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historia literaria, en la crítica y en la bibliogra fía. A su laboriosidad se debió el catálogo de los manuscritos griegos de aquella biblioteca, muchos de los cuales copió de su propia mano. Tambien trabajó en la misma el catálogo de obras sobre geografía, cronologia y matemáticas; y contribuyó á las correcciones y adiciones de la biblioteca hispana de don Nicolas Antonio. Las demas obras latinas que escribió corrieron simpre con crédito entre los literatos.

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CAPÍTULO XVI.

Del estado de la enseñanza pública, y de los progresos científicos en los reinados de Carlos III y Carlos IV.

La dificultad de reducir á un breve compendio la relacion de los progresos intelectuales hechos en España, se va aumentando á proporcion que Jos ingenios trabajan en mas dilatado campo, y que la accion del gobierno multiplica los establecimientos de enseñanza. Los abundantes materiales que ofrecen los dos reinados de Carlos III y Carlos IV, no me dejan otro recurso que el de escoger los que mas conduzcan á mi propósito de dar una idea general de las verdaderas mejoras hechas

en los diferentes ramos de la instruccion pública. Refiriendo brevemente las principales providencias del gobierno, encaminadas al fomento de la ilustracion, emplearé la misma concision en el exámen crítico de las obras castellanas originales, que mas contribuyeron á promoverla. De intento digo obras originales, porque no pienso comprender en esta reseña ni las traducciones, ni las que reducidas á una mera compilacion de doctrinas ó materiales publicados antes en paises estrangeros, no aumentaron nuestra riqueza literaria, ni dieron nuevo lustre á la civilizacion española.

La enseñanza primaria, base fundamental de nuestros conocimientos, y la educacion popular de las clases trabajadoras, tan atrasada en la primera mitad del siglo XVIII, recibieron un fomento vital en el reinado de Carlos III, merced á su ilustrado gobierno, á las tareas del señor Campomanes que tanto trabajó en este punto, y al celo de las sociedades patrióticas. Afanáronse estas en aumentar y mejorar la enseñanza primaria, en promover la educacion é industria de las gentes pobres, y en fomentar la agricultura, las artes y oficios, estableciendo ademas escuelas de dibujo, de aritmética y geometría, y de otras enseñanzas útiles para aquellos fines.

En todos los barrios de Madrid se establecie. ron escuelas para las niñas pobres ó abandona

das, en las cuales ademas de enseñarles la lectura, escritura, doctrina cristiana, y los principios de la moral, se les instruia en las labores propias de su sexo, como tambien en otros ramos de industria, que despues se aumentaron considerablemente, llegando á ser utilísimos establecimientos. Las diputaciones de la Trinidad y de san Isidro establecieron telares de cintas semejantes á los de Francia: en los barrios de la Comadre de Mira el rio, ademas de las labores de aguja, se les enseñó el arte de bordar con seda, hilo de oro y plata, y el de hacer flores artificiales.

y

En estas escuelas se educaban centenares de niñas pobres; se vestia á las mas necesitadas ; se distribuian premios á las que mas se distinguian en los exámenes; y se dotaba á las que pasaban al estado del matrimonio. Para atender á tan considerables gastos, se suministraban ausilios estraordinarios á las diputaciones, sacándolos de los fondos de caridad establecidos de orden del benéfico Carlos III. Igual educacion se daba á los niños pobres o abandonados, enseñándoles el oficio que se creia mas conveniente á su propio interés. De estos beneficios gozaron algunos millares de muchachos, segun resulta de los estados impresos y publicados en aquella época.

El ejemplo de la capital, ya para el establecimiento de asociaciones de beneficencia, ya para la

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dotacion de hospicios y otras casas de reclusion, donde se mantenia y educaba á la gente pobre; produjo los mejores resultados en las principales poblaciones del reino. Entre ellas merecen especial y honorífica mencion, las de Granadá, Barcelona, Toledo, Burgos, Gerona, Cadiz, Alicante, Valladolid, Valencia, Ciudad-Real, Ecija, Salamanca, y las Canarias; siendo muy loable el celo que en todas ellas desplegaron las autoridades civiles y eclesiásticas (1).

Continuó el fomento de la instruccion primaria y de la educacion popular en el reinado de Carlos IV, durante el cual se aumentaron las escuelas de primeras letras, y se establecieron en las capitales de provincia, cómo en la corte, academias de maestros para facilitar las mejoras en este ramo tan importante. Las sociedades económicas siguieron trabajando con afan en promover la industria y derramar las luces en la clase trabajora. "Las colecciones de memorias, dice el. príncipe de la Paz (2), de discursos, proyectos y empresas de estos cuerpos patrióticos en todo el tiempo de mi mando, forman ellas solas una rica biblioteca nacional, donde al lado de las teorías

(1) Memoria ó esposicion del conde de Floridablanca al rey Carlos III.

(2) Memorias tom. 2.o,
pág. 175.

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