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personas consigo fuese abajo del río de Rhin à la villa de Diebach, pidiéndola que se rindiese; ellos amenazaron de tirar y les fué respondido: que si les pareciese lo hiciesen así y tirasen, pero con esta condición, que si con fuerza de armas fuese tomada la villa, habían de ahorcar los principales della en sus propias casas, ventanas y puertas; con que se rindieron luego, y pasada allí toda la gente de Spinola por la dicha villa, se fueron directamente á Bacharach. Los vecinos de Bacharach, pensando que no habían de combatir sino contra los que habían hecho el baluarte detrás del castillo, cuando apercibieron venir tanta gente con tantas banderas, cayóseles todo el coraje y brío. A los capitanes, después de haber hablado un rato con los principales de la villa, les abrieron luego las puertas, los cuales hicieron así su entrada en la villa á las tres de la tarde. Los dos Capitanes de la villa están presos. El Teniente del Castillo, llamado el caballero Knebel huyóse antes de haber llegado la gente de Spinola. Un cierto Capitán de Spinola, caballero noble de Lotharingia, llamado Capitán Durla, el cual estaba ahora allí por guarnición, tomó toda la hacienda del Teniente del Castillo.

Otro vecino desta villa se huyó también, cuya hacienda vale más de un millión, el cual, con palabras afrentosas, ha agraviado al Marqués Spinola y al Arzobispo de Maguncia; contra él y otros tales se hace información y inquisición cada dia. El dicho Capitán Durla, ha abierto los cofres deste vecino y hecho una almoneda de todos sus bienes, guardándolos en su poder; á algunos les ha de costar la vida. Los que se huyeron están citados para presentarse dentro de espacio de algún determinado tiempo, so pona de perder todas sus haciandas.

Tomada que fué la villa de Bacharach, los de Caub en ninguna manera se quisieron rendir, más antes perder todos juntos sus haciendas y vidas; y así, la gente Spinola se fué luego a las cinco de la tarde á despachar correos, apriesa y hicieron pasar á la otra parte del río cuatro piezas de artillería y ocho carros cargados con pólvora, y sacando mil hombres de la gente alojada entre Bacharach y Diebach los pasaron también á la otra parte del río, junto á la villa de Lorich, con intento de derribar el castillo de Caub.

Cuando los de Caub apercibieron esto y que tanta gente con la artillería venía contra ellos, se rindieron à la tarde antes de la media noche.

Tomada la villa de Caub todos los soldados se habían recogido al castillo de Pfaltz, situado enfrente de Caub, sobre una isla en medio del río de Rhin, con intento de perder la vida alli con defender el castillo, pareciéndoles que también había de morir por sus maldades, robos y homicidios, que por algún tiempo habían cometido allí. Pasadas las doce de la noche, el Capitán Justin, tomando una barca y diez hombres consigo, fuéronse al castillo de Pfaltz para saber su resolución, los cuales se rindieron luego, y puestas sus armas en un montón, todos fueron despedidos por la mañana, cada uno con un palo blanco en la mano. Al Capitán tomaron preso y le enviaron al Marqués Spinola; el Lugarteniente se huyó con un buen botin; entrambos habían incitado los soldados á hurtar y matar á los pasajeros. Los soldados de Bacharach fueron despedidos cada uno con su espada.

En la villa de Caub se huyeron el Escribano de la Aduana y el Superbo Corregidor, pero están citados por el Capitán Justín (el cual está allí en guarnición) de presentarse dentro de tres días, sopena de perder todas sus haciendas. El Capitán tomó por su posada la casa del Corregidor, de suerte que cl Corregidor se ha sometido ya, y es el Capitán como amo y el Corregidor como criado de la casa. A todos los que se huyeron los hacen pagar gran razón, y los que quedaron hicieron bien, excepto quienes con decir injurias y agravios pusieron en peligro sus vidas. Al Escribano de la Aduana le hubieran ya quitado la cabeza si le hubieran hallado.

El Domingo 4 de Octubre se digeron las dos primeras misas en Bacharach, en la casa adonde se juntan los Consejos.

El 4 de Octubre tomaron también los soldados de Spinola la villa de Hirchberg desta suerte: Fuéronse la noche secretamente detrás de los setos y huertos hasta junto la villa, y dos, llegándose por la mañana á la puerta, aguardaron alli hasta que se abriese, y abierta que fué, tiraron con arcabuces, y luego vinieron los demás, y echándose con gran impetu por la puerta hicieron huir á los TOMO XCV. 4

guardas. Los vecinos comenzaron a defenderse bravamente pero no les sirvió de nada; mientras los soldados se cargaban de buenos despojos y botines, pero diez ó doce soldados fueron muertos, y el Corregidor, hincadas las rodillas en tierra y pidiendo perdón, vino luego á ofrecer las llaves al Capitán.

El 5 de Octubre tomaron también á la villa de Castellaun, aunque del castillo les tiraron algunos arcabuzazos y les mataron diez personas.

La villa de Lommern el mismo día les envió las llaves al encuentro por la posta, con dos principales personas, suplicando no les hiciesen violencia, con que ellos alcanzaron favor y no fueron tratados rigorosamente.

Los soldados pasando y repasando por los campos de Ingelheym hicieron mucho daño allí, infestando y salteando á los labradores y paisanos.

El Conde Landgrave ha sacado de la jurisdición de Catzenembogen mil hombres y los ha enviado por guarnición á la ciudad de San Geweher y á la villa de Sangewehrhansen para ayudar allí la gente de Spinola. Pero mientras ellos mantuvieron una buena paz y no acrecentaron la Aduana y los tributos de los navíos, la intención de Spinola es no venir allá; y si le hiciesen agravios y le mostraren enemistades, infaliblemente está resuelto de venir á besarles las manos y reducirlos á la obediencia, como ha hecho con los de Caub y Bacharach.

Pasados el jueves el río los mil hombres con la artillería (como está dicho atrás) para ayudar á tomar la fortaleza de Caub, vino un correo con mando que se volviesen, á razón que Caub se había rendido ya y asi no tenían menester de su ayuda. Si ellos en nombre de Dios se hubieran rendido dos horas antes y la gente quedado en la otra parte del río, no se hubieran cometido tantos daños, porque haciendo la gente sus alojamientos en las viñas, han quemado más que por cien ducados de palos, y destruyeron más que por mil ducados de uvas; y en la otra parte del rio junto à Diebach se gobernaron mucho peor, porque poniendo los caballos en las viñas hicieron en ellas toda la noche más de trescientos fuegos.

El viernes comenzó toda la gente á retirarse del uno y del otro lado del río, y los que estaban á la parte de Caub fuéronse en una orden muy buena el río arriba sin molestar ni hacer daño á nadie, llevando consigo sus bajeles hasta llegar á la villa de Rudeshein, adonde habían de pasar el río. El caballero Bremfer presentó un tonel de vino á los barqueros para que se diesen priesa y pasasen toda la gente aún esta misma tarde. Los barqueros, incitados y animados con este presente, hicieron diligencia, y pasando todos aún aquel'a tarde los juntaron con la demás gente sus compañeros en la otra parte del río junto à la ciudad de Bing, adonde ellos, quemando aquella noche grandísima cantidad de palos en las viñas, destruyeron también muchísimas uvas y vinos, y así no estaba mal empleado el tonel de vino que aquel caballero había presentado á los barqueros.

Esto es lo ocurrido en la toma de las villas ya referidas, contado con toda verdad, y se pone esta relación para que pueda llegar & conocimiento de S. M. como sucedió. Se escribió en Loring en el día diez y siete de Octubre de 1620.-P. S. hay una rúbrica.

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