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nencia de su ingenio, porque estoy informado de hom- | bres fidedignos que gastó mas de diez años en reducir la prosa en verso, en que infiere á sus tiempos muchas digresiones poéticas y comparaciones, y otros colores poéticos con todo el buen orden que se requiere. Y cuando trata en materia de astrología, en las alturas de la línea y puntos del norte, y sol y estrellas, se muestra ejercitado astrólogo, y en las medidas de la tierra muy cursado cosmógrafo y geógrafo, y cursado marinero en lo que toca á la navegacion, que es lo que principalmente le ayudó; finalmente, que ninguna cosa de la matemática le falta. Y en lo que mas muestra la facundia de su ingenio es, en injerir en sus coplas tanta abundancia de nombres barbaros de indios, sin fuerza ni violencia del metro y cantidad de sílabas, con ser los tales nombres tan difíciles que apenas se pueden pronunciar con la lengua ; y en fin, son de los que llama Marcial odiosos á las musas, que es el loor que principalmente se atribuye á don Alonso de Ercilla, en aquella famosa obra que en este estilo compuso, Hamada Araucana. Y aunque he puesto diligencia en buscar si habia en este libro cosa señalada que requiriese enmienda, no la ha alcanzado la medianía de mi

ingenio, ni dónde el autor pueda usar de la dispensacion que Horacio concede à los autores de tan prolijas obras, diciendo en un verso de su arte poética:

Verum opere in longo fas est obrepere somnum',

en que da licencia á los escritores de tan largos libros que algunas veces se puedan dormir y descuidar en lo que escriben. Algunos errores de pluma de poco momento he hallado, y estos van enmendados, porque no haya en el libro cosa que sea digna de reprehension.

Y ansí, teniendo consideracion á todo lo susodicho, parece que vuestra Alteza (siendo dello servido), no solamente podria mandar dar licencia al dicho Juan Castellanos para imprimir y publicar esta obra, pero teniéndele en servicio el trabajo que en componer tan largo libro ha gastado, por solo servir á su república, sin otro interese alguno; pues sin los principios de los descubrimientos que aquí trata, los demás libros que se han compuesto de todas las provincias y regiones de las Indias quedan escuros y defetuosos, como obras que carecen de los principics de donde dependen. AGUSTIN DE ZÁRATE.

ELOGIOS DE LA OBRA POR VARIOS INGENIOS.

Reverendi ad modum Patris Magistri, fratris ALBERTI PEDRERO, ordinis Prædicatorum concionatoris eximii ad candidum et pium lectorem

EPIGRAMMA.

Hactenus Indorum terris, quas fortis Hiberus
Inventas dedit, et calcat victricibus armis,
Non fuit Hispanus qui prælia carmine vates
Conderet, æterna cum sint dignissima laude.
Attamen externis est semper maxima cura,
Ferre super summum cœlum sua facta minora.
Namque ducem Phrygium decantat musa Maronis,
Moonidesque suos divino condidit ore,
Et veris miscens passim mendacia multa,
Ipse sibi laudum magnos cumulavit acervos.
His bene perspectis, quisquis verissima pandit,
Mittit et in lucem, quæ sunt detenta tenebris,
Carminibus comptis, laudis quoque dignus habetur,
Ut Castellanos hic, qui fortissima bella
Narrat, et eventus rerum, variosque labores,
Qui superant omnes, quos doctus pingit Homerus,
Extenuantque viri prorsus discrimina Teucri.
Nam non errores arctos, quos passus Ulysses,
Non freta Troiani fugientis parva recenset,
Sed neque forma datur triplex pastoris Hiberi,
Nec ramosa quidem centeùi gutturis Hydra,
Hesperidumque draco, non custos velleris hydrus,
Sed tamen Occeanus serpens prælongus, et ingens,
Ceruleis magnum, qui cingit nexibus orbem,
Victus ab Hispanis, nam iam sunt undique visi
Equoris immensi sinus, anfractusque viarum,
Flumina vasta nimis, montes, amplissima regna,
Gens celeris pedibus, sumptis nos tarda sagittis
Et miranda novus, quæ continent Indicus orbis,
Nullis visa prius, sed cunctis condita priscis.
De quibus hoc nobis ostendit multa volumen,
Quod Castellanos, qui quondam bella sequutus,
Út testis fidus, descripsit: candide lector
Accipe pacato nec duro perlege vultu,
Et noster vates (sannæ formidine posta.)
Historiis aliis sinceras impleat aures.

