Los cuatro elementos juntos, agua, tierra, viento y fuego, no podrán hacer que olvide lo mucho que yo te quiero. Para olvidar tu querer, he de ver yo dos señales: que se caigan las estrellas y que se sequen los mares. Todo el tiempo de mi vida amándote pasaré, y si me olvidas por otro, en ti y en Dios pensaré. No pienses que por muerte he de olvidarte, porque hasta mis cenizas han de adorarte. En Dios y en ti pensaré sin que haya dificultad; á Dios le amaré por siempre, y á ti por siempre jamás. Para olvidarte yo á ti era preciso que hubiera otra tierra y otro cielo y otro Dios que dispusiera. |