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á la conquista de Málaga. de cuya Catedral fué Dean en 1496, mereciendo, como distinguido criado del Rey,ser agraciado con grandes extensiones de tierra, en el repartimiento que en Málaga se hizo, colmado de distinciones y honores y ámpliamente recompensado.

No debe extrañarse tales honores y distinciones, olvidándose que fué la causa de los muchos desastres ocurridos en esta isla,porque desgraciadamente vemos que es achaque de todos tiempos el que obtengan recompensa los culpables y no se premie al virtuoso.

El historiador Viera y Clavijo, siempre imparcial, ataca en términos destemplados al Deán Bermudez, y como fin á la vida de este personaje, que ocupa tan triste lugar en nuestra historia, véase como se expresa D. Cecilio García de la Leña en sus Conversaciones históricas malagueñas (Màlaga, año de 1792), quien al hablar de la erección de la Catedral de Málaga, señala entre sus dignidades al Sr. Dean D. Juan Bermudez.

«No he dejado de hacer, dice, algunas investigaciones, »pero las más sin fruto sobre el Deanato de ella, sólo he po»»dido averiguar fué presentado por los Reyes Católicos para »esta primera dignidad al tiempo de la erección de la Igle»sia, el célebre Dean de Canarias D. Juan Bermudez, clérigo >>de la Diócesis de Sevilla, Capellán de los Reyes Católicos. »A éste despachó su Bula el Papa Inocencio VIII en 15 de >>Mayo de 1488, en el cuarto de su Pontificado, en la que di>>ce: Que habiendo sabido que el Deanato de la Iglesia de Má>>laga del Patronato del Rey y la Reina de Castilla y Ara»gon, estaba vacante desde su primitiva erección, presenta»ba para él al amado hijo Juan Bermudez, Dean de la Igle>>sia de Rubicón, cuya presentación hacia en él á súplica de >>los Reyes y Reina Fernando é Isabel.

>>No sé por que motivo se retardó en tomar la posesión, »y así no pudieron surtir su efecto dichas letras en tiempo >>de Inocencio VIII, aunque al pié de ellas estaba puesto su »juramento de fidelidad: por ésto, para quitar dudas, recu»rrió dicha Dean Bermudez electo,á la Santidad de Alejandro

»VI para que le despachase nueva Bula, para tomar la pose>>ción de su Deanato, por haber ya muerto su predecesor. >>>Con efecto, la expidió dicho Papa en 3 de Noviembre de >>1494 dirigida al Obispo de Jaen, en la que refiere la de su >>antecesor Inocencio VIII, y prosigue diciéndole, que ha >>biéndosele hecho una súplica, por parte de dicho Juan Ber »>mudez, que las dichas letras de Inocencio no fueron ejecu>>tadas, ni cumplidas en su debido tiempo: infra annum,ante »diem obitus dicti prædecesoris, y si por ésto no pudiesen >>surtir su efecto, que le despachase otra Bula, como en efec>>to se la dió, cometida al Obispo de Jaen: éste, hecha la de»>bida averiguación, dió comisión al Obispo y Canónigos de >>Málaga para que le diesen la posesión del Deanato, su fe»>cha en Jaen á 10 de Agosto de 1495. Y luego consta le dió >>su posesión el circunspecto varón el Sr. Pedro Dagus, >>>Maestro en Escritura y Cantor en dicha Iglesia en 19 de »>Mayo de 1496, y al que amaban tanto sus Altezas que lo >>> destinaron luego á esta Iglesia.

»>Apoyo este sentir con una Real Cédula de dichos Reyes » de 23 de Setiembre de 1487, por la que manda que al Dean de >>> Canarias, entonces su Capellán, y á otros nueve Capellanes »se les den y repartan diez casas las más inmediatas á esta >> Iglesia «para que con más comodidad sirviesen en dicha » Iglesia.» Prueba clara de que este Dean, y los nueve, fue>>ron de los primeros Prebendados de nuestra Catedral. Y >>con efecto en los Repartimientos están como criados del >>Rey D. Juan Bermudez, Dean de Canarias, su sobrino Juan » Bermudez, Martín Gil, canónigo, y otros dos Giles que >>>eran hermanos; pero no constando en ellos ser Dean de >>Málaga, sino de Canarias, no lo era en posesión desde el >>principio hasta 1496 y si presentado desde 1488.

»Esto no obstante, y lo que se infiere de lo dicho, si que >>dasen algunas dudas puede que con el tiempo las aclare. >> Pero diga lo que quiera Don Joseph de Viera y Clavijo en el >>tomo 2.° de su historia de las Islas Canarias en Madrid año >>de 1773, desde la página 32 hasta la 60,en que trata de Don >>Juan Bermudez, con poco decoro, es constante que murió

>>de Dean en Málaga antes de Septiembre del año 1508; pues >>en 12 del mismo mes y año, consta dada la posesión de es»te Deanato á su sucesor inmediato Don Rodrigo Manrique, »habiendo muerto en esta su Iglesia dicho Bermudez.