Interpretatio ejusdem.

Hasta agora faltaba quien cantase,
En verso sonoroso castellano,
Las tierras que halló gente de España,
Y tiene ya rendidas á su Marte,

Con hechos dignos de inmortal memoria.

No suelen ser ansí los estranjeros ;
Pues aunque sus hazañas son menores',
Procuran levantallas hasta el cielo,
Como hizo Virgilio las de Eneas,
Y con heróico verso y elegante
Homero celebró las de los suyos;
Y con decir allí cosas fingidas
Pudo bien merecer eterno nombre.
Segun esto, quien canta cosas ciertas,
A luz sacando hechos olvidados,
Y los celebra con hermosos versos,
No se le debe menos alabanza.
Tal es nuestro poeta Castellanos,
Pues va cantando hechos escelentes,
Trabajos increibles y sucesos

Que sobrepujan cuantos pinta Homero,
Y esceden los naufragios del Troyano.
Porque no canta los angostos mares
Del que huyó de Troya, ni de Ulises,
Ni pinta á Gerion con tres cabezas,
Ni la serpiente Hidra con sus ciento',
Ni el dragon que guardaba las manzanas,
Ni aquel de quien Jason sembró los dientes;
Mas canta el gran dragon del Oceano,
Que ciñe con sus roscas todo el orbe,
A quien el español tiene sujeto,
Hollando sus riberas y sus playas,
Sus amplísimos reinos, campos, rios,
Y sus feroces gentes ya domadas,
Con otras increibles maravillas
De todos los pasados nunca vistas.
Las cuales aquí cuenta Castellanos,
Que como validísimo guerrero,
De muchas cosas es fiel testigo.
Recibelo, lector, con rostro claro,
Para que sin temor de lo contrario
Deleite tus oidos con historias
Que va pintando con heróica mano.

Perquam colendi Patris fratris Petri Verdugo Præsentati ordinis Prædicatorum concionatoris facundissimi in laudem autoris

EPIGRAMMA.

Indorum bellis nulla formidine tentus, Castellane, tuus fervidus ensis erat.

At nunc accinctus divini cuspide verbi, Expugnare doces culmina sancia Dei.

Et commissa tibi, moderantis nomine templa,

Muneribus multis continuare facis.

Insuper et curis aliis ingentibus æger, Carminibus comptis fortia gesta canis. Scilicet et Martis clypeo protectus et hasta, Tunc tibi propitius pulcher Apolo fuit.

Sic puer et longo iam fractus membra labore Ordine conspicuo tempora rapta teris.

Ejusdem interpretatio.

Fieras naciones, de quien no te espantas, Conquistaste por indicas regiones, Y agora con católicos sermones A conquista del cielo las levantas. Iglesias sirves, y con obras santas Las enriqueces, y con muchos dones, Y en medio de cien mil ocupaciones Heróicos hechos de varones cantas.

Siguiendo con valor al fiero Marte, Alcanzaste favor del claro Febo, Queriéndote probar en otra esgrima;

Y dióte de sus partes tanta parte, Que tu vivir de viejo y de mancebo No pudo ser mejor medida rima.

Domini MICHAELIS DE ESPEJO, præfecti ærarii Ecclesiastici Ecclesia Sanctæ Fidei Novi Regni,

EPIGRAMMA.

Exornat nullum corpus præclarus elenchus, Dum manet in conchæ pectore mersus aquis. Dumque tenent aurum compressum viscera terræ Non inter pulchras enumeratur opes.

Omnia nigrescunt absenti lumine Phœbi,

Et cæco noctis tegmine cuncta manent.

Non aliter scimus maguis contingere factis, Docta scriptoris deficiente manu.

Et sic Indornm terris oblita labascunt, Defectu calami grandia gesta virùm.

At nunc præ dulci versu certamina sæva A Castellanis, candide lector, habes.

CYPRIANI FERNAndez de Cea, in laudem operis,

EPIGRAMMA.

