Imágenes de páginas
PDF
EPUB

CAPÍTULO XI.

Vuelve Las Casas á España, donde permanece hasta su muerte.

Casi al mismo tiempo que su Vicario á Ciudad-Real de Chiapa, llegó Las Casas á Valladolid, donde residia la corte de ordinario, y juntamente con los demas Consejos del reino el de las Indias, á quien dió noticia de cuanto acontecia en su diócesi y en lo demas de América, negociando con su ardor acostumbrado en favor de los indios y haciendo públicos los trabajos que padecian y los obstáculos que por algunos españoles se oponian á la predicacion del Evangelio y propagacion de la fe entre aquellos naturales; pero hallándose el príncipe D. Felipe, que por ausencia del Emperador tenia á su cargo el gobierno, léjos de Valladolid por haber ido á tener Córtes al reino de Aragon, el Obispo, con su ordinaria diligencia, fué á la villa de Monzon, donde las Córtes se celebraban; el Príncipe le acogió con el agrado que merecia su celo, y despues de oir su relacion escribió una carta á los Padres de la órden de Santo Domingo que estaban en Chiapa, de quienes tan justos elogios habia hecho Las Casas, agradeciéndoles su proceder y animándoles á que continuasen en su labor evangélica, ofreciéndoles que mandaria más religiosos para ayudarles. Esta carta está fecha en Monzon á 22 dias del mes de Junio del año de 1547, y á 22 del siguiente Julio del mismo año, tambien por las gestiones de Las Casas, escribia el Príncipe desde la propia villa de Monzon al cacique de Chiapa, D. Pedro Noti, que despues mudó este apellido por el de Acevedo, agradeciéndole y teniéndole en servicio lo que habia trabajado en ayudar á los religiosos para la conversion de los naturales.

No podia olvidar Las Casas á los Caciques de la provincia de Tuzulutlan, donde habia hecho el primer victorioso ensayo de la conversion pacífica de los indios, y á su instancia escribió tambien el Príncipe á D. Miguel y á los demas Caciques de dicha provincia una carta en que les dice que, por relacion de Don Fray Bartolomé de Las Casas, Obispo de la provincia de Chiapa, sabia que habian venido en conocimiento de la verdadera fe, destruyendo los templos de los ídolos; añadiendo que, además de hacer en ello lo que convenia á su salvacion, tendria en memoria lo que habian obrado y servido, y les exhortaba á que se juntaran en pueblos, segun lo habian procurado Las Casas y los demas religiosos de Santo Domingo. Esta carta, refrendada de Juan de Samano, está fecha tambien en Monzon, pero ya en 11 de Octubre del mismo año de 47, de donde se infiere que, desde Junio permanecia Las Casas en dicha villa negociando en favor de los indios, y aquel mismo año logró que se cambiara el nombre de la provincia de Tuzulutlan, que llamaban los españoles Tierra de guerra, dándole el significativo de la Vera Paz, para manifestar que, por los medios en ella empleados, era como debia en todas partes alcanzarse la conversion y pacificacion de los naturales.

Por este tiempo se difundió, aunque no impreso, el diálogo que bajo el título de Demócrates II habia escrito Juan Ginés de Sepúlveda, teólogo y jurisconsulto de alto renombre, que antes habia escrito é impreso en Roma el año de 1535 otro diálogo, titulado asimismo Demócrates, para demostrar la compatibilidad de la guerra con la religion cristiana, como lo indica su segundo título, que dice así: De convenientia disciplinæ militaris cum cristiana religione. El Demócrates II, que jamás llegó á imprimirse, tiene por segundo título De justis belli caussis apud indos, y trata concretamente de la justicia con que los españoles procedian en las guerras y conquistas del Nuevo Mundo.

Impugnó el obispo de Segovia, Ramirez, aunque en forma de correccion fraterna, el Demócrates 11, escrito por cierto

en Valladolid, segun se infiere de las palabras de Leopoldo, que es uno de los interlocutores, así del primero como del segundo Demócrates, que dicen así: Quando nos in hoc oppido regio Hispaniæ celeberrimo, nescio qua fortuna conjuxi et hodie otium in his picoracæ ripam amenis hortis sumis. La correccion fraterna del obispo de Segovia dió pretexto á Sepúlveda para escribir una apología de su Demócrates II; que fué impresa en Roma, y que despues, á fines del pasado siglo, se incluyó en la coleccion de sus obras que dió á luz la Real Academia de la Historia 1.

Antes que el obispo de Segovia, habia impugnado las doctrinas sostenidas por Sepúlveda en su Demócrates II el famoso teólogo Fray Melchor Cano, de la órden de Santo Domingo, que desempeñaba con gran éxito una de las cátedrast de Teología en la Universidad de Salamanca, en la que sucedió al Padre Victoria, ganándola en público certámen contra el doctor Gil, famosisimo teólogo, á quien todos esperaban ver triunfante, y contra otros cinco opositores de gran ciencia. Empezó á desempeñar Cano su cátedra en el año de 1547, y por entónces fué cuando el Real Consejo envió á las Universidades de Alcalá y de Salamanca el tratado De justis belli causis, cuyas doctrinas impugnó en el Cláustro de Teología de esta última el egregio catedrático de Salamanca, dando lugar á una polémica interesante con Sepúlveda, de la que se ocupa el Sr. D. Fermin Caballero en su notable Biografia de Cano, aunque no con la exactitud que solia de ordinario hacerlo este erudito Académico.

