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Debilitar á los Estados disminuyéndoles sus rentas después de habérselas ofrecido y señalado para sostener su ser político, es siempre un mal; pero lo es mucho más agravante en las presentes circunstancias, en que se teme, como probable, una guerra extranjera, con motivo de la comunicación interocéanica por el istmo de Tehuantepec. Ya veréis, señores, si he tenido razón para deciros, que de llevarse á efecto las medidas del gabinete sobre recursos, se destruiría el sistema federativo y peligraría la independencia nacional; más es necesario salvar estos dos importantes objetos, haciendo todos los esfuerzos que pendan de nuestro arbitrio. Yo espero que el congreso de la nación no adoptará esas iniciativas que tanta alarma han producido en los Estados; pero es preciso que vosotros hagais valer ante la representación nacional, los derechos y prerrogativas del nuestro, y que con la entereza y energía que inspira el derecho de la propia conservación y que aconseja el amor de la patria, le pidáis, no una, sino cuantas veces fuere necesario, que no permita se nulifique el sistema de gobierno que la nación ha adoptado para su régimen interior, y que ha sostenido con la sangre de sus hijos. Comenzad, pues, señores, vuestras importantes tareas, y aun cuando en el presente período no hicierais otra cosa que dictar las medidas que alejen los males que os acabo de indicar, habréis hecho lo

bastante para merecer las bendiciones de vues

tros comitentes.

Dije.

Febrero 22 de 1852:

Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. Gobernador de Oaxaca al cerrar sus segundas sesiones extraordinarias el soberano congreso del Estado

Señores diputados y senadores:

fuísteis con

Terminados los trabajos para que vocados extraordinariamente, cerráis hoy vuestras sesiones para volver al reposo de la vida privada. Siempre es grato dar cima á las tareas que se emprenden en bien de la comunidad; pero lo es mucho más cuando se tiene la conciencia de haber empleado todos los medios posibles para conseguirlo. Vosotros habéis obrado de esta manera. Las resoluciones que habéis dictado y que el gobierno ha publicado para que surtan su efecto legal, lo revelan así.

I D. José María Castro, diputado presidente del congreso, con

testó:

"Bien grave es el sentimiento, Sr. gobernador, que en este momento pesa sobre el corazón de los representantes del pueblo, al saber que V. E., en este acto tan augusto, no ha podido ocuparse sólo de los intereses del Estado, sino que se ha visto en la necesidad de tocar los negocios generales de la nación, por el terrible golpe que actualmente se prepara contra su existencia política.

"En efecto: parece que en ningún tiempo, en ninguna época de nuestra vida social, como pueblo soberano, se han combinado tan perfectamente les elementos más disímbolos para mirar los fundamentos de la independencia y libertad del Estado y las instituciones federales de la nación. Porque, ¿qué otra cosa significa el tratado de Tehuantepec celebrado con una nación vecina, cuyo carácter conocemos, si no el sepulcro de nuestra independencia y la abdicación de nuestra libertad? ¿Qué quieren decir esas iniciativas del minis

A la administración de justicia habéis dado magistrados, cuya sabiduría é integridad probadas dan las seguridades suficientes de que corresponderán á la confianza que les habéis dispensado. Habéis señalado á los representantes del Estado en la décima legislatura la indemnización que estimásteis justa, para que prescindiendo de los negocios que producen la subsistencia de sus familias, puedan dedicarse exclusivamente al desempeño de su importante misión. Habéis habilitado á los jóvenes practicantes de jurisprudencia para que puedan recibirse de abogados y prestar á la sociedad sus servicios con este honroso título: habéis señalado una pensión á la familia desvalida de un buen servidor del Estado que se sacrificó en defensa de las leyes: en fin, habéis cumplido exactamente vuestro deber: volved, pues, á la esfèra de ciudadanos particulares á dar ejemplo de subordinación y de acatamiento á las leyes, de respeto y de obedien

