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» Marqueses de Cádiz, asaltó una noche con las gentes del >>referido Marqués y la suya la fortaleza de Medina, y guar»dada por un caballero que se llamaba Basurto, y lo despe»ñó de la muralla. Entonces los Reyes Católicos, por pro>>tegerle y sacarle de Andalucia, donde sobrevenian tan >>>frecuentes revoluciones, determinaron enviarle à nuestra >>conquista de Canaria, con título de Gobernador y Capitan general.» (Fern. del Pulg. cap. 64. Haro Nobil. Genealo. Lib. 5. cap. 14. p. 481.)

No hubo pues tal destierro, y antes vino á Canaria por Real proteccion, ó tal vez, y es lo más probable, como jefe aparente, por las prubeas que habia dado, para realizar los deseos de conquista de los Soberanos. Prueba de ello es que los Comisarios para la conquista, se apresuraron á preparar la expedicion, reclutando el mismo Vera 150 ballesteros y 20 hombres de á caballo, saliendo de Cádiz en una fragata y dejando á sus dos hijos encargados de alistar otra embarcacion qne habria de salir inmediatamente.

A pesar de ser la cosa tan natural y práctica, dados los deseos de los Reyes Católicos, no se hallan contestes cronistas é historiadores, en los hechos ocurridos en el Real de Las Palmas á la llegada de Pedro de Vera, llamando tal divergencia la atencion.

Dice Gomez Escudero (1): «Habiéndose ya dado cuenta de »la muerte de Algaba y destierro del Dean y que era solo »por vengarse Rejon, inviaron sus Altezas á un caballero >>natural de Jerez de la Frontera llamado Pedro de Vera >>con provision Real á todos así, á el Capitan Juan Rejon, »Alferez Mayor y Esteban Perez Alcalde Mayor y capitanes, >>oficiales, aventureros y demas personas, le reconociesen y >>obedeciesen por capítan general de la conquista de la Gran »Canaria. Llegó á el Puerto de las Isletas onde estuvo dos >>dias por su voluntad sin venir á tierra en el navio. Luego que fué llegado se supo todo y viendo que no venia fué Rejon y el Alferez Jaimez y todos los caballeros conquista(1) Gomez Escudero: M. S. cit. cap. IX, p. 19.

>>dores y otros muchos desde el Real á el Puerto, y le invió >>Rejon un mensajero á el navio dándole la bienvenida á »que su merced gustase de venir á tierra y luego vino y >>abrazó á Rejon y á Jaimez y á muchos, á todos haciendo »muchos cortejos y mostrando gran contento y cariño agra»deciéndoles mucho su presencia. Trajéronle á el Real de >> Las Palmas muy bien cuidado y él enseñó sus provisiones »á Rejon, fueron obedecidas y vistas muy bien, no se halló >>cosa en contra y hospedóle y regalóle en su casa y el Re»jon se mudó á otra. Rogóle y porfióle mucho el capitan »Vera que no se apartase, que en ella cabian ambos, él in»sistió en ello diciendo que la posada era corta que mejor >>estarian apartados.

>>Despues de largas conversaciones y dos dias despues, >>dijo el capitan Rejon á el capitan Vera, me parece que sus »Altezas están mal informados de mi buen proceder y así »procuraré ir á España en el navio que vuesa merced ha >>venido. Respondióle Vera, cierto que no es navio para eso, »porque en él me vi en mucho peligro porque hace mucha »agua, y dijo que presto vendria otro nuevo que esperaba de >>bastimento, gran velero, y en él iria con mucho gusto y »mas sosiego, y que en el interin gozaria de sus favores y >>consejos de hombre tan práctico y que en ello hacia mucho servicio á sus Altezas y él gran merced; estimólo en mu>>cho Rejon y hizo lo que el gobernador le mandó con gran >>voluntad.