Dice el Sr. Caballero 2, que hacia tiempo que Sepúlveda habia llegado á creer que Fray Melchor tenia parte muy principal en la oposicion que se le hacia, y que la desaprobacion del Domócrates alter por las Universidades, más que dictamen espontáneo y conforme de los teólogos, era fruto de negocia

[blocks in formation]

ciones del influyente catedrático de Salamanca. De ninguno de los escritos conocidos de Sepúlveda puede inferirse esta creencia que le atribuye el señor Caballero, por el contrario, de su apología y de sus cartas sobre el particular, resulta claramente que Sepúlveda atribuia, y estaba en lo cierto, gran parte de aquella oposicion á la influencia y gestiones de Las Casas, como lo demuestran las palabras mismas de Sepúlveda, que se copiarán luégo.

Hablando el Sr. Caballero en este asunto dice además, que Sepúlveda escribió sus quejas á Cano en una carta breve que empieza: J. Ginesius Doctor teologus, Melchori Cano Doctori teólogo salutem, y añade que la contestacion fué extensa é intencionada. En esto hay alguna confusion y algunas inexactitudes que conviene rectificar. En primer lugar, la carta de Sepúlveda quejándose á Cano de su oposicion á las doctrinas del Demócrates alter y defendiéndolas, no es breve, sino por el contrario bastante extensa, pues contiene veinticuatro párrafos que están divididos por números en la edicion que de sus obras hizo en 1780 la Academia de la Historia. Dicha carta empieza, en efecto, como dice el Sr. Caballero, y concluye en esta forma digna de notarse: Vale. Ex meis hibernis Cordubenses postridie brumei. A. C.-M.D.XLVIII. A esta carta contestó brevísimamente Cano, en forma que podriamos llamar un simple acuse de recibo, desde Salamanca el octavo dia de las kalendas de Febrero del propio año, diciéndole que, siendo su carta lan extensa, copiosa y elegante no le debia contestar de repente, reservándose hacerlo, como en efecto lo hizo, ámpliamente en otra carta que consta de veinticinco párrafos que lleva la siguiente fecha; ex Cœnobio nostro Salmantianse, sin indicacion de mes ni año, pero que sin duda fué escrita en el de 1548, aunque la réplica de Sepúlveda, todavía más ámplia, pues consta de treintaiseis párrafos, fué terminada en Valladolid en los idus de Julio de 1549; en ella lo que discute principalmente Sepúlveda es la cuestion de teología moral, relativa á la ira, asegurando que es virtud cuando la dirige y domina la prudencia, y alega en apoyo de su opinion, no sólo muchos tex

tos de los Libros sagrados, sino otros de los tratados morales de Aristóteles.

Como se ve, Sepúlveda prescinde en estas cartas de la materia de los indios, y así lo declara expresamente, pero en otros escritos la trata, y en ellos, calificando con suma dureza á Las Casas, le atribuye la oposicion que sufria el Demócrates alter; veánse sus palabras: Postea vero cum jam omnis machinationis architectus, nempe Bartholomeus Casas, adesset, et doctorum ánimos callidisime pertractasset, qui hujus rei gratia de longiquo quasi furiis agitatus advolaverat..... Buscó Sepúlveda apoyo para sus opiniones en otros doctores, y principalmente en el sapientísimo D. Antonio Agustin, que fué arzobispo de Tarragona y uno de los jurisconsultos y arqueólogos más famosos de su tiempo; además, contestando á la correccion fraterna del obispo de Segovia, Ramirez, escribió la apología de que antes se ha hablado, y la envió á sus amigos de Roma; pero de todas estas peripecias da cumplida noticia el mismo Las Casas en el prólogo que puso á su tratado sobre el asunto, al publicarlo en Sevilla, en la imprenta de Sebastian Trujillo, el año de 1552: el tratado en cuestion lleva el siguiente epígrafe:

«Aquí se contiene una disputa ó controversia entre el obispo D. Fray Bartolomé de las Casas ó Casaus, Obispo que fué de la Ciudad-Real de Chiapa, que es en las Indias, parte de la Nueva España; y el doctor Ginés de Sepúlveda, cronista del Emperador, nuestro señor, sobre que el Doctor entendia, que las conquistas de las Indias contra los indios eran lícitas, y el Obispo por el contrario, defendió y afirmó haber sido y ser imposible, no serlo tiránicas, injustas é inícuas, la cual cuestion se ventiló ó disputó en presencia de muchos letrados, teólogos y juristas en una congregacion que mandó S. M. jun~ tar el año de 1550 en la villa de Valladolid».

El prólogo de este tratado es del mayor interes, y teniendo presente que la disputa habia enardecido los ánimos, y que era natural que el Obispo respondiese en términos análogos á los que contra él usaba el doctor Sepúlveda, aunque sin duda

« AnteriorContinuar »