«Por lo dicho hasta aquí, y lo que consta en el Archivo >>de esta Catedral, se ven las muchas equivocaciones y ca>>lumnias, que contra el decoro y buena fama de nuestro >>Dean, esparció dicho Viera y Clavijo en el tomo 2.° citado »y en el 4.o página 62.Allí dice que en 1480 fué sentenciado >>Pedro del Algaba á perder la cabeza en un cadalso y el »Dean Bermudez á destierro perpetuo de la Isla por amoti»nador y sedicioso: y á la página 60 prosigue: y desterrado »Don Juan Bermudez, manchado de la sangre de los Cana»rios, fué recibido en Rubicón como un San Juan Crisósto. »>mo, bien que algunos dias después perdió la vida, devorado »de pesadumbres: y antes dice, que era un Eclesiástico fac»cioso y de malas costumbres, inquieto, traidor,etc. etc.

«Sin más que ésto, se vé lo nada instruido que estaba es »te autor en la vida de nuestro Dean cuando pone su muerte »en Rubicón año de 1480, sin saber que los Reyes Católicos >>honraron su fidelidad y servicios con varios repartimientos >>y con el Deanato de esta Catedral que obtuvo hasta el 1508.

>>En mayor prueba de la fidelidad con que nuestro Dean. >>Bermudez sirvió á los Reyes Católicos en la conquista de »la Gran Canaria, están los repartimientos de heredamientos de viñas y tierras que en ella le dieron sus Altezas en >>premio de sus buenos servicios. Así consta en una escritu>>ra de donación irrevocable que hizo de ellos á su sobrino >>Pedro Bermudez, hijo de Ordoño Bermudez su hermano » difunto, la que otorgó en Málaga ante Anton Lopez, en >>19 de Octubre de 1502, que he leido en el oficio de Don Fran>>cisco María Piñón, donde está protocolada al folio 502 del >>legajo de dicho año en la que consta: Donacion del honra»do Dean de Málaga Don Juan Bermudez Capellan del Rey »y de la Reina, á su sobrino Pedro Bermudez hijo de Ordo»ño su hermano difunto etc. Basta con lo dicho para la vin>>>dicación del buen crédito y fidelidad de nuestro Dean.>>

TOMO III-10.

Volviendo á nuestra relacion, cuando el General Rejon se encontró dueño absoluto del Real y sin nadie que le hiciese oposicion, ni contradijese sus órdenes, dió principio á una ruda campaña contra los indígenas canarios, y si bien se mostraba en cierto modo indulgente con los vencidos, era intolerante con aquellos que sostenian la libertad de su patria.

Los contemporáneos le juzgan de diferente manera, segun la mayor ó menor simpatia que les inspiraba, estando todos de acuerdo en que ejercia sobre los canarios una tiránica opresion, tratando de dominarlos por el temor y el miedo. «Tanto los oprimia, dice Gomez Escudero, que se >>venian á entregar á el Real con bastimentos, diciendo que >>eran pocos los canarios que quedaban, y esos presto se »darian todos, y que no los maltratasen: solamente se mos>>traba piadoso con los rendidos, y así por esta parte fué >>loado.»> (1)

Hablando Cedeño del mismo Rejon, dice que «continuó >>sus entradas contra los Canarios, en que tuvo algunas es>>caramuzas, sustentándose de los robos que hacian él y los >>suyos.» (2)

No me ha sido posible determinar la marcha emprendida por Rejon en sus campañas contra los naturales, ni los puntos á donde dirigia principalmente sus ataques, ni las fuerzas con que contaba, ni los oficiales que tenia á su mando para dirigir las operaciones; pero es sabido que el General Rejon era hombre de valor acrisolado, de extraordinaria actividad, y que de seguro hubiera llevado á cabo la conquista á no ser las dificultades y entorpecimientos que se le presentaron y que fueron grave contratiempo para ello.

Historiadores hay que describen encuentros y batallas como si hubiesen sido testigos de ellos ó hubiesen tenido á la vista un diario de operaciones; pero como no he encon

(1) Gomez Escudero: M. S cit. cap. VIII, p. 19.

(2) Cedeño: M. S. p. 77.

trado documentos fehacientes que garanticen esos relatos, y como me he propuesto ceñirme sólo al derrotero de la historia y á los hechos que puedo comprobar, no se extrañará por ello que no me haga cargo de esos relatos que conceptúo hijos de una poética imaginacion, por más que hayan merecido aplausos de los que han venido despues, y que si algo han hecho es aumentarlos con más fantásticas proporciones.

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