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puertos della en nombre de sus altezas, é si necesario es, tomado la dicha posesion de nuevo; estando como estoy corporalmente é puesto de piés en esta dicha isla de Flores, tomo la dicha posesion, vel casi, así civil como natural é corporalmente, della é de todas las otras islas comarcanas que della yo veo, é los que presente estais veis é se pueden ver, é de todas las otras islas é ínsolas descubiertas é por descubrir que en toda la dicha mar del Sur están, é yo puedo aprehender é tomar por cualquier via ó manera que yo lo pueda hacer é haya lugar en el dicho nombre de los dichos Reyes, nuestros señores, desde las piedras de los rios hasta las fojas de los montes, paciendo las yerbas é tocando é cortando é talando los montes de la dicha tierra é islas é puertos della; juntando el señorío é propiedad é dominio é justísimo título, como á Reyes é naturales que son los dichos Reyes, nuestros señores, é sus subcesores con la dicha posesion, vel casi: é para mayor conformacion é validascion dél, é de cómo en señal de la dicha continuacion, toma é aprehension que yo hago de la dicha posesion, alzo esta bandera real, que es de damasco colorado, en la cual están pintadas y esculpidas las armas reales de los dichos Reyes, nuestros señores, é de cómo mando tocar é se tocan las trompetas, é de cómo á altas voces dicen é han dicho todos los capitanes é hidalgos é compañeros é toda la otra gente que presente está: «Isla de Flores, tres veces, por la muy alta é muy esclarecida reina Doña Joana é por el rey D. Cárlos, su hijo, nuestros señores, é despues dellos por sus subcesores» la cual dicha isla de Flores es y pertenece á la Corona real de Castilla; é de cómo corto árboles é ramos é la yerba de la dicha isla, é la piso é paseo por mis piés en señal de posesion é aprehension é

continuacion della; é de cómo mando otra vez tocar las dichas trompetas á los capitanes é mis tenientes que por mi mandado han venido, é mando é viedo en ella; é han mandado he vedado á estar é á residir en ella, é se han hecho é hacen navíos por mi mandado, é como mando apregonar á altas voces «¡viva la reina Doña Joana, y el gran rey D. Cárlos, su hijo, nuestros señores!» é de como hay navíos hechos é que navegan por la dicha mar del Sur por mi mandado, en nombre de sus altezas é con los dichos capitanes é gente y están surtos en el puerto de la dicha isla, é otros se hacen en ella; é de cómo digo que si hay alguna ó algunas personas que se quieran poner é pongan en perturbar é deferder la dicha posesion é toma della que hasta aquí se ha hecho é agora yo hago, en la manera que dicha es, yo é los capitanes é fidalgos é gente que presentes están, vasallos é servidores de sus altezas, se lo defenderé todo lo que dicho es. Pido á vos los dichos escribanos que presentes estais, me lo deis así por testimonio. Testigos que fueron presentes, Juan de Castañeda é Juan Ferrol é Bartolomé Pimienta, piloto, é otros muchos que estaban presentes.

E luego los dichos capitan é gente susodichos que presentes estaban, digeron que todos ellos é cada uno dellos están prestos é aparejados, como fieles vasallos é servidores de la muy alta é muy esclarecida reina Doña Joana é del muy alto é católico rey D. Cárlos, su hijo, nuestros señores é Reyes naturales de los reinos de España é destos sus reinos, de servir é morir en servicio de sus altezas como por sus Reyes é señores naturales, como siempre lo han hecho é son obligados é lo deben hacer, é como tales han venido, estado é residido é poblado en estos sus reinos, é ayudándolos á sostener con muchos