Pegaseis vectus pennis superare chimæram Bellerophon potuit, viribus ille valens. Zetes et Harpyas Phineis sedibus ales Cum Calai petunt, ense petente latus.

Tectus Abantiades clypeo Perseus utrisque Gorgonis anguicomæ gutture diro secat.

Si Castellanos conscendens æthera mersus Numine Pegasidum, maxima gesta canit. Scindit olorinis impostis vertice pennis Indorum errores, ore sonante Deum. Robore tum clypeo fidei protectus, inermem Inscitiam reddit OEdipus alter ovans.

Viribus Herculeis præcinctus, dirigit inde Gressum in Hispanûm fortia facta virùm

Non ibi Moonicæ desunt præconia linguæ, Non Maronis ibi copia summa deest.

Non tibi Pindarici suavis facundia versus,
Non Flacci numerus, dulcior ullus erit.
Non sacratis lumen nimium lustrasse videbis,
Cum tecum evolvas, grandia sensa viri :

Denique non unquam resplendens forma Latini Eloquii deerit, singula quæque docens.

Del licenciado Cristóbal de Leon, vecino de Santa Fé en el Nuevo reino.

Del griego vemos hoy la lanza fiera,
Del troyano la fama muy abierta
Por sonorosa musa que despierta
Aquello que pasó y entonces era.
Destos agora nunca se supiera
Cosa que conociéramos por cierta,
Si la pluma de Homero fuera muerta,
Y la del mantüano no viviera.

Obligados al uno los romanos,
Obligados al otro los argivos:
Obliguense también á Castellanos
Los varones en Indias mas altivos,

Pues con sus versos dulces y galanos
Honra mucho los muertos y los vivos.

De SEBASTIÁN GARCÍA, natural de Tunja en el Nuevo reino.

A todas gentes es cosa notoria
Deberse galardon á hechos buenos;
E yo creo que no se debe menos
A quien los comunica por historia.

Pues valen lo que vale la memoria
Que luz sacó de los escuros senos ;
Luego quien ambos cursos hizo llenos
Terná segun razon doblada gloria.

Tener en escribir ingenio y arte,

Y en las conquistas hechos no livianos,
Partes son en quien pocos tienen parte.
Mas abrazólas ambas Castellanos,
Pues sabemos que en uno y otro Marte
Ha meneado bien entrambas manos.

A la escelentísima historia del señor Juan de Castellanos de GASPAR DE VILLAROEL Y CORUÑA, su muy servidor.

Dichoso en vida y muerte á quien destina
Tan bien el largo cielo, que levanta
El alma á lo que el vulgo vil espanta,
Y el monte yerto de virtud camina.
Pues la tierra al Antártico vecina
Apenas ha tornado en sí, de cuanta
Gente cubre los cuerpos, cuando canta
Sus hechos vuestra trompa peregrina.

Con verdad, sin afeite, con dulzura
No vista, ilustres versos y cristianos
Engrandeceis la estrecha sepultura,

Y eternizais valor, consejo y manos
De los que en hambre, sed y guerra dura,
Los hechos vuestros vieron soberanos.

ELEGIAS DE VARONES ILUSTRES DE INDIAS,

PRIMERA PARTE.

ELEGIA I.

CANTO PRIMERO.

A cantos elegíacos levanto
Con débiles acentos voz anciana,

Bien como blanco cisne que con canto
Su muerte soleniza ya cercana:
No penen mis amigos con espanto,
Por no lo comenzar mas de mañana;
Pues suelen diferir buenos intentos
Mil varios y diversos corrimientos.

Para dar órden á lo prometido,
Orbe de Indias es el que me llama
A sacar del sepulcro del olvido

A quien merece bien eterna fama :
Diré lo que me fuere permitido

Por la que descompone nuestra trama,
Pues para correr vias tan distantes
Habia de tomallas mucho antes.

Iré con pasos algo presurosos,
Sin orla de poéticos cabellos
Que hacen versos dulces, sonorosos
A los ejercitados en leellos;
Pues como canto casos dolorosos,
Cuales los padecieron muchos dellos,
Parecióme decir la verdad pura
Sin usar de ficion ni compostura.

