Imágenes de páginas
PDF
EPUB

izquierda, viendo que otro de la derecha rehusaba aceptar un pedazo de buey (4).

- A mi intento, — respondió el aludido mirando al primero, y empuñando con disimulo la espada. -A la paz del reino,

[ocr errors]

- dijo Asparg.

- A la conquista de Valencia, que ha de ser la primera que emprenda el Rey,-gritó el Cardenal en alta voz. Y el Rey levantando en alto su copa, y esforzando aun mas su voz, dijo:

Pues yo.... á la de Mallorca, que es fuerza ganar antes que á Valencia.

El Cardenal que abogaba por Valencia, con santa intencion y por comodidad propia, hizo cierta sonrisa dudosa; y, no pudiendo contener su deseo, valido de la bondad del Rey, se atrevió á soltar estas palabras:

Sois muy jóven aun para esta empresa. Cuando tengais mas barba y el permiso para hacer la cruzada, enton

ces....

¡Bueno!-replicó interrumpiéndole el Rey, y como enfadado de la risa que movió á los de la izquierda el consejo del Cardenal.

Los de la derecha siguieron brindando por la Conquista de Mallorca, los de la izquierda brindaron con irónica afabilidad por la paz del Reino.

[ocr errors]

Tan dificil será hacer la conquista ?—continuó el jóven Rey.

-Y hasta imposible: respondieron los enemigos de la paz.

--

- Pues, si así se cree, sepan que es de hoy mi amigo el que me siga. Antes de concluir este convite, he de llamarme yo Rey de la isla y tener en mis manos, como juro, la barba de Abohihe.—¡La cruzada preparemos ya, pues, y via á Mallorca!... Y despues de mandar recoger los vinos de la mesa, arrancó de sus vestidos un cordon, lo puso en forma de cruz y mandó al cardenal que se lo cosiera al hombro en señal de la cruzada.

Al levantarse de la mesa, unos de buena voluntad, y otros á la fuerza, prometieron seguir al Rey. El palacio quedó desocupado en seguida y los amigos del Rey empezaron á correr por la ciudad en busca de gente y aparejos, avisando por todo la resolucion soberana, y despachando los negocios que su Alteza les habia encargado.

En pocas horas la noticia produjo su efecto con verdad y satisfaccion en los pechos de los buenos. Pronto acudieron á la ciudad inmensos escuadrones y partidas de caballeros; las plazas se llenaron de víveres y gente que se ofrecia para la armada, y á una señal del Rey todo se trasportó al campo, dirigiéndose desde allí al puerto de Salou, en cuyo punto se debian juntar los conquistadores.

Reunida ya la armada en el puerto, se hizo la distribucion del ejército, colocóse á la derecha de la Capitana una nave para los que habian estado á la derecha del Rey en el convite, y otra á la parte opuesta, para los que habian ocupado el lado izquierdo.

Ordenado ya todo, el Rey levantó su señera, repitió su juramento, dió permiso á los de las dos naves para que pudieran aconsejarle libremente mientras durase la travesía, y al grito de ¡adelante! que dió con gran fuerza y entusiasmo, la armada tomó rumbo hacia Mallorca.

Puesta en marcha la flota, no se presentó todo favorable, y de esto tomaron pié los de la nave de la izquierda para aconsejar al Rey que desistiera de su empresa; pero el Rey solo escuchaba á los de la nave de la derecha, y cada peligro ó contratiempo que se presentaba hacia aumentar mas aun el deseo de la conquista, que por esto le parecia mas grande.

[ocr errors]

Guardad, oh señor Rey, que nuestras velas de nada sirven ya; el viento arrecia y, en verdad, que es contrario á nuestro rumbo. —dijo uno de la izquierda.

[ocr errors]

No importa, ¡adelante!... así mas plácida será despues la mar á nuestros ojos.

Sí, sí: ¡adelante! Búrlese el peligro: por cada uno que pueda presentarse ya cuidarémos todos de avisaros, despues que haya pasado, con un triunfo,-respondió otro de la derecha.

La armada fue siguiendo; la tempestad cesó, y los de la derecha hicieron notar al Rey el viento favorable que empujaba la nave hácia la isla.

Cuando las galeras tocaron las rocas de Mallorca apareció un numeroso ejército de moros que cubria la isla por todas partes. Los de la izquierda hicieron advertir al Rey el gran número de enemigos que se divisaba ; y, recordándo la poca abundancia de víveres del ejército, instaron de nuevo á don Jaime y le pronosticaron su sepultura en la conquista. Los de la derecha presentaron un moro escapado de la isla, que, nadando, acababa de llegar á la flota para asegurar al Rey, aunque con lágrimas, su próximo triunfo y gran victoria (6).

