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Porque deste golpho de las Flechas salido el Almirante dexó del todo esta isla y se volvió para Castilla con sus buenas y felices nuevas: dexémoslo agora yr enorabuena: porque despues tornaremos á tomar el hilo y escreviremos, plaziendo á Dios, lo que en este su torna viaje padeció y hizo desde que salió de aquí, ocupándonos primero en tratar del sitio, grandeza, longura, latitud, provincias, calidad, fertilidad, amenidad, felicidad desta isla; de las gentes naturales moradores della, las condiciones, costumbres, capacidad, vicios, ritos y religion que tenian, y qué número de vezinos auia. dellos. A vueltas de lo que tocare á esta isla y á la gente della entendemos tocar muchas cosas de las otras islas y Tierra Firme: porque quando á cada una dellas, si gluguiese á Dios, llegaremos para que los leyentes entiendan, mejor lo que dellas se dixere, etc.>>

Puede asegurarse que este gran trabajo histórico que no logró concluir, á pesar de haber vivido tan largos años, fué el pensamiento constante de Las Casas, si bien subordinado á su punto de vista y á sus opiniones respecto á los indios y sus derechos; por eso hemos aseverado en otro lugar, y repetimos ahora, que difícilmente se encontrará un escritor cuyas obras tengan un carácter de unidad tan marcado como el que se nota en cuanto salió de la pluma del famoso obispo de Chiapa; así no se ha de extrañar que el primero y más célebre de sus opúsculos, esto es, la Brevisima relacion de la destruicion de las Indias, parezca un resúmen de lo que hubiera sido la Historia general si hubiese llegado á concluirla, y no cabe decir que fuera aquel el aparato ó boceto de esta, porque la tenia comenzada mucho ántes que pensase en escribir su apasionada y fervorosa acusacion contra los conquistadores españoles, que no otra cosa es la Brevísima relacion, sabiéndose, por lo que dice en el cap. II de la Historia apologética, que fué primitivamente el LXIX de la General, que ésta se empezó á escribir en 1527, y el opúsculo se escribió cerca de veinte años más tarde, y no vió la luz pública hasta 1552. Las palabras del referido cap. II de la Apologética, son las

siguientes: «A tres leguas desta vega, al cabo, al Poniente, está el Puerto de Plata, y junto á él, la villa que así se llama y encima della, en un cerro, hay un monasterio de la órden de Santo Domingo, donde se comenzó á escribir esta historia el año de 1527, acabarse há cuando y donde la voluntad de Dios lo tenga ordenado; y como esto lo afirmaba Las Casas, cuando el cap. II de la Historia apologética era el LXIX de la General, es claro que á ella, ó por mejor decir, al conjunto de su trabajo histórico, se refiere al afirmar que lo empezó á escribir ́ ́en 1527. Este mismo concepto se repite en el prólogo que va ahora al frente de la Historia general, pero que se escribió cuando no habia dividido el autor su trabajo en dos obras distintas, pues en él dice: «porque desde cerca del año de 500 veo y ando por aquestas Indias, y cocozco lo que escribiré, á lo qual pertenecerá, no sólo contar las obras profanas y seglares acaecidas en mis tiempos; pero tambien lo que tocare á las eclesiásticas, entreponiendo á veces algunos morales apuntamientos, y haciendo alguna mixtura de la cuali dad, naturaleza y propiedades de estas regiones, reinos y tierras, y lo que en si contienen, con las costumbres, religion, ritos, ceremonias y condicion de las gentes naturales de ellas.» Lo que hemos subrayado, forma ahora la materia de la Historia Apologética y no se contiene en la General; pero Las Casas no modificó esta parte del prólogo al dejarlo al frente de esta última obra, á pesar de haberlo escrito en 1552, segun en el mismo se dice, afirmándose de nuevo que empezó á escribir las cosas sucedidas en las Indias el año de 1527, siendo muy de notar sus palabras, por lo que las copiamos á continuacion 1:

Y ansí en referir las cosas acaecidas en estas Indias, mayormente aquellas que tocan á los primeros descubrimientos dellas, y lo que acaeció en esta Española y en las otras sus comarcanas islas; ninguno de los que han escrito en lengua castellana y latina, hasta el año de 1527 que yo comencé á escribirlas, vido cosa de las que escribió, ni cuasi hubo entonces

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hombre de los que en ellas se hallaron que pudiesen decirlas...... Pero es indudable, que ni áun los primeros sesenta y siete capitulos de la Historia general que hoy conocemos, son el primitivo escrito de Las Casas, el cual, como acertadamente se dice en el prólogo de los editores, empezó en el convento de Puerto de Plata y en el año de 1527 á escribir sobre los sucesos y cosas de las Indias; pero no en la forma que despues dió á sus diferentes obras: el mismo Las Casas cuenta que en sus largas peregrinaciones, y en los trabajos y fortunas que sufrió, perdió casi todos sus papeles, por lo cual tuvo que escribir muchas cosas fiándose en el testimonio de su memoria, que, segun hemos dicho en otra ocasion, debió ser extraordinaria.

