DEL VALOR DE LAS MONEDAS I DEL REYNA DO DE DON ENRIQUE IV. La libertad desmedida, léxos de llevar consigo una se rie sin interrupcion de prosperidades y dichas, arrastra tras sí una cadena interminable de excesos, desórdenes y sucesos los mas infaustos. Buena prueba es de esta verdad el reynado de don Enrique IV, que siendo licencioso en tanto grado, que cada uno hacia lo que le dictaba su gusto, ó como dice Diego de Valera (1), que cada uno usaba de su libre voluntad é querer, sin que hubiese quien lo quisiese castigar é reprehender, fué el mas infeliz y desastrado, ó (2) de los mas infelices en crédito y gobierno que han visto las edades y naciones, (3) ó extraño, disforme, y monstruoso con tanto extremo, que desde la pérdida (1) Capit. I de la forma en que estos reynos de Castilla ó de Leon quedáron al tiempo que los serenísimos príncipes don Fernando é doña Isabel comenzáron á reynar. Así escribe : Las cosas ya dichas aquí pasadas, es,, tos reynos quedáron en tan corrup,, tas é aborrecibles costumbres, que ,, cada uno usaba de su libre voluntad é querer, sin haber quien lo quisiese " castigar é reprehender; las quales tan luengamente tenidas, ya eran convertidas ménos poco que en naturaleza, de tal manera que en los ojos de los prudentes é sabios parecie ser difici le ó poco menos que imposible poderse dar órden en tanto desórden, nin regla sabida en tan gran confu,,sion, donde ninguna justicia se guar A دو de daba. Los pueblos eran destroidos : los bienes de la corona enagenados: las rentas reales reducidas en tan po,, co valor, que vergüenza me hace ,, decirlo; donde non tan solamente en los campos eran los hombres robados, mas en las cibdades é villas; non ,, podian seguros vivir los religiosos é clérigos sin ningun acatamiento tratados las iglesias eran violadas, é ,, las mugeres forzadas, é á todos se daba suelta licencia de pecar." Esta obra es inedita, y existe en la biblioteca de don Luis de Salazar. G. 19. de España acá no ha habido cosa mas rematada. Mas breve: el reynado de D. Enrique IV fué el reynado de los vicios, y de los vicios mas vergonzosos. Duró desde 21 de julio de 1454, hasta 11 de diciembre de 1474, y otro tanto fué el tiempo en que se vió en su propio trage la maldad. 2 Pero no es de mi asunto correr todo el velo al feo lienzo de su historia, y no haré poco si le descubro por la parte que demuestra la sangre de la república: quiero decir las monedas, declarando los nombres que tenian, su ley, peso, talla, valores, y correspondencia con las del Señor Don Carlos IV: la estimacion del marco de cobre, plata, y oro, y lo demas que hay que saber en la materia. 3 Los nombres pues de las monedas que tuviéron curso y uso en este reynado fuéron meajas, dineros viejos y nuevos, sueldos, cornados, medias blancas, blancas viejas y nuevas, maravedises de dineros novenes ó de moneda vieja, maravedises de blancas ó de moneda nueva, reales, medios reales, y quartos de reales de plata, groses ó gruesos de Aviñon, groses de Navarra, florines de Aragon, florines de Florencia, coronas, escudos de la corona, francos, salutes, ducados, doblas, doblas blanquillas, doblas valadies, doblas de la banda, doblas moriscas, doblas cepties, doblas castellanas, doblas samoris, alfonsines, enriques, enriques castellanos, nobles de Inglaterra. 4 Las leyes que tuvieron las blancas, reales, doblas, y demas monedas que acuñó este rey, y las que de su órden labráron algunos grandes, y otros muchos sin ella, no es posible determinarlas porque si el desarreglo en las otras partes del gobierno fué excesivo, por lo respectivo á la moneda llegó á la raya de lo sumo. No me propasaría á estampar proposicion tan general sino fueran tantos y tan autorizados los testimonios que la sostienen. 5 Sea el primero el de un anónimo de aquel tiempo. (1) » Pasáron quatro años que el rey don Enrique vivió despues que (1) Existe en la biblioteca de don Luis de Salazar G. 20. Su autor parece ser Alfonso Florez segun manifiesta la nota que se halla al principio del tomo. Es: el doctor Lorenzo Galin ,, el dez de Carvajal, del consejo, referendario, relator y de la cámara del señor emperador don Cárlos V en el prólogo de las memorias, que hizo desde el año 1468 hasta el de 1518 dice así رو رو »el príncipe don Fernando, marido de la reyna doña Isabel en»tró en Castilla, en el qual tiempo los robos y desventuras del »reyno así crecidamente crecian, que yo he lástima de los es»cribir, mayormente los que lo oviéron de comportar. Y como »sea cosa sabida que los vicios tengan de condicion cada dia em» peorarse, así el rey é reyno de un mal en otro mayor crecia en "estremo grado. El qual, como ya dixe, no teniendo aficion al » reyno como hombre sin hijo á quien le dexase, teniéndole ya » todo enagenado, non habiendo en él renta, nin lugar, nin ,, fortaleza que en su mano fuese que non la oviese dado, y ya » non habiendo juros nin otras rentas de que poder facer merce»des, comenzó á dar cartas firmadas de su nombre de casas de »monedas. Y como el reyno estaba en costumbre de no tener »mas de cinco casas reales donde la moneda juntamente se la»brase, él dió licencia en el término de tres años como en el »reyno ovo ciento é cincuenta casas por sus cartas é mandamien>tos. Y con estas ovo muy muchas mas de falso, que pública»mente sin ningund temor labraban quand falsamente podian y querian; y esto no solamente en las fortalezas roqueras, mas »en las cibdades y villas en las casas de quien