¡Adelante, adelante! — dijo el Rey; - Aterrados todos. -Y el ejército, saltando de los leños, empezó á acamparse por la playa, y á combinar el plan de ataque. Los de la izquierda continuaron dando consejos al Rey. Los de la derecha se esmeraron en presentar una nueva gloria por cada desgracia que se sentia, mientras duró el tiempo de la conquista.

[ocr errors]

- ¡ Volved, volved la vista hácia la izquierda. Mirad allí los moros en celada cual juran no entregarse ni aun muriendo!

- ¡Mirad hácia la derecha, rey don Jaime, veréis á Benabet con ochocientas familias que ya vienen á entregarse!

Mirad el trabuquete de la isla cuan certero dispara á nuestras tiendas! (7).

¡Mirad el forrebol de nuestro ejército como limpia las filas de los moros! (8).

¡Mirad cual cae muerto el de Moncada, y cuantos caballeros de gollados (9).

¡ Mirad los almogavares si avanzan ! como clavan pendones por las rocas.

¡Observad cuantos moros se levantan!

¡ Observad cuantos moros van cayendo!

¡Mirad, cuantos cautivos cristianos enclavados en cruces por los moros!

¡Observad nuestras máquinas cual tiran, sin herir tan siquiera ni á un cristiano, destruyendo los muros y á los moros! (10).

¡Ved cual rompen las minas los sitiados!

¡Ved cual rompen los nuestros por las minas y traspasan las piedras y los hombres, sin mas luz que su acero y su esperanza! (11).

¡Ved en la contraescarpa de aquel foso cuantos guerreros quedan prisioneros!

— ¡ Ved al través del fuego de los fosos cual se arroja hácia aquí el hijo del Jeque, para pedir clemencia por su padre! (12).

¡Ved cual grita el ejército furioso, reforzando la

ta de la entrada!

[ocr errors]

puer

¡ Ved cual llega á la puerta nuestro ejército, y como la desploma por la cava !

¡Ved que contrapared detrás del muro!

¡ Ved como un catalan con la bandera canta victoria

ante el enemigo!

-i

Ved ya la cimatarra de Abohihe .!...

¡Ved la barba de Abohihe! rey don Jaime.

¡Y ante la barba, el brazo tan terrible !!

¡Y en la barba y en todo la victoria!....

-¡ Victoria !!.. Sí. - gritó el Rey ante todos, penetran

do el primero en las murallas.

[ocr errors]

Victoria!... A mi, vil

moro. Yo he de ganar tu barba: es mi promesa. Mi mano está en tu barba: ya he cumplido. Mi mano está en tu barba; ya he ganado.

Y arremetiendo al grito de ¡Adelante! sin separar su mano de la barba del moro, corrió don Jaime con los suyos, hacia la otra parte del muro, y de allí pasó á las torres, y de las torres, al jardin del Jeque, y del jardín del Jeque, á los vastos salones de la Almudana.

Allí soltó el Rey la barba del moro, envainó su espada, perdonó á los vencidos, dió libertad á los cautivos, rindió gracias al Señor por su victoria, y mandó que se preparase un convite para sus compañeros de gloria (13).

En el convite, ocuparon los convidados el mismo lugar y bajo el mismo órden que en el de Tarragona. Llegaron al brindis, y con pasmo vieron los de la izquierda, que los licores y las botellas eran los mismos que se habian servido en el convite anterior, y que don Jaime habia guardado, á pesar de la necesidad que sufríó el ejercito en la conquista. En medio de tal admiracion, el Rey tomó una copa, pasó á un extremo de la mesa, para que todos quedaran de este modo á su derecha; y, dirigiéndose al Cardenal, y luego á los demás convidados, brindó diciendo:

Brindo por los que estan á mi derecha, pues todos me han de ser, desde hoy iguales. Brindo, para alcanzar aun mayor triunfo en la nueva conquista de... . Valencia.

[blocks in formation]

(Época del reinado de Pedro III el Grande, de Aragon.)

Ocupado el Rey en las guerras con el de Francia, nuchos le creian en Aragon para tratar sus asuntos con las Córtes de Zuera, y llevarse á la condesa de Foix que, en

« AnteriorContinuar »