Por no darse bien las invenciones
De cosas ordenadas por los hados,
Ni los dioses de falsas religiones,
Por la via lactea congregados,
En el Olimpo dando sus razones
Cada uno por sus apasionados;
Ni por mi parte quiero que se lea
La deshonestidad de Citerea.

Ni me parece bien ser importuno
Recontando los celos de Vulcano
Ni los enojos de la diosa Juno,
Opuestos al designio del Toyano;
Ni palacios acuosos de Neptuno,
Ni las demás deidades de Oceano,
Ni cantaré de Doris y Nereo,
Ni las varias figuras de Proteo.

Ni cantaré tingidos beneficios
De Prometeo, hijo de Japeto,
Fantaseando vanos edificios

Con harta mas estima que el efeto;
Como los que con grandes artificios
Van supliendo las faltas del sujeto;
Porque las grandes cosas que yo digo
Su punto y su valor tienen consigo.

Son de tan alta lista las que cuento,
Como vereis en lo que recopilo,
Que sus proezas son el ornamento,
Y ellas mismas encumbran el estilo,
Sin mas reparos ni encarecimiento
De proceder sin mácula el bilo
De la verdad de cosas por mí vistas
Y las que recogí de coronistas.

Porque si los discretos paran mientes,
De suyo son gustosas las verdades,
Y captan atencion en los oyentes
Mucho mas que fingidas variedades ;
Demás de ser negocios indecentes
Matizar la verdad con variedades,
La cual no da sabor al buen oido
Si lleva de mentiras el vestido.

Así que, no diré cuentos fingidos,
Ni me fatigara pensar ficiones
A vueltas de negócios sucedidos
En indicas provincias y regiones ;
Y si para mis versos ser polidos
Faltaren las debidas proporciones,
Querria yo que semejante falta
Supliese la materia, pues es alta.

Mas aunque con palabras apacibles,
Razones sincerísimas y llanas,
Aquí se contaran casos terribles,
Rencuentros y proezas soberanas:
Muertes, riesgos, trabajos invencibles,
Mas que pueden llevar fuerzas humanas,
Rabiosa sed y hambre perusina

Mas grave, mas pesada, mas contina.

Vereis romper caminos no sabidos,
Montañas bravas y nublosas cumbres.
Vereis pocos é ya cuasi perdidos
Sujetar increibles muchedumbres
De bárbaros crüeles y atrevidos,
Forzados á tomar nuevas costumbres,
Do flaqueza, temor, desconfianza
Afilaban los filos de la lanza.

Vereis ganarse grandes potentados
Inespugnables peñas, altos riscos,
No con cañones gruesos reforzados
Ni balas de fumosos basiliscos;
Mas de solos escudos ayudados,
Y puntas de acerados obeliscos,
Siendo solos los brazos instrumentos
Para tan admirables vencimientos.

Vereis muchos varones ir en una
Prosperidad que no temió caida,
Y en estos esta misma ser ninguna,
De su primero ser desvanecida,
Usando de sus mañas la fortuna
En los inciertos cambios desta vida;
Otros venir á tanta desventura
Que el suelo les negaba sepultura.

Ya pues que cosas de Indias celebramos,
Para no proceder sin fundamento,
Parece cosa justa que digamos
Algo de su primer descubrimiento:
Porque de la raiz saquemos ramos
Que hagan al lector estar atento;
Pues edificio de cimiento falto
Mal se puede subir á lo muy alto.

¡Oh musa celestial! Sacra María,
A quien el alto cielo reverencia,
Favorecedme vos, Señora mia,
Con soplo del dador de toda ciencia,
Para que con socorro de tal guia
Proceda con bastante suficiencia;
Pues como vos seais presidio mio,
No quiero mas Caliope ni Clio.

Suceden entre tanto que vivimos
Casos que razon pide que notemos;
Los cuales si pesamos y medimos,
A gran admiracion nos moveremos :
Y mas si grandes cosas que no vimos
Presentes y palpables las tenemos,
Como fué descubrir un nuevo mundo,
Que yo tengo por hecho sin segundo.

No porque sean dos; pues sola una
Máquina se rodea de elementos,
Un solo sol y una luna sola,
Unos mismos etéreos movimientos,
Sin tener mas o menos cosa alguna
Sus cursos naturales ó violentos:
Una fábrica es, y un mundo solo
Cuanto ciñen el uno y otro polo.

