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les son infieles, con los exemplos de charidad que veen y lo que se les enseña se aficionan a pedir el Bautismo; y si son christianos los confiessan, y sacramentan y les dan luz para no olvidar la fee que han recibido. Y todos, christianos e infieles, son charitativa y humanamente tratados y curados.

Y será cosa facil en los reynos de Japon fundar estos hospitales, por la buena inclinacion de los japones y por la multitud que hay ya de christianos enseñados por los Padres de la Compañía a semejantes obras de charidad. Y fuera de lo que los Padres les han enseñado, son ellos de suyo y según sus ritos, limosneros y charita. tivos; y assí se usa entre los gentiles pedir limosna en los templos, a las puertas, los que son ciegos o mancos, y les dan con que passar la vida.

En estos hospitales no tienen en que entender nuestros Hermanos en cosa de la cura, porque los médicos son japones, y en los gastos, porque de los mismos hay quien los haga. Sólo se exercitan en el servirlos, a sus horas señaladas, y en consolarlos, y sacramentarlos y en poner alguna solicitud y traça cómo se ordene todo con más orden y a mayor gloria del Señor, por cuya honra se haze. Y viénenos muy al propio el ser hospitaleros a los frayles de San Francisco y preciarnos dello, como nos preciamos en esta ciudad de Manila, y se glorian los que están en Japon de que hay fundado ya hospital en el Meaco, porque es nuestra vocacion esta, segun los principios de la fundacion de nuestro P. San Francisco, del qual se les concriava (sic) a sus primeros frayles, y los probava y mortificava, exercitándolos en la cura de los leprosos y enfermos pobres. Y sin duda es exercicio de grandissima mortificacion y edificacion, y en que se gana mucho espiritualmente delante del Señor.

Eya, pues, Hermanos y Padres míos de mi alma, todos los que tienen deseos de la honra y gloria del Señor y que su santo nombre sea glorificado y ensalçado en la tierra como en el cielo, todos los que tuvieren sed de la honra del Señor anímense a dexar los rincones adonde hay solamente desseos desta, y vénganse a estos fines del mundo, donde se obran los desseos; pues la puerta grande está abierta, para dilatar el conoscimiento y nombre de Jesuchristo en los coraçones de cien mill millares de almas que tiene Dios nuestro Señor en los innumerables reynos de Japon, quasi todos desseosos de oyr la palabra de Dios y del santo Evangelio de Jesuchristo.

Tierras hay innumerables, y reynos, y ciudades e yslas enteras donde no ha entrado jamás Padre ninguno de la Compañia. Para todos ellos, quantos son en su Religion, y para todos los japones que tratan de ordenar de sacerdotes, hay lugares, ciudades y gente, quedarán innumerables ciudades y provincias para nosotros, quando no gustaren de que vivamos juntos. Para todos hay labor y mies dispuesta y desseosa de su bien en aquellos reynos, sin las innumerables almas, yslas y provincias sugetas a la nacion española destas islas Philipinas, que todos piden y dessean el pan del cielo y la doctrina de Christo.

Miren, charissimos Hermanos, no les pida el Señor cuenta del talento recibido y de los desseos de salvar almas que el Señor les da siempre, sin ponerlos por obra. Trabajos y peligros de mar y desconsuelos se passan para llegar al exercicio de la conversion y a роner en effecto en enseñar la ley de Dios a los próximos, y mucho mayores en el mismo exercicio; pero Dios nuestro Señor, cuya obra es la de la conversion, acude con sus favores. Y sin duda es más sabrosa al espíritu y al alma una consolacion de las que da nuestro Señor en medio de las afflicciones y trabajos, que muchas de las que se gustan y hallan en los reynos de España. No estamos, Hermanos, en tiempos de buscar soledades, ni rincones, sino de bolver por la causa de Dios y de ponernos a muchos trabajos por su santo nombre. Y ya que no nos da nuestro espíritu para ir a recibir martirio entre ynfieles y lutheranos, a lo menos ayudemos con nuestros jornadillos (cornadillos?), dilatando la santa fee cathólica para estos fines del mundo y por estas naciones, que tan dispuestas están para recibir la fee.