queria: tanto que "como plateros ó otros oficios, se podiera hacer á las puertas y en las casas donde labraban con facultad del rey, la moneda que en»este mes hacian, en el segundo la deshacian, y tornaban á ley »mas baxa, é con esto ovo tan grandes negociaciones en las ca»sas de las monedas que non habia en el reyno otro trato. Y habia casa rentaba en el dia al señor doscientos mil marave»dis sin las ganancias de los monederos y negociantes. Vino el »reyno á esta causa en tan gran confusion que la vara de paño, que solia valer doscientos maravedis, llegó á valer seiscientos, é el marco de plata que valia mill é quinientos, llegó á valer seis mill, , y el quintal de cobre que valia dos mill, llegó á valer دو que así hablando de los cronistas que escribieron la vida de los reyes católicos. El tercero fué un Alfonso Florez, vecino de la ciudad de Salamanca, familiar del duque de Alba, que escribió Io de Toro y Zamora. Y aquello se dexó tambien de poner por algun respe A 2 "do » doce mill: tanto que Flandes nin otros regnos non podiéron » bastar á traer tanto cobre, é non quedó en el reyno caldera nin » cántaro que quisiesen vender que seis veces mas de lo »lia non lo comprasen. " que va 6 » Fué la confusion tan grande que la moneda de vellon, "que era un quarto de real que valia cinco maravedis, fecho » en casa real con licencia del rey, non valia una blanca nin la » tenia de ley. Y de los enriques que entonces se labráron, , que » fuéron los primeros de veinte y tres quilates y medio, oro de »dorar, llegáron á los hacer en las casas reales de á siete quilates, » y en las falsas de quand baxa ley querian. Llegáron los ganados. » y todas las cosas del reyno á se vender por precios tan subidos, », que los hidalgos pobres, y que en aquello negociaban, y todas las demas gentes se perdiéron. Y ya veniendo las cosas en tan » grand extremo desordenadas, dióse baxa de moneda quel quar»to que valia cinco maravedis valiese tres blancas. En el oro non pudo haber tasa, si non por los quilates que cada pieza tenia. Y » como la baxa fué tan grande, lo que valia diez blancas que va»liese tres, todos los mercaderes que en ello se habian enrique»cido, veniéron pobres perdidos. Y como vino la baxa, unos » depositaban dineros de las debdas que debian, y otros antes del » plazo pagaban á los precios altos, lo habian de recelos , y que » bir non lo queriendo tomar, nacian muchos pleytos, y debates, » y muertes de hombres, y confusion tan grande, que las gen»tes non sabian que hacer, nin como vivir, que todo el reyno » absolutamente vino en tiempo de se perder, y por los caminos » non hallaban que comer los caminantes por la moneda, que nin » buena nin mala, nin por ningund precio non la tomaban los la»bradores : tanto eran cada dia de las muchas falsedades engaña»dos de manera que en Castilla vivian las gentes como entre gui» neos sin ley y sin moneda, dando pan por vino, y así trocando » unas cosas por otras. Y de la grand confusion y desorden de las ,, monedas viniéron las cosas todas tan caras en el reyno que de » aquel mal estillo destónces, y hoy y siempre durará el daño sin » remedio de tornar á los precios convenibles que solian. دو دو 7 » Y no solo en esto ovo lugar el general perdimiento; » mas en todas las cosas que extremo de mal se pudiese llamar. » En este tiempo reynaban todos los mas feos casos que pensar se "pue "pueden, que los robos é fuerzas fuéron tanto comunes en estos "reynos, que la mayor gentileza era el que por mas sotil inven»cion habia robado ó fecho traycion ó engaño: y muchos caba»lleros é escuderos con la grand desórden hicieron infinitas for,,talezas por todas partes solo con pensamiento de robar dellas, y despues las tiranías viniéron tanto en costumbre, que á las mis» mas cibdades é villas venian públicamente los robos sin haber "menester de se acoger á las fortalesas roqueras. Las Ordenes de "Santiago é Calatrava y Alcántara y priorasgos de San Juan, y "así todas las encomiendas, en cada órden habia dos y tres maes"tres; y aquellos cada uno robaba las tierras que debian pertenes»cer á su maestrazgo, y tanto se robaban que despoblaban la » tierra; y el reyno que era tan rico de ganados vino en grand "careza é pobreza dellos, así con la moneda, como con la gran destruccion de los robos." 8 El segundo testimonio es del Arzobispo de Toledo, quien segun Colmenares, propuso al rey por medio de un mensagero (1) quanto convenia remediar la moneda, sangre de la república, adulterada en todos los metales, oro, plata y cobre. 99 9 El tercero es mas concluyente, por ser del mismo rey don Enrique, y no caber en él sospecha de exâgeracion. (2) » Bien » sabedes (dice en el ordenamiento que hizo en Segovia el año » de 1471 sobre la labor de los enriques) como conociendo los » graves é intolerables males que mis subditos é naturales padecian » por la grand confusion é desórden de la falta é falsa moneda » que en estos mis regnos se ha labrado de algun tiempo á esta » parte, envié á mandar á las cibdades é villas que suelen enviar » por mi mandado sus procuradores de cortes que enviasen á mí » sus procuradores que yo oyese é practicase con ellos, é otras al"gunas cosas cumplideras á servicio de Dios é mio é al bien é pacífico estado é pro comun destos dichos mis regnos é seño"rios, especialmente para dar órden con su acuerdo en el reparo é reformaciou de la dicha moneda. E ansimismo envié man» dar á algunos de las dichas cibdades que enviasen personas que |