Mas la tierra, morada proveida
A los hombres y brutos animales,
Quedó desde el diluvio dividida
En dos partes que cuasi son iguales:
La una nunca vista ni sabida
Sino fué de sus mismos naturales;
Y aquesta tiene tan capaces senos
Como la otra, ó harto poco menos.

Hay infinitas islas y abundancia
De lagos dulces, campos espaciosos,
Sierras de prolijisima distancia,
Montes escelsos, bosques tenebrosos,
Tierras para labrar de gran sustancia,
Verdes florestas, prados deleitosos,
De cristalinas aguas dulces fuentes,
Diversidad de frutos escelentes.

Rios que cuando llegan á lo llano Llevan sus aguas tan potente bilo, Que son pequeños Ganjes y Eridano, Y en su comparacion el turbio Nilo; Son arroyos Idaspes y el Rodano, Ybragada que va siempre tranquilo, Menos tienen que ver Cidnus y Reno Eufrates, Danubio y Amaceno.

En riquezas se ven gentes pujantes, Grandes reinos, provincias generosas, Auríferos veneros, y abundantes Metales de virtud, piedras preciosas, Margaritas y lúcidos pinjantes Que sacan de las aguas espumosas; Templanza tan á gusto y à medida, Que da mas largos años à la vida.

Pues porque nuestro mundo poseyese
Un mundo tan remoto y ascondido,
Y el sumo Hacedor se conociese
En mundo donde no fué conocido,
Levantó Dios un hombre, que lo diese
A rey que lo tenia merecido,
Y ansi los dos y sus distantes gentes
Vinieron á ser deudos y parientes.

El actor pues de tan heróico hecho
Dicen tener escuros nacimientos,
Lo cual repugna tan ardiente pecho
Y tan engrandecidos pensamientos:
Prueba bastante para su derecho,
Y para deshacer falsos intentos;
Y anşi creemos ser esclarecido
Y en las tierras de Jénova nacido.
También le dan estirpe generosa,
Afirmando por cierto que venia
De Pelestieles, gente valerosa,
Familia principal en Lombardía;
Mas sea como fuere la tal cosa,
Fué Cristóbal Colon su nombradía;
E yo, cierto, generoso llamo

Al tronco que nos dió tal alto ramo.

O con inquietud ó con sosiego
Siempre tuvo consigo dos hermanos,
Uno Bartolomé y el otro Diego :
Mancebos valerosos y lozanos,

Que desde sus principios dieron luego
Muestras de pensamientos soberanos;
Al Cristóbal le daban obediencia
Por ser mayor en dias y esperiencia.

Cada cual dellos era marinero,
Vivienda de peligros mal segura ;
Y el que dijimos que nació primero,
Tan único varon en el altura,

Que en Portugal se tuvo por esmero
En aquella sazon y cojuntura,
El cual seguia mucho la carrera
De la isla que llaman la Madera.

Aquella con sus tratos frecuentaba,
Allí lo mas del tiempo residia,
Y dicen que do quiera que moraba
Su vida por buen modo componia :
A pobres peregrinos hospedaba
Dándoles de lo poco que tenia,
Y entre ellos hospedó con pia mano
Una vez un piloto castellano,

El cual era también gran navegante;
Pero (segun entonces se decia)
Tempestuoso viento de levante
Lo hizo navegar do no queria,
Forzándolo pasar tan adelante,
Que de poder volver duda tenía,
Corriendo hasta ver tierras no vistas,
Ni puestas por algunos coronistas.

El cual hombre llegó destas regiones
Con gran enfermedad debilitado,
Y ansi murió con los demás varones
Que de la mar habian escapado;
Pero dejó cumplidas relaciones
Del prolijo discurso navegado,
Las cuales, como cosa de su ciencia,
Colon notó con suma diligencia.

Otros quieren decir que este camino,
Que del piloto dicho se recuenta
Al Cristóbal Colon le sobrevino,
Y él fué quien padeció la tal tormenta;
La cual no me parcce desatino
Segun por boca dél se representa
Hablando con los suyos cerca desto,
Como mas adelante vereis presto.