Vengan, charissimos, a ayudar con su santo espíritu y letras a dilatar la Yglesia, para que se restaure por estas partes lo mucho que se va perdiendo por essas con las heregías de Ynglaterra, Alemania y Francia; y vean, Hermanos charíssimos, que las cosas desta Relacion no son cosas compuestas, ni fingidas, sino la verdad de lo que pasa el día de oy por estas partes y por el Japon, y que fielmente se ha puesto aquí lo que nuestros Hermanos han avisado de allá por sus cartas, confirmándolo assí ser verdad el dicho de los japones y portugueses que de allá han venido, después que se empeçó a abrir esta carrera. Y assi el día de oy no hay mayor gloria y mejor nueva para los japones que dezir que han de llevar consigo Padres de San Francisco; y sin duda que si el llevarlos en todos sus navios lo huvieran de comprar con dinero, que lo hizieran, porque soy testigo que los capitanes vaylan de gozo con toda su gravedad y no saben con qué significar el contento quando les dizen que han de llevar Pa

ARCH. I-A.-Том. ІХ.

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dres. Obra es del Señor y El lo haze y lá (1) de llevar adelante, para mayor gloria suya.

Bien tenemos entendido por acá las grandes contradicciones que ha de haver en España, y las traças que ha de haver para impedir este passage de nuestros frayles a Japon, como lo empieçan ya a hazer, informando que no nos conviene consentir a los japones que vengan al trato destas Yslas, a título de que no se pierda el de los portugueses que van de Macán allá, y assí se sierre esta puerta que Dios nuestro Señor ha abierto. Pero ello es traça humana, y Dios la deshará, y ansí misma se está ella deshecha; porque assí como es imposible poner puertas al campo, assí es poder vedar a los japones que no vengan a esta ciudad. Y quando no se les diera puerto, es cierto que luego harian guerra y habría en estas costas muchíssimos cosarios, como los ha havido los años antes desta paz, y ellos eran los que inquietavan a los españoles. Y si ahora no los hay es porque el Emperador lo defiende con su buen govierno, por respecto del gran tracto y bueno que van descubriendo en este puerto para el bien de sus reynos. Y assí como es impossible poderlos vedar que no vengan a estas Yslas, aunque se pierda el tracto de los portugueses, assi les será el quitarles que no lleven frayles todas las vezes que de sus tierras los embiaren a pedir, sin que en ello haya escándalo. Y sin duda los han de pedir cada año, mientras más fueren conosciendo nuestro modo de vida y nuestra pobreça; porque todo el mundo quiere lo más barato y más facil, y para esto de la conversion quieren los que más edifican. Y ya se sabe en todo el mundo lo que edifica un pie descalço y un hábito áspero de nuestro Padre San Francisco, junto con pureza de vida.

Y no hay que pensar que la entrada de nuestros frayles en Japon ha de ser como la de China en Macan, que después de haver pasado tantos trabajos como se passaron en fundar aquel convento, nos le quitaron los Padres y Hermanos portugueses (2). Porque no ha de ser assí acá, siendo el Señor servido, sino muy diferente, porque los Padres de Macan, de la ciudad de Malaca, son muy pocos y tienen grandissimos reynos y conversiones a que acudir y donde pueden emplearse. Tienen los grandíssimos reynos del Pegú, todos de gente ydólatra como en Japon, que son tan grandes, que confinan la tierra adentro con la gran China, en cuya Corte del Rey de Pegú tie nen ya casa y están dos religiosos solamente. Tienen también los

(1) Contracción de: la ha.

(2) Véase AIA, t. II, págs. 217-20.

grandíssimos reinos de Siam, de gente ylustrada, donde los oyen de buena gana; y los reynos de Camboxa junto a ellos, de la misma ydolatría, donde están otros dos religiosos. Tienen los reynos de la Cochinchina donde, se dice, están otros dos. Y fuera de todo esto las yslas de la Jaba mayor y menor, y otras muchas partes, y en el Maluco, donde están de dos en dos, sin tener caudal para más, y donde se pueden emplear ganando almas para Dios, divulgando el santo Evangelio de Christo. Y es tanto lo que tienen que hazer, que con dificultad podrán los frayles de Portugal acudir a ello. Assí que, Hermanos charíssimos, estas yslas Philipinas y estas grandes tierras del Japon parece que nos da el Señor por parte y heredad, para que las labremos y cultivemos, para que Su Magestad coja frutos, y a los que en ella trabajemos fielmente y para su gloria y honra nos premie con vida eterna.

