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empleadas con circunspección, y en cuanto baste para hacer el bien y para evitar el mal.

En fin, muchas y muy interesantes son las disposiciones que habéis dictado en bien de vuestros comitentes. La sociedad ha comenzado á sentir los beneficios de vuestras leyes, y es, á virtud de ellas, que me cabe la satisfacción más grata de manifestaros, que hoy el Estado disfruta la más completa tranquilidad.

Representantes del pueblo, habéis llenado cumplidamente vuestros deberes. Yo os felicito por el feliz término de vuestras tareas. Descended ahora de esos asientos que habéis honrado, con la satisfacción de que habéis hecho el bien de vuestros comitentes. Volved á la vida privada á dar nobles ejemplos de sumisión á las autoridades legítimas, y de una ciega obediencia á las leyes que habéis dictado y que el ejecutivo hará cumplir, para que vuestros afanes y desvelos no sean infructuosos. No olvidéis, señores, que dejáis encargado del poder ejecutivo del Estado á un ciudadano que, aunque animado de las mejores intenciones, no le bastan sus propias fuerzas para sobrellevar la honrosa carga con que lo habéis abrumado. Necesito, por tanto, de vuestra cooperación, y yo espero que como ciudadanos particulares y unidos al resto de los oaxaqueños, prestaréis un eficaz auxilio al gobierno, que no tiene más norte que la consolidación de las instituciones federativas, y la

salvación de la independencia y honor de la república. -Dije

I'

Julio de 1848

Discurso que pronunció el Excmo. Sr. Gobernador de Oaxaca en el acto de la aper. tura de las sesiones del 8: congreso constitucional del Estado

Señores diputados y senadores:

La solemne instalación del octavo congreso constitucional del Estado que venimos á verificar, es un acontecimiento importante, que por las circunstancias en que se realiza, bien pode

1 En la contestación del Sr. Manuel Andrade, presidente del congreso, leemos:

"El congreso se complace de haber cumplido en esta vez con su augusta y difícil misión, sin llevarse del frenético espíritu de partido, marcando sus actos con la equidad y la imparcialidad que deben caracterizar á un justo legislador, que ni teme la cuchilla del enemigo, ni cede con bajeza á los gritos de un aspirantismo desenfrenado, y esta satisfacción que le asegura una conciencia pura y sin remordimiento, lo acompañará siempre en su deseado re

ceso.

"En este estado y como simples ciudadanos los miembros de este augusto cuerpo, procuraremos también cumplir con los deberes sociales que nos ligan, respetando la ley y á las autoridades legítimas constitucionales con arreglo á ella. Procuremos sin descanso la unión íntima y sincera de los oaxaqueños, y nos esforzaremos con empeño en consolidar una administración que no se ha manchado con la usurpación, que no ha desmoralizado al pueblo, que no ha dilapidado los intereses de la hacienda, que no ha hecho derramar lágrimas, ni oprimido aún á los que acaso son dignos de rigor.

"Entre tanto, ciudadano gobernador, queda confiada la nave del Estado á vuestra sabiduría, á vuestra destreza, y el pueblo que os depositó sus intereses, espera que corespondiendo como hasta hoy á su digna elección, lo salvéis de la humillación con el enemigo exterior, y de los horrores de la anarquía que le preparan sus nteriores enemigos."

mos considerarlo como el principio de una época feliz para Oaxaca. Una inmensa desgracia acaba de revelarnos todas las causas del atraso de nuestra sociedad y de la guerra intestina que en veinte años ha debilitado nuestras fuerzas, agotado nuestra hacienda y relajado todos los resortes de la obediencia, del honor y de la moral, sin los que ningún pueblo puede ser libre y feliz. La guerra extranjera conmoviendo fuertemente nuestra sociedad, ha puesto en evidencia la nulidad de nuestras notabilidades de partido, el egoísmo que reina generalmente en nuestras clases, la desmoralización de nuestro ejército, y todos los vicios y preocupaciones que han carcomido nuestro edificio social, que se presenta á nuestra vista todo destrozado y próximo á desplomarse sobre nosotros, si no acudimos prontamente á repararlo desde sus cimientos, hoy quet la Providencia Divina nos concede una tregua para remediar nuestros males.

Vosotros, señores, sois los escogidos para emprender esta obra de reparación. Vosotros que habéis sido espectadores ó víctimas de las desgracias de nuestro país, conocéis el tamaño de aquellos males y podéis con vuestra sabiduría y con vuestra prudencia, aplicarles el remedio conveniente. Para esto el pueblo oaxaqueño os elevó á esos encumbrados asientos, con su voto libre y espontáneo, y por esto los ciudadanos ansiaban por vuestra reunión que hoy celebran con entusiasmo.

Muy noble es, señores, vuestra misión; pero muy grande también vuestra responsabilidad, si indolentes ó medrosos no empleais todos vuestros esfuerzos para satisfacer las justas exigencias de vuestros comitentes. Nada podrá disculpar vuestra omisión en esta parte. Tenéis á la vista con la claridad que puede ministrar la pro pia experiencia, todas las causas de nuestros males, y comenzáis vuestras tareas bajo los auspicios de la paz, porque el buen sentido de los oaxaqueños ha rechazado con justa indignación los halagos y las amenazas de los perturbadores del orden. Para auxiliar de algún modo vuestros trabajos, os presento una exposición sencilla y franca de los actos del gobierno, del estado que guardan los principales ramos de la administración pública, de los obstáculos que embarazan su marcha y de las medidas que pueden dictarse para removerlos. En ella notaréis que recomiendo con encarecimiento, entre otras cosas importantes, la supresión de la renta de alcabalas, la apertura de caminos de ruedas de esta capital á la ciudad de Tehuacán y al puerto de Huatulco, y la habilitación de este para el comercio extranjero, porque estoy convencido de que quitándose los impuestos que gravitan sobre el comercio, la agricultura y la industria, y facilitándose el transporte de sus productos, con la apertura de nuestros caminos y de nuestros puertos, florecerán estos ramos esenciales de la riqueza pública, sin necesidad de otra protección, por

que á la sombra de la libertad todo adquiere vida, todo prospera.

También notaréis, que sin embargo de los incesantes trabajos que los enemigos del orden han impendido para envolvernos en la anarquía, el gobierno ha logrado neutralizar sus esfuerzos y aun reprimir sus criminales maniobras, sin usar de medidas de rigor, que pudo dictar conforme á las facultades amplias de que se halla investido, porque entiende que la acción de las leyes con tal de que en los funcionarios públicos haya voluntad y energía para ponerla en ejercicio, basta para conservar intactas las garantías sociales. Guiado de este principio, ha tenido especial cuidado de colocar en los puestos públicos á ciudadanos de honradez, de integridad y de energía, de excitar á esos funcionarios al exacto cumplimiento de sus deberes, y de someter á los tribunales competentes á aquellos que olvidándose de sus sagradas obligaciones, han conculcado las leyes que debieran cumplir y hacer cumplir. De aquí es que, al daros cuenta de las medidas que he dictado en uso de las facultades extraordinarias, no tengo la pena de justificarme por una orden de proscripción que haya expedido, ni siquiera por una de simple detención. No, señores. Las garantías individuales han merecido mi más profundo acatamiento. Los ciudadanos pacíficos y honrados han disfrutado de los goces sociales, bajo el amparo de las leyes y de aquí nace esa confianza que generalmente reina

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