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¿Qué habian hecho entretanto la armada de los turcos У la de los confederados? Pialí habia andado cruzando con las galeras del imperio las aguas de Rodas; y el virey de Argel Uluch-Alí, ó segun otros le nombran, Aluch-Aalí, habia acudido con sus naves y sus corsarios, y logrado incorporarse á la armada turca despues de haber apresado cuatro galeras de Malta. En cuanto á la armada de los cristianos, las flotas de España y de Roma no se reunieron hasta el 31 de agosto á la de Venecia, que habia recorrido el Archipiélago, las Cicladas y Candía, procurándose refuerzos de hombres y de vituallas y tambien saqueando y cometiendo desmanés. En esa tardanza habia cabido alguna mas culpa al general pontificio Marco Antonio Colonna que al almirante español de Sicilia Juan Andrea Doria, pues al cabo éste habia tenido necesidad de dejar provista la Goleta y asegurada la costa de Africa. Reunidas al fin, con gran contento de los venecianos, las tres escuadras en el puerto de la Su

Del Gobierno de Venecia (en latin): Austria:-Herrera, español, Guer-Daru, francés, Histoire de la re- ra de Cipre y batalla naval de publique de Venise:-Graziani, Lepanto:-Torres y Aguilera, estoscano, De Bello Cyprio:-Carac- pañol, Chronica y recopilación de cioli: I Comentarii delle guer- varios sucesos, etc.:-Cabrera, esre etc.-Hadschi-Chalfa, Histo- pañol, Historia de Felipe II.— ria de las guerras maritimas de Ossorio, español, Joannis Austrialos otomanos:-Hammer, aleman, ci Vita, Manuscrito de la BiblioteHistoria del imperio Otomano, ca Nacional:-Coleccion de dotraduccion de Dochez, y los documentos inéditos:-Manuscritos cumentos de los archivos imperiales y reales, citados por este:Brantôme, francés, Vida de Juan Andrea Doria:-Vander Hammen, ́español, Historia de don Juan de

de la Biblioteca Nacional, de la del Escorial, de la del duque de Osuna, y del Archivo general de Simancas.

da, celebróse consejo de generales y capitanes (1.° de setiembre) para deliberar á qué punto convendria mas se dirigiese toda la armada. Opinaban unos que á libertar á Nicosia; otros prnponian acometer alguna de las posesiones olomanas como el mejor medio para distraer á los invasores de Chipre.

Para Andrea Doria, que habia heredado la prudencia y el valor, asi como la pericia en las cosas de mar del príncipe su tio, sin oponerse al dictámen de encaminarse á Chipre como la resolucion mas digna, espuso que seria bien, antes de acometer una empresa arriesgada, reconocer el número, estado, condicion y calidad de las fuerzas y bageles con que contaban para ello, y ver si estaban todos tan bien acondicionados como los que el rey don Felipe habia puesto á su cargo. Sobradamente penetraron los venecianos á dónde iba dirigida la observacion de Doria, mas no pudiendo negarse á hacer la muestra y reconocimiento que descaba, por mas que anduvieron remisos, accedieron al fin á que se verificase, y se halló lo que Doria temia con razon, ó sabia ya acaso, no pudiendo menos de manifestar su admiracion de que con naves tan mal aparejadas y tan pobremente dotadas de chusma y de soldados, se hubiera atrevido la república á acometer una empresa de tal magnitud y de tanto peligro. Remedióse el mal en la parte que entonces era posible, y puestas por fin en órden de marcha las tres escuadras (17 de setiembre), navega

ron al canal de Rodas, y cuando los vientos las habian obligado á guarecerse al abrigo de Puerto Vati y Calamati, llególes la infausta nueva de la pérdida de Nicosia, con todos los horrores que los turcos habian ejecutado en muros, casas, defensores y habitantes (1).

