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habiendo muerto le dejó por tutor de sola una hija, única >>heredera hasta que pudiese casarse y que en el interín >>mantuviese el Señorío de Gáldar, cuando le cautivaron y ›fué á España, trataron los deudos y demás parientes de »darle mando que era el dícho Rey de Telde Bentago, am>>>bos muchachos, ella de diez y seis años y él de poco más >>de diez y ocho, queriendo todos hacer lo que D. Fernando >>>les pedía por habérselos muchas veces propuesto, y por otra »>parte no querían desamparar á su Rey y Señor natural que >>les decía, se acordasen del engaño del general Pedro de >>Vera, que invió á los Canarios á la conquista de Tenerife, »y los invió á vender y que así no diesen crédito á los Es»pañoles. Mucho sintió D. Fernando Guanartheme por estar >>empeñado con su padrino, mucho hizo Juan Mayor en >>decirles la verdad. Avisósele á el General Pedro de Vera la »rebeldia de los Canarios, con que dió órden de ir allá, dis>>puso la gente el Alferez Jaimez y la suya Miguel de Moxi»ca y marchó la vuelta de este risco por la mar, saltaron en >>la playa de Tazartico y pusíéronles sitio muchos dias y no >era posible el darse: era un risco muy empinado por todas partes á modo de torre con anchura por arriba y una »fuentecica bastante para darles agua, solo tenia una subida »muy agria y facil de defender, tenian todo género de sus >>>armas y piedras grandes rodadizas para despeñar, con >>>que no era posible acometer sin grave daño ó peligro ma>>nifiesto: acordóse de rehacerse de más gente para darles »asalto á la fortaleza enriscada, que nos habian de allí >>muerto ya ocho hombres y herido á muchos sin ningun fru>to; habiendo vuelto á escuadronar más gente, fuimos á los >> Canarios con más furia que la pasada, y los hallamos me»jorados en el fuerte llamado Axodar, y entonces el Gobernador Pedro de Vera por una parte y Miguel de Moxica >>>con sus doscientos Vizcainos por otra, empiezan á subir la >>>cuesta casi á pique, con tanto impetu, que los nuestros los >>hicieron poner en huida la cuesta arriba, y al llegar á unos >>malos pasos que en ella hay se esforzaron los Canarios en »tanta manera y volvieron sobre los nuestros, echando á ro

»dar muchas y grandes piedras, y tirando piedras, sin po»derse valer de las armas, haciendo pedazos á los nuestros y »muriendo muchos sin poder huir, ni acometer; porque á »el huir venian rodando las piedras y el acometer era me>>terse en sus manos, con que tuvieron esta victoria por su»ya con grandes ventajas. No bastaron las voces y súplicas >>de D. Fernando Guanartheme para que se aquietasen por >>que más se encarnizaban en matar cristianos, y ellos le da>>ban mayores voces que se apartase del peligro y él más se >>entraba á aquietarlos, y decian que aquel era el dia en que >>acabarian á sus enemigos que venian á quitarles su tierra: »y D. Fernando constantemente perseveraba aplacarlos y no >>hubo remedio, aunque poco a poco fueron aflojando el »arrojar piedras, juzgóse no salir de allí vivos, porque no >>se pensó tal destrucción que harian las piedras. Murió des»pues el buen Miguel de Moxica y la mayor parte de sus >>Vizcainos y luego muchos caballeros conquistadores que >>le causó gran sentimiento á el gobernador Vera; pidióle á »D. Fernando que hiciese enterrar á los difuntos y asi lo »>hizo, trájose el cuerpo de Moxica y los heridos para curar »y á el otro darle honroso enterramiento á el pueblo de Gál»dar en una casa grande que estaba á una punta del lugar, »y en otra allí cerca se decia misa y llamaron de la advoca>>cion del Señor Santiago, onde fueron enterrados los cris>>tianos.

>>Cerca de este sitio se fabricó un castillo para guarda de »el Real, y mientras sanaron los heridos dispuso la órden »de hacer otra embestida y dar fin á lo que tanto deseaba. >>Ordenó su gente y marchó en busca del enemigo dia de Sta. >>Engracia, quince de Abril, tuvo aviso que se habian reco»gido en otra fortaleza de Ancite y allí los cercó y hirió á >>muchos y les dió temor y los cristianos se esforzaban por »ganarles lo mejor. Fué segunda y tercera vez D. Fernando »Guanartheme à pedirles la paz y no permitiesen morir co»mo bárbaros, pues podian ser cristianos y en su libertad. »Todos querian y estaban perplejos á rendirse, mas quien »queria ser Rey no admitia partidos, no fué posible redu

>>cirlos tanto que lloró Guanartheme de ver el desastroso fin »que se les amenazaba, diciéndoles que el poder del Rey de >> España era grande, que su palabra era tan firme como el >>sol á el medio dia: tampoco: mas si el no quizo, quisieron >>>todos los Canarios, y este mancebo se fué á un risco pen>>>diente que hace un grande despeñadero y se arrojó por el >>abajo dando fin á su vida y vida á los que voluntariamen>>>te haciendo seña de paz á vista del ejército católico se en>>>tregaron al gobernador Pedro de Vera.

>> La parte ó risco por onde se despeñó, llaman de Ancite, »y llegando allí se abrazó con él un su amigo muy íntimo, y »ambos se hicieron pedazos del risco abajo. Frontero de »este risco hay otro, Tirma, que por allí se arrojaron dos »mujeres por no ser prisioneras de unos Españoles que las »siguieron hasta allí por onde se arrojaron y llaman el Sal>>to de las mujeres y este el del Caballero.