>>>Hacia sus entradas contra los Canarios el capitan Vera, >>todo por consejo y voluntad del capitan Rejon, con mucha »paz y concierto, despues de cuatro meses llegó el navio que »se esperaba con bastimentos y en él un hijo de el goberna>>dor y capitan Vera llamado Hernando de Vera con gente »para la conquista, y el Rejon fué muy gozoso con algunos >>amigos suyos y se llegó á el Puerto á ver el navio y entró »en él acompañado de Hernando de Vera el cual habiendo »estado dentro le dijo, como tenia órden del Gobernador su »Señor de prenderle y llevar á España, mandó en que nadie »le hablase ni le viese poniendole guardas. Y luego el capi

>>tan Vera hizo proceso con escribano, de como habia dego»llado á el Capitan y Gobernador Pedro de la Algaba sin » tener poder para ello y de el destierro del Dean Bermudez su compañero.

>>Luego se fué en casa de Rejon y le inventarió sus >>bienes que son éstos: cuatro caballos con sus sillas y fre»nos, cuatro adargas, cuatro pares de corazas, cuatro cotas >>de malla, doce paveses y doce rodelas, tres docenas de »lanzas, y una caja grande ó arca de aparejos de gineta,cas. »>cos, riendas, cabezadas, muchas espuelas, estribos, láti»gos, cinchas, pretales, riendas diferentes, dos adargas afo>>rradas en seda y clavazon dorada; dos arcas de ropas de >>vestir asaz buena, dos harros de plata, cuatro tazas y un »salero, doce cucharuelas, dos paños de corte ó resposte»>ros y otros dos no tan buenos, mesa y sillas. Solo la cama » le llevaron á el navio y tambien doce cubiletes de plata le »>quitaron, dos bufetes, doce sillas y otros baratijos de la ca»sa todo se puso en almoneda y con brevedad lo remataron: >>lo mas llevó por si de ciertas cosas precisas para alojarse »el general Vera. Consolaba á Rejon por mensajeros y á >>sus amigos de que aquello le era forzoso hacer, que sus >>> Altezas estarian bien mal informados, que por tanto ser>>vicio le premiarian confesando la verdad y mostrando que »por ello le pesaba. Proveyó el navio de regalos para el via»je á costa del capitan Rejon y despachóle à España remi>>tiendo preso á sus Altezas y á Esteban Perez y á Ruiz Diaz.

>>Los Capitanes, Alferez, oficiales sintieron la liberalidad >>en la falta de arrojo refiriendo los peligros á que se expu>>so y los libró el buen Rejon y llegaron á quererse dividir y >>hubiera de haber motin de los soldados contra el gober>>nador Vera.»>

Y Antonio de Cedeño, que era de la faccion del Dean Bermudez (1) y por lo tanto enemigo irreconciliable de Juan Rejon, hace constar, sin embargo, lo querido que era éste no sólo por su trato afable y agraciada sonrisa, sino por su

(1) Antonio Cedeño, M. S. cit. p. 78.

extraordinario valor, pues donde quiera que veia un soldado en peligro, allí estaba él para salvarle: dice que al saber su muerte en la Gomera «púdosele alabar de valiente y buen soldado, y no para capitan, aunque fué bastante mañoso y la soberbia lo derrotó.>>

Y dejando á los cantores Cairasco y Viana, que, como buenos poetas, rinden siempre culto á la fantasia, á Abreu Galindo que solo dice, (1) que llegó Pedro de Vera à la isla de Gran Canaria el 18 de Agosto de 1480, y con él Miguel de Mojica Vizcaino, Receptor de los quintos y Derechos reales: y Juan Siverio su primo, relatando luego la prision del General Rejon, oigamos á Nuñez de la Peña, quien, aunque como historiador no nos merezca gran crédito, dice (2): «Que >>>venian en compañia del general Pedro de Vera, el Iltmo.. »Sr. D. Juan de Frias, Obispo electo de las islas, y Miguel »Mojica persona de mucha calidad, y muchas personas no>>bles; a fin de nueve dias de viaje llegaron à la isla de Ca»naria, por el mes de Enero del año de mil y cuatro »cientos y ochenta y tres.» Sorprende que el Padre Sosa (3), autor de merecida reputacion, al hablar de Vera diga: «Usó »de su oficio con capacidad y cordura y por su prudencia Dera amado de todos y más bien obedecido, tanto de los >>principales capitanes y oficiales del ejército, como de los >>plebeyos.>>>