Por mas que los venecianos procuráran disimular el sentimiento de una catástrofe que esclusivamente se habia debido á la negligencia de la señoría y á la ineptitud de los gefes encargados de la defensa de la ciudad que acababan de perder, el genovés Doria, que ni se alucinaba ni gustaba de que se dejaran alucinar de apariencias, provocó otro consejo general (23 de setiembre) para sondear la opinion de cada uno respecto á la resolucion que en caso tan grave se

(4) Hé aqui el orden de marcha que llevaba, y la fuerza naval que constituia la armada cristiana de la espedicion de Chipre.

Marcos Querini, veneciano, iba de vanguardia con doce galeras. Marco Antonio Colouna, general de Su Santidad, con otras doce.

Juan Andrea Doria, capitan general de S. M. C., con diez y seis.

Don Alvaro de Bazan, marqués de Santa Cruz y virey de Nápoles, español, con diez y nueve.

Don Juan de Cardona, virey de Sicilia, español, con diez. Gerónimo Zanne, general de los venecianos, con treinta.

Sforza Pallavicino, veneciano, capitan general de tierra, con veinte y cinco.

Jacobo Celsi, proveedor de la armada veneciana, con veinte. Antonio Canale, id., con diez y

nueve.

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debería adoptar. Proponian unos dirigirse á Negroponto, otros á la Morea, y en discursos y pareceres diversos se consumió el tiempo sin poder venir á conformidad, y se disolvió la junta sin resolverse nada. Disgustado el general de la armada española con tales disidencias y tal desórden, y alegando no haberse comprometido á permanecer en aquellos mares sino por término de un mes, y tener que atender á las costas de Sicilia de donde le separaba tan gran distancia, anunció su determinacion de retirarse, y fueron menester todos los esfuerzos de los generales de Venecia y del pontífice para que accediera á quedarse hasta terminado el setiembre. Mas como luego el general pontificio se atreviera á preguntarle con cierta presuncion y arrogancia propia de su carácter, si mandándoselo él se quedaría, Doria le contestó con entereza, que para ser obedecido necesitaba darle testimonio de la autoridad con que procedia. De unas en otras palabras se fueron acalorando Colonna, Doria y César Dávalos, en términos que el asunto hubiera podido pasar muy adelante sin la prudencia de Juan Andrea que se retiró é hizo retirar á Dávalos. ¡Tan poca concordia reinaba entre los gefes de la confederacion!

No tardó, pues, en verificarse la separacion; mas no ya por culpa de Doria, aunque es verdad que la apetecia, sino de los mismos Colonna y Zanne, generales del papa y de la república, que sin coTOMO XIII. 32

municárselo á Doria se alejaron del puerto Tristano con sus armadas dejándole solo con su flota. Entonces él, considerándose libre, bien que no sin pelir todavía la venia á los otros dos generales, tomó la vuelta de Sicilia (5 de octubre, 1570), donde arribó sin detrimento de su gente ni menoscabo de sus naves. De esta retirada, de que quisieron los generales de Venecia y Roma hacerle un cargo, asi como de su conducta en la espedicion, se justificó el almirante genovés ante el pontífice, y ante todo el mundo (1).

Con la pérdida de Nicosia, y con la desmembracion de la armada de España, ni la isla se hallaba en disposicion de oponer una gran resistencia á los turcos, ni las escuadras del papa y de Venecia en la de emprender operacion alguna importante contra el poder naval de los otomanos. Asi es que varias poblaciones de la isla se fueron rindiendo, y si Pialí no dió caza á las dos escuadras de Italia fué porque los vientos le obligaron á retroceder cuando marchaba á Candía, y viendo frustrado su designio y la cruda estacion del invierno encima, mudó de propósito y se fué á invernar á Constantinopla. Zanne se trasladó á Corfú, y Colonna dió la vuelta á Roma, donde llegó despues de no pocos azares con su pequeña flota lastimosa

(4) El señor Rosell, en su Memoria sobre el combate naval de Lepanto, ha publicado la justificacion de Juan Andrea Doria (Apéndice V.), copiada de un Códice de la Biblioteca Nacional, E. 52, folio

387, con lo cual quedan desvanecidos los cargos que en algunas historias italianas se leen contra esta conducta del gefe de la armada auxiliar española.

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