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que antes todos darán la vida, gustosos, y solicitos, que permitan, que su rey de Aragon pierda palmo de tierra, y así por mar, y por tierra son tan admiradas sus proezas (1). Y no menos del pontifice Honorio IV, disgustado por las guerras de Nápoles: Con tales enemigos se ha de empeñar, quien se opone á la casa de Aragon, porque los Catalanes son mas que hombres, no dejando cosa por vencer ni por mar ni por tierra: Ojalá que el papa Martino, no se hubiese empeñado contra ellos, mas nosotros presto los unirémos con la Iglesia, porque son gente de grande bondad, y lealtad, y con ellos solos sujetaríamos al mundo (2).

Corone este discurso del amor catalan, el señor rey don Felipe III, en Aragon, y Cataluña, y VI en Castilla, padre de V. Majestad, que en las cartas remitidas á don Juan de Austria, y á la ciudad de Barcelona de 3 de enero de 1653, y 18 de julio 1654, admitiendo los grandes servicios se da por contento, pondera la fidelidad catalana, admite las finezas prendas de su relevante fe.

Ha sido siempre, Señor, el respeto y veneracion, con sus Reyes, finca segura de su lealtad; sacrilego es quien se atreve á prendas sagradas; los Reyes en Cataluña siempre se han venerado como, á deidades humanas, imágenes fuertes de la suprema Deidad, Laurencio Valla (3). Tienen como cosa sagrada, estas tres personas; Rey, Reina, y Primogénito; y así jamás piensan que es el Rey causa de sus opresiones, sino los ministros, que le aconsejan.

A cuenta de Dios corre premiar la constancia de la se católica, y á cuenta de Dios, corre premiar lo constante de la fe debida á los reyes. No ha faltado á Cataluña premio de una, y otra fidelidad en el feliz progreso de sus victorias, y repetidos triunfos, teniendo su real estandarte, y antigua divisa de sus condes, hipotecado el vencer.

- (1) Zurita t. 2. lib. X. p. 189. y t. 5. lib. I. cap. 12. Gualberto fabric. hist. fol. 152. Montaner Cor. cap. 137.

(2) Montaner, Cor. de los Reyes de Aragon. cap. 149. fol. 124. (3) Laurentius, Valla in Vita Reg. Ferdin. lib. III,

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Testigo abonado sea el señor rey don Jaime II que entregado para la conquista de Cerdeña, á su hijo don Alonso, el estandarte del Principado, lo advirtió con estas palabras (1)

Hijo yo os entrego la bandera nuestra antigua del principado de Cataluña, la cual tiene un singular privilegio, que es menester, que guardeis bien, el cual privilegio, no está falsificado ni improvado, antes es puro, limpio, y sin falsificacion alguna, y sellado con sello de oro, y es este; es á saber, que ninguna ocasion, que nuestra bandera haya estado en campo alguno jamás fue vencida ni desbaratada.

Curioso solicitando la razon de tal privilegio, el señor rey don Martin en las Córtes de Perpiñan no halló otra, que el favor de Dios, y fe de sus vasallos, milagro debido á una fe grande (2) que es la mayor, que vasallos tienen, y deben á su rey.

CAPITULO VIII.

Aumentos antiguos, y disminuciones presentes del principado de Cataluña.

De los árboles, y peñascos, que formó la naturaleza un monte, sabe fabricar una ciudad el arte, de las ruínas de aquel nacen los edificios de esta montaña fuera la ciudad; si los hombres que la hacen habitable no la hicieran habitada, no constituyen una ciudad las piedras, si los hombres que la gobiernan ; muhos hijos hacen la patria numerosa, muchos ciudadanos la ciudad populosa, grandes hijos la constituyen grande, y grandes ciudadanos la hacen admirable, los materiales edificios la adornan vistosa, los racionales la sustentan firme, é indefectible.

(1) Rex Martinus in actis Curia Perp. Carbonell Coronic. de España 253.

(2) Zurita Anales, tom. IV. lib. XVII. cap. 18.

Hijos son de la ciudad los que nacen en ella, y madre la misma ciudad, truécase la naturaleza en los grandes ciudadanos, por ser su filiacion recíproca con sus patrias, es la patria madre del héroe al nacer, y es el héroe padre de la patria al obrar.

Entre las provincias del orbe, quien mas acredita estas verdades es Cataluña, con sus hijos, y sus hijos con su patria, ella les dió el ser natural al nacer, y ellos le dieron el ser heróico en sus obras, que las buscaron padres ; para dar nuevo ser, aliento, y nobleza á su patria.

Dióse á conocer, ó nació Cataluña, con el nombre céltico, que despues trocó en España citerior, y en Tarraconense, y últimamente en Cataluña; en las obras de sus hijos, ya en las primeras inundaciones de naciones remotas, que sedientos del oro abortaron los Pirineos, entre las encendidas llamas vinieron á apagar su insaciable sed, ensanchóse, y poblóse con la venida de los Cartagineses, ilustróse con el valor de los Romanos, unido con los Celtas, y otros pueblos, sus antiguos pobladores, ennoblecióse con los Godos, que la eligieron corte, y marcial palestra de sus gloriosos triunfos, hasta conseguir el imperio de toda España (1).