El Dr. Marin de Cubas dialoga algunos particulares entre Vera y Rejon y el modo de prenderle; pues de lo contrario hubiera habido en el campamento arrebatos y muertes. Asi lo relata el autor citado (4): «Bien hospedado y regalado »en la casa de Rejon, por ser pequeña le dejaba con la fa»milia, y Pedro de Vera le porfió y rogó muy mucho no se »fuese, que, aunque pequeña, ambos cabian muy bien, mas >>nunca lo admitio Rejon, diciendo que mejor estarian apar

(1) Abreu Galindo: op. cit. Lib. II, cap. XVII, p. 131.
(2) Nuñez de la Peña: op. cit. Lib. I. cap. XI, p. 89.
(3) Fray José de Sosa: op. cit. Lib. I. cap. XII. p. 82.
(4) Dr. Marin de Cubas: M. S. cit. Lib. I. cap. V.

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>>tados. Despues de dos dias y que Pedro de Vera no habla. >>ba algo sobre estas materias, le dijo Juan Rejon, delante >>de los caballeros que siempre le visitaban: Paréceme que >>sus Altezas están mal informadas de mi buen proceder, y >>paréceme que en este navio en que vuestra merced ha ve»nido me iré á España. Es cierto, dijo Pedro de Vera, que >> vuestra merced hará muy bien en ello, más no en este na>>vio, que demas de ser muy pequeño hace mucha agua, y es » menester quedar en el Puerto á derezarle, que nos hemos >>visto en gran peligro: espero otro mejor con bastimentos >>y pertrechos, en él irá Vuestra merced muy regalado y co⚫ >>mo gustare y en el interin quiero gozar de sus favores y >>servirle, y que nos dé consejos como hombre experto y tan >>gran soldado y tan servidor de sus Altezas, y tan práctico >>que nos enseñe cosas tan extrañas para mi génio. Quedó >>Juan Rejon tan satisfecho que á todo le dió bastantísimo crédito, y le volvió à decir: Y de hacer Vuestra merced es. >>to, hará un gran favor á sus Altezas en ello; y fueron gran>>des amigos, y por consejo de Rejon hacia Pedro de Vera las >>entradas y salidas, por lo que alcanzaba en la mayor parte >>de la isla, menos en las tierras y montañas agrias donde »no se podia llegar á los Canarios. Despues de 22 dias de >>la venida de Pedro de Vera, se descubrió una tarde el na>>vio que llegó al Puerto, el dia siguiente le dijo Pedro de >>Vera á los caballeros y á Juan Rejon, que por algun disgustillo mi hijo Hernando juzgo no vendrá á tierra, Vues>>tra merced irá á traérmele y estos Señores, y no queriendo >>Vuestra merced le dejarán que se desenoje. Llegado al >Puerto, no quiso venir á tierra Hernando de Vera porque >>tenia enojo con su padre, ofreciose Juan Rejon ir á traer»le, luego que entró le dijo: Yo Señor Capitan D. Juan Re»jon, tengo órden de mi Señor de que Vuestra merced no vuelva á tierra y quede en guarda: puso rigor en que no >>hablase con nadie, aceptó luego la prision y muy gustoso »por irse á España á dar su descargo. Despues de llegados >al Real los caballeros, mandó preso al navio Pedro de Ve»ra, al Alcalde mayor Esteban Perez Cabitos y á Ruiz Diaz

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