trabajos é fatiga é costas de sus personas é haciendas; é que ansí lo entienden de hacer de aquí adelante, é que si necesario fuere morir todos en su servicio y en defension destas dichas islas é tierras de la mar del Sur é señorío é posision dellas y en conservacion de todo ello, é obedesciendo é cumpliendo los mandamientos de sus altezas é del dicho señor teniente general que agora es, é de otro cualquiera que fuere ó estuviere en lugar de sus altezas en ellos; é que estaban prestos y aparejados cada é quando que necesario fuere, de ayudar á su Señoría á defender é residir la dicha posesion é posesiones que su señoría ha tomado é ha pretendido, é estaba é ha sido hasta agora por otra cualesquier persona en nombre de sus altezas, é de morir todos sobre ello: é que ansi lo pidian é pidieron á nos los dichos escribanos que se lo diésemos por testimonio; é á los que presentes estaban rogaron que fuesen dello testigos: é luego incontinente vino el cacique de la dicha isla de Flores, que se solia llamar Tera-rique, que agora se llama Pedrarias, é con él muchos indios cabras é principales, que entre los dichos indios llaman por capitanes, é otros indios de la dicha isla al dicho puerto, donde el dicho señor teniente general estaba, al cual dicho cacique, cabras é principales é indios, su señoría los recibió con mucho amor é buena voluntad, é los convidó á comer á su mesa, é despues de haber comido é hablado con ellos, reformándolos en el servicio de sus altezas, el dicho señor teniente general dió una ropa de grana é un bonete de grana é ciertas camisas é peines é espejos, é cuchillos é anzuelos é hachas al dicho cacique é á sus principales é indios, los quales lo rescibieron con mucha alegria é buena voluntad; é salió el dicho caciqne é los dichos principales de

donde habian comido, á la plaza del lugar, y el dicho señor teniente general dió al dicho cacique la bandera real con mucho acatamiento, é el dicho cacique la tomó en su mano derecha é todos los cristianos que estaban presentes quitaron los bonetes é hicieron la reverencia hasta el suelo, y el dicho cacique alzó la dicha bandera tres veces arreo con sus manos por sí é por todos sus principales é indios, en señal de cómo quedaba por vasallo é súbdito de sus altezas, é de servir en todo lo que de parte de sus altezas le fuese mandado; é preguntó el dicho cacique al dicho señor teniente general, si tenia hijos, é su señoría le respondió que sí, y el dicho cacique le preguntó le dijese como se llamaba el mayor, y el dicho señor teniente general le dijo que Diego Arias se llamaba; é luego el dicho cacique dijo que tornasen cristiano á un hijo suyo é le llamasen Diego Arias, y el dicho señor teniente general mandó al dicho canónigo Francisco de Arroyo, que lo dotrinase en las cosas de nuestra santa fé católica, é desque entendiese algo, le tornase cristiano con solemnidad é fuese honrado de los capitanes é gente que allí estuviesen en la dicha isla: é el dicho señor teniente general dió al dicho cacique ciertas preseas para el dicho su hijo. Testigos que fueron presentes, los susodichos.

E luego el dicho general dijo que pedia é pidió á nos los dichos escribanos, le diésemos por testimonio todo lo susodicho é cada una cosa é parte dello segund é como lo tiene dicho é pedido, signado é autorizado en pública forma, de manera que haga fé para su guarda é conservacion del derecho de sus altezas é de sus subcesores é Corona real de Castilla. Testigos que fueron presentes á todo lo que dicho es, Blas de Atienza, escribano, é Hernando Ponce de Leon, é Francisco Gonzalez de GuadalTOMO X.

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canar, é Miguel de Solís, é Anton de Ortega, é Juan Martin Cabrita, é Pedro Osorio, é Martin Bote, é Andrés Ballester, é Juan de Castañeda, piloto, é todos los susodichos.

E nos los dichos Luis Ponce é Cristóbal de Mocolay, escribanos susodichos que nos hallamos presentes en uno con los dichos testigos al tenor de la dicha posision é autos susodichos con el dicho Señor Pedrarias Dávila, teniente general por sus altezas, é vimos é damos fé é testimonio que pasó ansí segund é como de suso se contiene y está escripto en esta quatro hojas de pliego entero con esta en que nos, los dichos escribanos, hacemos nuestros signos á tales, en testimonio de verdad.-Hay dos signos. Cristóbal de Mocolay, 'escribano.-Entre dos rúbricas.-Luis Ponce, escribano.-Entre dos rúbricas.

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TRASLADO DE UN PODER QUE OTORGÓ EN LA ISLA FERNANDINA, Á 10 DE JULIO, EL ADELANTADO DIEGO VELAZQUEZ, Á FAVOR DE SU PRIMO MANUEL DE ROJAS, PARA PEDIR MERCEDES, ETC. (1).

Este es traslado bien é fielmente sacado de una carta de poder, oreginal, escrita en papel, firmada de un nombre que dice Diego Velazquez, é signada de escribano público, segund que por ella parece; su tenor de la cual de verbo ad verbum, es este que se sigue:

Sepan quantos esta carta de poder vieren; como yo

(1) Archivo de Indias. Patronato. Est. 1.o Caj. 1.o Leg. 18.

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