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CAPÍTULO XV.

Estado de las ciencias y la literatura en España desde principios dol siglo XVIII hasta el reinado de Carlos III.

Una investigacion general y filosófica de los

adelantamientos intelectuales es el objeto que me propongo en este y los siguientes capítulos, no un examen particular de los autores, lo cual, como indiqué en otro tomo no es propio de una obra destinada á bosquejar el caracter distintivo y la fisonomía peculiar de las diferentes épocas que abraza. No obstante, se darán á conocer los escritos que mas contribuyeron á los progresos de ' la civilizacion.

Al frente de ellos figura en el primer tercio

del siglo XVIII el teatro crítico de Feijoo, que tan cruda guerra hizo á las vulgares preocupaciones, y al escolasticismo. Apenas puede concebirse como aquel sábio benedictino, ocupado en los estudios monásticos á últimos del siglo XVII, época de tinieblas en España, pudo atesorar tanta y tan escogida doctrina, para comunicarla luego á sus compatricios en un estilo natural, fluido, y á veces elegante. Adelantóse como el célebre Bacon á su siglo, imitó su analisis filosófico, adquirió el buen gusto en los escritores del siglo de Luis XIV, y pertrechado de vastos conocimientos, se propuso guiar á sus contemporáneos por el sendero de la verdadera filosofia. Osó combatir los falsos milagros, los escesos que se cometian en las peregrinaciones sagradas, las falsas tradiciones populares, y otros abusos que afeaban la augusta magestad de la religion.

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En otras partes se lamenta del atraso en que se hallaban las ciencias fisicas y naturales en España, indicando las causas de ello, y la necesidad. de reformar los estudios. Al mismo tiempo se burlaba de las fábulas introducidas en la historia natural, de las artes divinatorias, de las profecias supuestas, de la mágia, de las brujas y duendes, y de otros infinitos errores acreditados en el vulgo. No brilla menos su patriotismo que su ciencia, cuando defiende á los españoles de last

Tomo IV.

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invectivas con que eran atacados por algunos estrangeros superficiales.

Es incalculable el beneficio que hicieron en España las obras de Feijoo, y el movimiento literario que dieron á esta nacion, amortecida bajo el ignominioso yugo del reinado anterior. Empezó entonces una nueva era de ilustracion, y con ella otras ideas distintas de las que generalmente habian prevalecido en el siglo XVII (1).

Otro campeon aun mas osado que Feijoo por el vigor de sus ataques y la tendencia mas peligrosa de ellos, fue el jurisconsulto Macanaz, de quien hablé con estension en el capítulo I. La inquisicion ahogó su voz; pero la doctrina de sus escritos habia ya circulado por toda la península, y produjo aunque lentamente saludables efectos. La

(1) Precedió á Feijoo otro escritor, apenas conocido en el dia, que en una série de discursos imitando los morales de Plutarcó, combatió la filosofia escolástica, la mágia y otros errores vulgares; y aunque persona de elevada clase, hizo ver los inconvenientes de los mayorazgos. Tiene por título esta obra el Hombre práctico, y fue su autor el Excmo. Sr. D. Francisco Gutierrez de los Rios y Córdoba, tercer conde de Fernan Nuñez: se imprimió en Bruselas año de 1680, y la reimprimió Ibarra en en 1764. Por su culto lenguage y facil estilo parece mas bien obra del siglo XVIII, que del tiempo en que se escribió.

reforma de la legislacion era una de las propuestas por Macanaz; pero se quedó en proyecto.

Al mismo tiempo, y con menos peligro, el jurisconsulto catalan Finestres, catedrático de la universidad de Cervera, escribia en puro latin sus disertaciones ó exercitationes sobre el derecho natural y de gentes, origen de los reinos y dominios, y otros puntos del derecho público. "Esta obra, dice el Illmo. Sr. Amat (1), es uno de los partos mas felices del fecundo ingenio del autor. El que la lea conocerá luego que el Sr. Finestres fue un naturalista y publicista en nada inferior á Grocio Puffendorf y Burlamaqui. Andando tan escasos en aquel tiempo en España los autores estrangeros de derecho público, por estar prohibidos casi todos, suplieron en algun modo por ellos estas disertaciones del doctor Finestres. Su autor ademas del estudio del derecho romano en que estaba versadísimo, habia consultado los mejores escritores que acerca de él han florecido en otros paises."

Publicóse tambien en tiempo de Felipe V una apreciable historia del derecho español con el título de Sacra Themidis hispana arcana, á nombre de Gerardo Ernesto de Franckenau, secretario del

(1) Memorias para ayudar á formar un diccionario crítico de escritores catalanes, artículo Finestres.

rey de Dinamarca, y cuyo verdadero autor fue don Lucas Cortes, discipulo del famoso Ramos del Manzano, catedrático de leyes en Salamanca. Asi lo demostró D. Gregorio de Mayans en una erudi ta disertacion inserta por Sancha en la reimpresion que hizo de aquella obra en 1780. Una epístola del mismo Mayans al doctor Berni, que tambien acompaña á aquella, contiene muchas y curiosas noticias relativas á la historia del derecho español; y aunque no todas exactas, acreditan el estudio que Mayans habia hecho en este ramo tan importante.

Infiérese pues de todo lo dicho, que si bien las universidades se hallaban á últimos del siglo XVII y principios del XVIII en completa decadencia; todavia salian de ellas algunos doctos jurisconsultos, que mantenian los buenos principios y sólidas doctrinas de esta ciencia. No asi en las exactas, fisicas y naturales, enteramente desterradas 'por la filosofia peripatética, como se verá más adelante

por

el testimonio del ministro Ensenada. Afortunadamente se empezaron á fundar establecimientos particulares cimentados sobre otras bases para proporcionar tan útiles conocimientos.

Tal fue el colegio de guardias marinas, fundado segun indiqué mas arriba por el ministro Patiño para enseñar las ciencias exactas, la geografia, astronomía, náutica y otras facultades.

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