Me han dicho que estás malita, y á Dios le pido llorando que me quite la salud y á ti te la vaya dando. Agua menudita llueve y correrán las canales: ábreme la puerta, cielo, que soy aquel que tú sabes. Si se volvieran luceros los besitos que te he dado, pareciera tu carita un cielecito estrellado, De terciopelo negro tengo cortinas para enlutar mi cuarto si tú me olvidas. Si sientes como siento, prenda querida, los tormentos mayores tienes en vida. Soy peñasco, soy risco, soy dura piedra; para todos soy bronce, para ti cera. Sueño en ti, vida mía, pero entre sueños sueño lo que quisiera no fuera sueño. De mi casita á la tuya, morena, no hay más que un paso; desde la tuya á la mía, ¡ay qué camino tan largo! El primer amor que tuve se me llevó el corazón: no hay amor como el primero, que se lleva lo mejor. |