Diéronle nueva vida, renaciendo cual otro Fénix de sus cenizas en la lementable tragedia de España, y fatal estrago de los últimos Godos con las hazañas heróicas, que le dieron nombre, y ser tan glorioso de Cataluña, hasta aquellos tiempos aun no conocido, aunque hay quien diga de la venida de los Godos, y Alanos haber quedado el nombre á Cataluña.

Este fue principio felíz, y fundamento fuerte de los adelantamientos de Cataluña, engrandeciéndose, y dándose á conocer por sus hijos por todas las naciones del mundo, apreciándola sus condes, y señores, por lo relevante de las heróicas acciones, y grandes proezas en la expulsion

(1) Pujadas, Carbonell, Diago, y los demás referidos.

de los Moros, conquistas de Mallorca repetidos reencuentros en la Provenza, y victorias marítimas conseguidas gobernándola sus serenísimos condes Berengueres (1).

Con el crédito, y valor de tales hijos, creció su patria en poblaciones grandes, suntuosos edificios, magnificos templos, santuarios devotos, y otras grandezas, que refieren las historias (2).

Ennoblecióse, y acreditóse con las proezas dende el tiempo del serenísimo señor rey don Alonso II, hasta el serenísimo señor emperador Cárlos V. en tiempo de los cuales emprendieron fuertes, y consiguieron valerosos tan grandes empresas, que solo caben en lo grande de la admiracion, con tan grande autoridad con sus reyes, que les fiaban el gobierno de su monarquía, todos los empeños terrestres, y marítimos, saliendo vencedores (3) en las conquistas de Mallorca, Menorca, Cerdeña, Nápoles, y las otras estan referidas en el cap. 5.

El crédito, y la estimacion de sus reyes, fue tan grande, que ofreciéndose necesidad, ó empeños, luego acudian á Cataluña, los negocios secretos, y de mas importancia les fiaban, solo del valor catalan (4), tomando los duelos de sus fieles vasallos por proprios, testigo el señor rey don Jaime el Conquistador, que aunque se ajustaba, con lo que pedia el Rey moro de Mallorca para entregarle la plaza, no consintiendo los Catalanes, se apartó de los conciertos, y tomó por empeño su duelo, vengando su sangre vertida en tan reñida conquista (5).

El serenísimo señor rey don Juan habiendo empeña

(1) Diago, Hist. de los condes de Barcelona, lib. I. cap. 19. y 20. Diago, Hist. de los condes de Barcelona, lib. II. Zurita Anal. de Ara. tom. I. (2) Diago, Hist. de los condes de Barcelona, Corbera, Cat. ilustrada, Hieronim Pau, en la sua Barce.

(3) Zurita, Annal. de Arag. en las vidas del Rey D. Pedro II, III y IV. D. Jaime, D. Alonso, D. Martin, Carbonell, Coro. de Marineo Sículo de rebus Hisp. lib. XIII. fol. 108. Montaner, Coro. dels Reys de Aragó. (4) Montaner, Coro. dels Reys de Aragó.

(5) Abarca Annal. de Arag. en la vida del rey D. Jaime.

do los condados de Rosellon, y Cerdaña, á Ludovico rey de Francia, y mandando á los Roselloneses entregasen las plazas al Francés, respondiéndole antes sufririan cualquier linaje de muerte, que estar sujetos á otro príncipe que á su natural señor, y que si á su Majestad le parecia bien, se retirase de Rosellon, que ellos solos se defenderian, viendo el rey la lealtad de tan finos vasallos, aunque no pudo apartarse de lo concertado estimó la accion, les dió asistencias para la guerra, y sufrir el dilatado sitio de Perpiñan de donde tomó orígen el mas relevante timbre desta provincia (1).

Adelantóse tanto el aprecio y aumento de Cataluña, que no solo venian los reyes á Calaluña para las asistencias de sus armadas, sí para pedirles consejos, dando privilegio expreso á la ciudad de Barcelona el señor rey don Pedro, y el señor rey don Jaime, que le pudiesen aconsejar (2).

Y para que fuesen medios con los otros reyes contrarios, requiriéndoles se apartasen de la guerra tenian con su Rey, como lo fueron reinando el señor rey don Juan II con el rey de Castilla, y reinando el rey don Alonso V, con el rey de Navarra y Castilla, estas son las palabras de la Reina referidas por Zurita, como se podia oir por el Principado, ni tolerar por los Catalanes, que mas que otra nacion, engrandecieron sus principes de pequeño señorio en mayor, por esto seria muy justa cosa, que los Catalanes por via de embajada, hiciesen desistir al rey de Castilla de la guerra emprendida por Navarra, como otra vez lo hicieron en tiempo del rey don Alonso, que tomaron sobre si el cargo de la guerra, en caso que el Rey no quisiese proveer en los hechos del infante don Enrique; y en otro lugar, pidiendo el rey de Aragon al principado, que dentro de 15 dias requiriese al rey

(4) Marineo Sic. de rebus Hisp. lib. XVIII. fol. 149 Carbonell, Vida del rey D. Juan.

(2) Privilegii Regis Petri Barcinon. á 15 de diciembre 1362. Privilegii Regis Alfonsi 9. abril. 1425. Carbonell Coro. de España fol. 245 Zurita t. IV, lib. XVII, c. 18 y t. IV. lib. XVII cap. 21.

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