hecho así daba honroso testimonio la escuadra de mas de veinte navíos de guerra, y mas de trescientos buques de trasporte que se vió salir de los puertos de España á los diez años de hecha la paz de Utrecht. La expedicion marítima á Oran en los postreros años de Felipe dejó asombrada á Europa por la formidable armada con que se ejecutó, y la guerra de Italia con los austriacos y sardos no impidió al monarca español atender á la lucha naval con la Gran Bretaña y abatir mas de una vez el orgullo de la soberbia Albion en los mares de ambos mundos. De modo que al ver el poder marítimo de España en este tiempo, nadie hubiera podido creer que Felipe V á su advenimiento al trono solo habia encontrado unas pocas galeras en estado casi inservible.

Tan admirable resultado y tan notable progreso no hubieran podido obtenerse sin una oportuna y eficaz aplicacion de los medios que á él habian de conducir, porque la marina de un país no puede improvisarse, como la necesidad hace muchas veces improvisar soldados. Eran menester fábricas y talleres de construccion, astilleros, escuelas de pilotaje, colegios en que se diera la conveniente instruccion para la formacion de buenos oficiales de marina. Trabajóse en todo esto con actividad asombrosa; se dieron oportunas medidas para los cortes de maderas de construccion, y para las manufacturas de cables; no se levantaba mano en la construccion de buques, el astillero que se formó en Cádiz bajo la direccion del entendido don José Patiño fué uno de los mas hermosos de Europa, y del colegio de guardias marinas creado en 1727, dotado de buenos profesores de matemáticas, de física y de las demás ciencias auxiliares de la náutica, salieron aquellos célebres marinos españoles que antes de terminarse este reinado gozaban ya de una brillante reputacion (3).

La marina mercante recibió el impulso y siguió la proporcion que casi siempre acostumbra en relacion con la decadencia ó prosperidad de la de guerra; y si el comercio exterior, especialmente el de la metrópoli con las colonias de América, que era el principal, no alcanzó el desarrollo que hubiera sido de apetecer, no fué porque Felipe y sus ministros no cuidaran de fomentarle y protegerle, sino que se debió á causas ajenas á su buena intencion y propósitos. Fuéronlo entre ellas muy esenciales, de una parte las ideas erróneas que entonces se tenian todavía en materias mercantiles y principios generales de comercio, que en este tiempo comenzaban ya á rectificar algunos hombres ilustrados; de otra parte las continuas guerras marítimas y terrestres, unas y otras perjudicialísimas para el comercio colonial, las unas haciendo inseguro y peligroso el tráfico nacional y lícito, y dando lugar al contrabando extranjero, las otras obligando al rey á aceptar y suscribir á tratados de comercio con potencias extrañas, sacrificando los intereses comerciales del reino á la necesidad urgente de una paz ó á la conveniencia política de una alianza. La providencia que se tomó durante la guerra de sucesion de pro

(2) San Felipe, Comentarios.-Belando, Historia civil.-Memorias históricas; MS.-Historia de la milicia española.-Memorial del cuerpo de ingenieros.-Revistas militares.

(3) Historia de la Marina Real española.-Ulloa, Restablecimiento de las manufacturas y del comercio de España.-Ustariz, Teórica y práctica del comercio.

[graphic][ocr errors][subsumed][merged small][subsumed][merged small][merged small][subsumed][merged small][subsumed]

1 y 3-Espadas de ceñir ó de golilla-2-Sable de caballeria - 4-Alabarda-5 y 6-Otras espadas de la época. 7a9-Pistolas y escopeta que pertenecieron á Felipe V-10-Pistola revólver.

Las armas de los no 2y4 se conservan en el Museo de Artilleria; las demás en la Armeria real de Madrid.

1

« AnteriorContinuar »