Fué fecha y acabada esta Relacion de las cosas de la christiandad del Japon en este convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Manila, de los frayles Descalços de nuestro Padre San Francisco, en treynta de Abril del año 1595.

Y en fee de la verdad que en toda ella se contiene, la firmé de mi nombre y sellé con el sello de mi officio. Y suplico a los señores que goviernan esta república en lo espiritual y temporal, que pues esto se haze para gloria de nuestro Señor Dios y bien desta ciudad, que vean lo que aquí se contiene y lo authorizen con sus pareceres y firmas, para que assí se dé más crédito en España.

Fray Juan de Garrovillas, ministro provincial.

Hemos visto estas Relaciones y demás cosas aquí contenidas, y segun las cosas presentes del Japon, ansí por lo que contienen la Relacion como por otras que hemos experimentado, es ansi verdad, como en ellas se contiene. Y siendo nuestro Señor servido llevará adelante las cosas de nuestra fee en aquel reyno, siendo favorecidos los religiosos Descalços de la Orden de San Francisco por Su Mages tad, para continuar el passage en los reynos de Japon.

Y en fee dello lo firmamos de nuestros nombres, en la ciudad de Manila, a diez días del mes de Mayo de mil y quinientos noventa y cinco años.

D. Juan de Vivero, arcediano de Manila. El thesorero Castro. Juan de Paz, canónigo. Diego de León, canónigo. D. Beltran de OvaIla, canónigo. Luis de Salinas.

Por mandado del Dean y Cabildo de la Cathedral de Manila, Antonio de Espinosa, notario público y secretario.

Carta del Governador.

Señor:

Por cartas y despachos que he tenido del Japon y por otras relaciones he entendido quán acertada y conveniente ha sido la yda de los Padres de San Francisco a aquellas partes que en esta Relacion se contiene, assi por el gran fructo que en la predicacion evangélica hazen, en tanta gracia de Quambacondono, y gusto y crescimiento de la christiandad alli començada, como (por] el provecho para el estado de la paz y amistad en este reyno. Y assí convendrá al servicio de Dios y de V. Magestad apoyar y continuar aquella entrada y principio, y que V. Magestad, con su Real mano, lo anime y favoresca, como a causa de tanta gloria del nombre de Dios, bien y remedio de tantas almas y conveniente a esta república, la qual ha menester tener en aquel reyno quien advierta y avise de lo que allá hay y passa, y de los designios y ánimos de aquella gente deseosa de venir a esta tierra, y del oro y tivores della, que ellos tanto estiman y precian. Y si acaso los Padres faltassen de allí sería de mucho inconveniente y riesgo para la paz, y quietud y sossiego desta tierra, y aun para la conversion de Japon. Conforme a esto proveherá V. Magestad aquello de que más se sirva.

Guarde nuestro Señor la catholica y Real persona de V. Magestad como lo ha menester la christiandad.

En Manila, nueve de Mayo de mil quinientos noventa y cinco. Luis Pérez Dasmariñas.

Por mandado del Governador.

Esteban de Marquina.

Los Provinciales de Santo Domingo y San Agustin.

Fray Alonso Ximenez, de la Orden de los Predicadores de Santo Domingo, prior provincial de la Provincia del Santo Rosario en estas yslas Fhilipinas de la dicha Orden (1), digo y certifico que la Relacion infrascrita, que va en nueve ojas, fecha por el muy reverendo P. Fr. Juan de Garrovillas, ministro provincial desta Provincia

(1) Acerca de Fr. Alonso Ximenenez, O. P., Véase AIA, t. III, págs. 39-43, y en la Reseña biográfica de los religiosos de la Provincia del Santisimo Rosario de Filipinas, la pág. 9.

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