Para confirmacion de lo contado,
Algunos dan razon algo fundada,
Y entrellos el varon adelantado
Don Gonzalo Jimenez de Quesada;
Pues no teniendo menos de letrado
Que supremo valor en el espada,
En sus obras comprueba por razones
Ser estas las mas ciertas opiniones.

Hay gente de valor también que quiere
Decir que lo halló por escritura
De tal antigüedad cual se requiere
Para ser infalible conjetura;
Mas, sea la tal cosa como fuere,
Diligencia parió buena ventura,
Pues prometió de darnos monarquía,
Y fué mayor de la que prometia.

Para hallarnos pues los moradores
De tan esclarecida maravilla,
Necesidad tenia de favores
De reyes que pusiesen allí silla;
Y ansi tomó del mundo por mejores
Los reyes de Leon y de Castilla,
Que entonces en la guerra de Granada
Mucha gente tenian ocupada.

En aquesta sazon que voy contando,
Desarraigando toda mala planta
Reinaban Isabel y don Fernando,
Rey todo valeroso, reina santa ;
Colon estos designios publicando,
La fama, como suele, se levanta,
Y de las novedades que pregona
Quiso bablar al rey en su persona.

Para lo cual con término discreto,
Trató con cortesanos y señores
Sus altas pretensiones y conceto,
Rogándoles le fuesen valedores;
Lo cual ellos pusieron en efeto
Con llenos cumplimientos de favores;
Y ansi delante el rey con esta gente
Habló Colon, y dijo lo siguiente:

<< Invictisimo rey, cuya grandeza
De ninguno mortal es escedida,
Querria dar razon à vuestra Alteza
De cierta novedad jamas oida;
Lo cual por ser con sombra de estrañez a
No sin dificultad será creida;
Mas quién apuntará por falso tiro
Al blanco de virtudes donde miro?

»¿Quién podrá concebir atrevimiento
Si tiene discrecion de seso sano,
Que delante vuestro acatamiento
Afirme por verdad negocio vano?
Lejos desta maldad mi pensamiento
Profese de servir á rey cristiano,
Y mis servicios han de ser tan llenos
Que queden atrasados los mas buenos.

En cumplimiento de lo cual, me atrevo,
Sin gran copia de velas ni de remos,
A daros en poder un orbe nuevo
No menor que la tierra que sabemos :
Mucho prometo, pero no me muevo
Por humo de fantásticos estremos;
Autes, si mis intentos han favores,
Las promesas serán después mayores.
>Adonde voy asienta mucha gente
Zona de las que son inhabitadas,
Las cuales mostrarán palpablemente
Que fueron opiniones engañadas :
Pues al setentrion y al occidente
Hay grandeza de tierras ocultadas,
Que tienen mas templanza que aspereza,
Y gozan de grandisima riqueza.

Que no son parte frios ni calores
Para hacer region inhabitable,
Pues la costumbre vuelve los rigores
En condicion templada y agradable,
Y donde yo prometo moradores,
Rica tiene de ser y saludable:
Es impresa que muchas escurece,
Y por esta razon os pertenece.

Por tanto cuya os tomé la mano.
Poniendo las espuelas al intento;
Y no permita rey tan soberano
Que se deje de ver el cumplimiento;
El gasto que hareis será liviano,
Y los provechos dél de gran aumento :
Tenemos de por medio la ventura
Vuestra que mis promesas asegura.

Y si para hacer el esperiencia
Vuestro real favor fuere propicio,
En mí no faltará la diligencia
Que se requiere para tal servicio :
En este caso tengo suficiencia;
Porque cursado soy en el oficio.
He dicho la verdad y lo que quiero ;
Respuesta con favor de rey espero.>>

A la breve razon ansí propuesta
El santo rey mostró claro semblante,
Prometiendo de dalle la respuesta,
No de su buen deseo discrepante :
Ansimismo la reina manifiesta
Querer que su blason pase adelante ;
Consultan sus negocios en secreto,
Y huelgan de ponellos en efeto.

A gusto de Colon y sus hermanos
Estas cosas los reyes proveyeron;
Besóles el Colon luego las manos
Por la merced y bien que le hicieron,
Usó de cumplimientos cortesanos
Con los señores que favor le dieron,
Y hacen los poderes y recados
Con bastantes firmezas ordenados.