En efecto, no sólo cita en el cap. II la obra de Juan de Barros, impresa en el año de 1552, sino que, como luégo veremos, y el mismo Las Casas declara, gran parte de las noticias contenidas en esos capítulos están tomadas de la Historia del Almirante D. Cristóbal Colon, escrita por su hijo don Fernando, que, segun se infiere de su texto, no pudo redactarse hasta el año de 1537. Es, pues, lo más probable que, en su forma actual, la Historia general empezára á escribirse en el año de 1552 ó 53, y que, cuando ménos, el primer libro estuviese concluido en Noviembre de 1559, fecha del escrito en que dejó encargada su obra al Colegio de San Gregorio de Valladolid; pues el tercero no se terminó hasta el año de 1564, segun consta de las siguientes palabras con que concluye: y plega á Dios que hoy, que es el año que pasa de 61, el Consejo esté libre della. Y con esta imprecacion, á gloria y honor de Dios, damos fin á este tercero libro.>>

Las Casas trazó el plan de su obra cuando áun no la habia dividido en Historia general y en Historia apologética, como se ve al final de su prólogo, en estos términos:

Todo lo que aquí se ha dicho pertenece á las causas for

Asia de Joan de Barros dos feitos que os portuguezes fizeram no descubrimento e conquista dos mares e terras de Oriente.—Impressa per Germao Galharde en Lisboa: á xxvij anno de m v lij (1052).

mal y material de este libro; la formal dél cómprenderá seis partes ó seis libros, los cuales contendrán historia casi de sesenta años, en cada uno refiriendo los acaescimientos de diez, si no fuere el primero que contará los de ocho, porque las noticias de estas indias no las tuvimos sino en el año de 1492; si tuviere por bien la divina Providencia de alargar más la vida, referirse há lo que de nuevo acaeciere, si digno fuere que en historia se refiera.» Sólo tres de estos proyectados seis libros se conocen hasta ahora, y son los publicados por primera vez en cinco volúmenes, por los señores Marqués de la Fuensanta del Valle y Sancho Rayon; pero no puede asegurarse que no escribiera más Las Casas, pues habiendo vivido hasta el año de 1566, y conservado hasta los últimos momentos toda la lucidez de su inteligencia y el vigor de su carácter, segun consta de otras obras suyas, y especialmente de la que escribió en 1564 sobre la legitimidad de los bienes adquiridos en Indias, publicada por primera vez, segun hemos dicho, en París por el Sr. Llorente, parece imposible que no prosiguiera su historia, sino hasta el año de 1550 como se habia propuesto, al ménos, hasta algunos años despues del de 1520, que es el período que abarcan los tres libros que conocemos.

Seria excusado cuanto se dijera acerca de la importancia de esta obra, pues Las Casas, no sólo poseía los documentos más importantes y curiosos relativos á ella, sino que desde el año de 1500 al de 1547 presenció gran parte de los sucesos ocurridos en las Indias, y despues, hasta el de 1566 en que acaeció su muerte, intervino en la direccion de los negocios de aquellas vastas regiones, y sostuvo abundante, contínua y directa correspondencia con las personas que estaban más al tanto de los que en ellas pasaba.

Además, el autor, como repetidamente se ha dicho, tenia opiniones filosóficas, políticas y áun religiosas, no sólo distintas, sino contrarias á las que informan los escritos de los primitivos historiadores de Indias, y, por tanto, para tener idea exacta de los maravillosos acontecimientos de aquel nuevo orbe, desde que á él llegaron los españoles, es indispensable

someter á una severa crítica y á una imparcial comparacion las narraciones de Gonzalo Fernandez de Oviedo, de Pedro Martir de Anglería y de otros escritores, con las del apasionado pero no mendaz obispo D. Fray Bartolomé de las Casas. No hemos de hacer nosotros este trabajo que será indispensable el dia en que trate de llevarse á cabo, como reclama nuestra gloria nacional, el propósito de escribir una historia general del Nuevo Mundo, con un plan parecido, aunque más ámplio que el que concibió y no logró realizar el Sr. D. Juan Bautista Muñoz; pero nos fijaremos en algunas cuestiones interesantes ó curiosas que se esclarecen ó totalmente se resuelven por medio de la obra histórica del Padre Las Casas; empezaremos por una que ha ocupado á algunos eruditos con- . temporáneos, y que hasta que se ha publicado la Historia general de las Indias era para muchos oscura y problemática.

En el añó de 1574 vió la luz pública en Venecia, en la imprenta de Francisco di Franceschi Sanese, la obra titulada: HISTORIE DEL S. D. FERNANDO COLOMBO, NELLE QUALI S'HA PARTICOLARE, ET VERA RELATIONE DELLA VITA, ET DE FATTI DELL AMMIRAGLIO D. CHRISTOFORO COLOMBO SUO PADRE: E DELLO SCOPRIMENTO, CH'EGLI FECE DELL' INDIE OCCIDENTALI, DETTC MONDO NUOVO, HORA POSSEDUTE DAL SERENISS. RE CATOLICO. NUouaMENTE DI LENGUA SPAGNOLA TRADOTTO NELL ITALIANA DAL S. ALFONSO ULLOA.

Era general la creencia de que este libro contenia la Historia del Almirante, escrita por su ilustre hijo D. Fernando, y áun habia noticia de haber existido su original o copia dél, por más de que nadie afirmase haberlo visto, siendo uno de los desiderata de los aficionados á los estudios históricos, y singularmente á los que tienen por objeto el descubrimiento, poblacion y civilizacion del Nuevo Mundo; porque la traduccion de Ulloa revela desde luego que está hecha con poco cuidado, y plagada, por lo tanto, de errores, sobre todo en punto á fechas; la obra es, sin embargo, tan interesante, que teniéndola por auténtica el erudito D. Juan Bautista Muñoz, en el prólogo de su primer tomo de la Hisioria del Nuevo Mundo, único que

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