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reino se van propagando estos establecimientos públicos y de particulares, para proporcionar la instruccion preliminar y complementaria que se necesita para el estudio de las diversas profesiones; y ojalá llegue pronto el dia en que nosotros imitando á las naciones mas cultas de Europa, empleemos en los progresos de la enseñanza pública igual interes, celo y perseverancia, Sin esto no hay que esperar adelantamientos en la civilizacion, ni grandes mejoras en el orden social.

CAPÍTULO XIX.

Observaciones generales, y conclusion.

a

Los os sucesos referidos aunque compendiosamente en esta obra, ofrecen á mi ver cuatro épocas bien distintas y determinadas del estado social de España, y de los diversos elementos de civilizacion en cada una de ellas, á saber: 1.a el de la heroica lucha con el poderio musulman, en que predominaron los sentimientos enérgicos de libertad é independencia, y la España se dividió en varios reinos: 2.a el de la monarquía única, de la centralizacion del poder y de su abuso bajo la dominacion de la casa de Austria: 3.a el de las

reformas administrativas, fomento de los intereses materiales de la sociedad, é introduccion de nuevas ideas, hábitos y costumbres, bajo la dinastia de los Borbones: 4.a el de las revoluciones políticas, en que empieza la lucha entre el poder absoluto y la reforma constitucional, que alternativamente triunfan, originando estas vicisitudes grandes trastornos en el estado social.

La primera de estas cuatro épocas, que puede llamarse el tiempo heróico de España, es notable por la gloriosa existencia con que se formaron las diversas monarquías cristianas de la edad media. El sentimiento religioso prevalece en todas ellas, inspirando grandes pensamientos, mezclados á veces en la plebe con perseguidora intolerancia odio al mercenario y abyecto judaismo. La cruz es una celestial enseña á cuya vista todas las clases de la sociedad corren con intrepidez á los combates. El himno religioso enciende los corazones de la muchedumbre, como al antiguo pueblo de Grecia los cantos de Tirteo. ¡ Mezcla noble de ca

y

racter ascético y moral que distingue á los guerreros de aquel tiempo, y produce tan grandes resultados!

Hermanado con el sentimiento religioso iba siempre el amor de la patria, y la firme resolucion de morir defendiendo sus leyes. En los congresos de Aragon se ve la austeridad inflexible de los an

tiguos espartanos: las córtes de Castilla recuerdan la dignidad, prudencia y firmeza de los antiguos patricios de Roma. Todo era nacional en aquellos tiempos; todo presentaba una fisonomia propia, peculiar, española. Nuestro sistema municipal era diferente del de otros estados de Europa nuestro pueblo no se regia por el código feudal de otras naciones; y aunque la Cataluña recibió soberanos, leyes y costumbres de Francia, pronto se hizo independiente, sobrepujando en inteligencia é industria á la patria de sus antiguos señores.

en

El roce con los cultos y elegantes árabes templó la fiereza gótica de nuestros antepasados; y tonces se formaron aquellas costumbres caballerescas tan interesantes, aquel valor heroico mezclado con los entrañables afectos de humanidad, devocion religiosa, fidelidad y respeto al bello sexo, que hacen tan ideal la antigua poesia. ¿Quién no se siente conmovido al leer las sencillas páginas. de nuestras antiguas crónicas y de los animados cancioneros? Todo es eminentemente poético en aquellos remotos siglos de la edad media.

Las almas degradadas que no ansian en las sociedades modernas mas que los materiales intereses, y los goces sensuales en un mundo que ellas apellidan positivo, son incapaces de elevarse á la superior esfera de aquellos nobles sentimientos que animaron á los hombres de otros siglos. No cran

sus ídolos la riqueza ni el afeminado lujo, sino la religion y la patria, cuya gloria satisfacia completamente sus deseos. De aqui el noble teson, la constante lucha con los infieles, y los costosos sacrificios hechos por conservar la libertad y la independencia.

De aqui tambien aquella gran sencillez de costumbres, aquella parsimonia y sobriedad que distinguieron siempre al pueblo español, para quien tuvo la riqueza material una importancia secundaria. Esta noble frugalidad, dice un apreciable escritor estrangero (1), ha penetrado tan profundamente en el caracter español, que para él son ineficaces las tentativas de corrupcion, y el aliciente de un ostentoso lujo.

Con aquella sencillez de costumbres se juntaban una gran sensatez y prudencia en la conducta, una eminente razon de estado, y cierta fortaleza práctica en los.negocios de la vida, que escluia hasta cierto punto los placeres de la imaginacion, pero que realzaba la dignidad de la naturaleza humana. Los aragoneses en los buenos tiempos de su historia llevaron hasta la mas inflexible severidad su amor á la justicia. La libertad echó profundas raices en aquellos corazones

De l'Espagne, considerations sur son passé, son present et son avenir, par Mr. le Baron d' Eckstein.

Tomo IV.

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