Libran dineros para sus avios,
Aquellos que le fueron suficientes;
Danle bien pertrechados tres navíos,
Real conducta para hacer gentes;
Desde la misma hora mostró brios
De bajas condiciones diferentes;
De la corte partió con su desino,
Y á Palos y á Moguer bizo camino.
Comienza por allí de llamar gentes,
Pendon real por plazas estendido;
Pero mil opiniones diferentes
De loco le llamaban y perdido,
Por ir donde pasados ni presentes
No fueron, ní trataron, ni han oido;
Y de todas las cosas que decia
El indiscreto vulgo se reia.

Como quien va por costa navegando,
No con viento cabal ni conviniente,
Que procura con bordos ir doblando
Puntas que por allí se ven enfrente;
Y cuanto por un bordo va ganando
Por otro pierde con la gran corriente,
Y cuando por aquí piensa que llega
Por allí la llegada se le niega ;

Bien por este nivel acontecia
Al inclito Colon cuando hablaba,
Pues tanto cuanto mias encarecia
Tanta menos creencia se le daba;
Y el vulgo de las gentes abatia
Lo que con sus pregones levantaba;
Sufria su desdén con mansedumbre,
Puesto que recebia pesadumbre.

Mas, aunque tan contrarias intenciones
Al Cristóbal Colon causaban pena,
No faltaban discretas opiniones
Que juzgaban la cosa por muy buena,
Como fueron los Niños y Pinzones,
Y el doto fray Joan Perez de Marchena,
A quien por ser cursados navegantes
El envió sus cartas mucho antes.

Los cuales acetaron el mensaje,
Y después le llegaron compañía,
Y algunos dellos fueron el viaje
Porque les pareció que convenia;
Aderezaron pues matalotaje,
Segun larga jornada requeria,
Nombráronse sarjentos, caporales,
Y los demás restantes oficiales.

Teniendo pues navíos preparados,
Bizcocho, víno y otros bastimentos,
Con velas y aparejos duplicados
Contra tempestuosos movimientos,
Vinieron á la playa los soldados,
Vencidos de sus altos pensamientos;
Y estando ciento y treinta en la ribera,
El Colon les habló desta manera:

<< Todas las cosas que no son palpables
Y á los comunes usos contingibles,
Puesto caso que sean razonables,
A muchos les parecen imposibles;
Y cuanto mas las pintan admirables,
Tanto mas se les hacen increibles;
De lo cual al presente nos dan muestra
Contrarias opiniones de la nuestra.

»Mas ya que pierden estos los provechos Por alegar imposibilidades

(Bendito Dios), vosotros teneis pechos
Tan anchos como son mis voluntades;
Y ansi sereis ad plenum satisfechos,
Viendo que mis promesas son verdades,
Porque yo no convoco tantos buenos
A jornada de poco mas o menos.

»A hechos importantes he llamado,
A cosas no dudosas os provoco,
Negocio no fingido ni soñado,
Y si prometo mucho no doy poco;
No voy de mi salud desesperado,

Ni me muevo con furias de hombre loco;
Caso dudoso es por ser estraño,
Mas dél mismo saldrá su desengaño.
>>Empresas en valor tan eminentes,
Tan encumbrados hechos y hazañas
No son para varones negligentes,
Ni hombres que se dieren malas mañas :
Sus herederos son cristianas gentes,
Y á estas preferidas las Españas;
Y consta por razon, que los primeros
Serán los principales herederos.

>Deseche pues pobreza sus enojos,
Huyamos de ser pobres y mendigos,
Y para que goceis de los despojos
Volemos, fidelisimos amigos;
Que quiero presentar à vuestros ojos
De las cosas que digo por testigos;
Que ya yo hago cuenta que poseo
Las cosas do me guia mi deseo.

»Paréceme que vemos hombres brutos,
Que vienen á servir á nuestras gentes;
Paréceme que voy comiendo frutos
De los de nuestro mundo diferentes ;
Y paréceme ver pueblos polutos
De mil idolatrías insipientes;
Paréceme que vamos á contiendas
Dignísimas de leyes y de enmiendas.

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