>>> Diéronse infinitas gracias a Dios nuestro Señor por ha>>berse concluido este deseado fin tan largo y trabajoso, to>>dos los capitanes y caballeros dieron muestras de alegria »dando sus brazos á los amigos Canarios, haciéndoles el >buen tratamiento que sus Altezas mandaron: fué esto jue>>ves dia veinte y nueve de Abril de 1477 años en Jodar à las diez del dia.

»Trajeron los más nobles Canarios la hija del Guanar>>>theme de Gáldar sobrina, otros dicen prima, porque dicen »que aun no era hermano de su padre el Rey Guadartheme, »que socorrió á Diego de Silva y ésta era su hija única hoy de toda la Isla y prima de D. Fernando Guadartheme, en»tregáronsela á Pedro de Vera y la recibió con notable »agrado, mandóla á aposentar y entregar á un Francisco »de Mayorga, Alcalde Mayor y era casado con D.' Juana >>Bolaños, fué cristiana, llamóse D." Catalina Guadartheme y »para el dia siguiente se ordenó venir á el Real de Las >> Palmas.

>> Hiciéronse fiestas de regocijo por toda la Isla y el Alferez Alonso Jaimez de Sotomayor levantó el pendon, hacien»do la ceremonia en nombre de los Reyes, y era el pendon

>>que traia el Sr. D. Juan de Frias, cuando se daba la bata>>lla mientras se peleaba, blanco, de tafetan delgado, pequeño >>con dos puntas de rabo de gallo que quedó en Canaria, »por memoria, y ésto fué en el Real de Las Palmas dejando »á la Señora en Gáldar.»

Es de notar la diferencia que se observa entre lo escrito por Gomez Escudero y Antonio Cedeño, el célebre soldado de los Pardillos; y conveniente es trasuntar lo que este cronista refiere, desde la llegada de D. Fernando Guanarteme hasta la rendicion de la isla. Dice así (1):

«Llegados que fueron á Canaria D. Fernando Guanar>>theme y Miguel de Muxica y demas Vizcainos: D. Fernando >>procuró con los Canarios con todo empeño de que se die>>sen á los Reyes Católicos, los cuales estaban endurecidos >>y contumaces con los tratos pasados, y temiendo ahora ser »engañados no lo quisieron hacer: habia ya quedado poca »gente y ésta andaba en lo más aspero de la tierra. Acorda>>ron los capitanes y D. Fernando Guanartheme de ir por la »mar á dar sobre ellos, y así fueron á un puerto que llaman >>Tazartico, onde acometieron á los Canarios que estaban >>en la fortaleza de Ajodar que es sobre Tazartico, esta for>>taleza es un cerro pendiente y alto un tiro de arcabuz cer>>cado en redondo de un risco tajado con sola una subida y >> arriba hay un llano y una fuente que dá agua para beber >>cien personas. Y como D. Fernando y Pedro de Vera re>>>conocieron el lugar y sabian la gente que estaba en él, »que primero habian de morir que rendirse porque tenian >> allí á su Señora á la cual defendian y guardaban con gran>>de amor, así no osaron pues subir á acometerles, lo cual no » quiso Muxica seguir, pues antes llamando á sus Vizcainos »á parte, acometieron á subir y no fué posible el poder estor»bárselo todo los Capitanes. Y yendo subiendo todos la cues>>>ta de Ajodar, los Canarios se estuvieron quietos sin pelear, >>hasta que Muxica y los suyos subieron á onde no podian >>ser socorridos de los demás cristianos. Allí empezaron los

(1) Antonio Cedeño, M. S. cit. p. 82.

»Canarios á bajar y á arrojar grandes piedras á rodar des>>peñadas, de tal manera que no valia el juir ni el esperar, >>que el mesmo peligro tenian unos y otros, porque la gente >>principal de los Canarios venia descendiendo por una >>parte del risco onde las peñas rodadas no alcanzaban, y >>cuando fué tiempo, hicieron señal que no echasen más pie>>dras los de arriba, y dieron en los que habian quedado vi>>vos, con que no escapó ninguno de los que habian subido »con Miguel de Muxica.

>> Despues de hecho este disparate y esta matanza, los >> Canarios no se contentaban con lo hecho, sino cojer las »armas de los ya difuntos, y venir acometiendo sobre Pedro »de Vera, muy en órden y con gran furia, y á todos los que »juzgaron socorrer los Vizcainos habian subido el valle »arriba. Venian ciento y cuarenta Canarios nobles que traian "por capitan á el Faycan de Gáldar llamado Guanache-Se»midan y padre de Utendana, de quien proceden los Cabre»jas, porque Francisco Cabrejas casó con hija de Utendana, »el cual Canario fué muy esforzado y dispuesto. Tenian por refran los Canarios, que cuando alguno presumia mucho »de galan y valiente le decian hau eres tu Utindana? Mucho »estrago hicieron en esta acometida los Canarios y mucho »>valor mostraron, y fuera mucho peor si D. Fernando Gua>>nartheme, no les dijera en su lengua: «Amigos y parien>>tes, poniéndose delante de los cristianos con grande es>>>fuerzo é instándoles se estuviesen quedos, que mas os va>>le ser cristianos como yo lo soy y daros á el Rey Católico y >no andar corridos, que sereis bien tratados.» Respondié›ronle los Canarios: «Ea, Guanartheme, salte á fuera tú y »los tuyos y déjanos pelear, que hoy en este dia te haremos >>Señor de Canaria y te casaremos con tu prima y vengaremos los engaños que éstos nos han hecho. Díjoles D. Fer>>nando Guanartheme: Amigos, no permita Dios que tal cosa »yo acepte, pues he visto la cara del de España á quien dí >>palabra de guardar lealtad y morir por ella. Oido ésto por >Pedro de Vera, se alentó mucho con los suyos y así pro»curó salir de aquel peligro con el amparo de D. Fernando

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