terio de hacienda que proponen la absorción de las rentas del Estado en la hacienda federal, si no el ataque más directo á nuestras sagradas instituciones? ¿A qué viene ese empeño tan decidido en hacer refluir sobre los Estados la crisis financiera' del gobierno general, si no á desorganizar, á disolver y pulverizar la confederación mexicana para después reinar sobre sus escombros? ¿Y será posible que los elegidos del pueblo conozcan el peligro y no procuren evitarlo! No, señor: la honorable legislatura comprende su misión, sabe su destino, y hará oir su voz potente y soberana en el seno de la representación nacional, la repetirá por todos los ángulos de la república, y no perdonará medio hasta ver aprobado el tratado de Tehuantepec, y desechadas las iniciativas del ministerio de hacienda; porque el más importante de sus deberes es conservar ilesos los imprescriptibles derechos del pueblo."

cia á las autoridades. El gobierno, que tiene el encargo de cumplir y hacer que se cumplan vuestras resoluciones soberanas, continuará sus esfuerzos para que ellas no se nulifiquen, y también para que la sociedad siga disfrutando de los beneficios de la paz que la Providencia Divina le está dispensando.1

Enero 30 de 1861.

Discurso pronunciado por el Presidente Sr. D. Benito Juárez, al recibir en audiencia pública al Sr. D. Juan Weller, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de América

Sr. ministro:

Me es grato recibir de manos de V. E. la carta en que el Excmo. Sr. Presidente de los Estados Unidos de América, lo acredita como enviado extraordinario. y Ministro plenipotenciario de

I Contestación del Sr. D. José María Iturribarría, presidente del congreso:

"Excmo. Sr. ¡Quiera el cielo continuar prestando á V. E. sus eficaces y necesarios auxilios para que se prolongue y se arraigue el reinado de la paz y de la ley! Debemos confiar en que la Divina Providencia os los dispensará, Sr. Excmo., porque los dispensa de ordinario á los magistrados celosos que la invocan, que los reciben y que los emplean, gobernando á los pueblos con justicia.

"Continúe V. E guardando y haciendo guardar las leyes de la nación y del Estado, y señalando á sus representantes sus necesidades, sus remedios y las fuentes de su prosperidad. Nosotros nos retiramos al seno del pueblo que nos envió, en donde procuraremos, como V. E. desea, dar ejemplo de respeto á las leyes y á las autoridades, seguros de que con esto haremos un importante servicio al Estado, y de que aún en la modesta condición de simples ciudadanos, y por sólo aquellos medios que son al parecer infecundos, haremos un gran bien á la sociedad, de que deseamos ser buenos hijos. He dicho."

aquella nación cerca del gobierno de la República Mexicana.

Veo también con satisfacción que V. E., como representante de una República con la que tan estrechos vínculos de amistad unen á mi patria, está dispuesto á cooperar á la consolidación del régimen constitucional á tanta costa restaurado por el pueblo mexicano. Esa cooperación servirá de mucho á mi gobierno en su afán de sostener el orden y la ley y de desarrollar los grandes principios de libertad consignados en nuestras instituciones.

Recibo con placer la felicitación que V. E. se sirve dirigirme por la terminación de la guerra civil, y una vez asegurada la paz, mis constantes esfuerzos se dirigirán á mantener las más cordiales relaciones entre México y los Estados Unidos y á que de éllas resulte, no sólo la prosperidad de los pueblos, sino también el desarrollo en el mundo entero de la libertad, de la civilización y por consecuencia el bienestar del género humano.

V. E. encontrará en el gobierno la mejor disposición para mantener y estrechar las relaciones que felizmente existen entre México y la Unión Americana y puede asegurar al Excmo. Sr. Presidente de los Estados-Unidos, que hago fervientes votos por la conservación de la paz y por la prosperidad de ese gran pueblo que en nuestro continente ha indicado á la humanidad el sendero de la verdadera civilización.

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