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cobo Zitolo:ini, que habia trabajado muchos años en el fuerte de la Goleta, y habiendo venido á España á pedir merced por sus servicios, y se vió menospreciado del rey y de la córte, desamparado y pobre, y por último, arrojado de Aranjuez ignominiosamente; este hombre, resentido y despechado, se fué primero á Árgel y despues á Constantinopla, donde renegó y tomó el nombre de Mustafá, y en venganza de los desprecios y ultrages recibidos en España, reveló al turco, como práctico y conocedor que era, el modo como la Goleta podia ser tomada ("). Buen ejemplo de cuánto aventuran los reyes cuando en vez de obligar galardonando servicios y recompensando el mérito, exasperan, ó menospreciando ó agraviando.

Con todos estos elementos contaba el terrible Uluch-Alí cuando partió de Constantinopla con una formidable armada de doscientas treinta galeras, treinta galeotas y cuarenta bajeles de carga, con cuarenta mil soldados mandados por Sinan Bajá, entre ellos siete mil genízaros, ademas de los auxilios que sabía le prestaban los gobernadores y alcaides de Argel, de Trípoli, de Bona y de Cairvan (julio, 1574). Los socorros que don Juan de Austria se apresuró á enviar á la Goleta y á Tunez no eran bastantes para poder resistir á escuadra tan poderosa; y el cardenal Granvela y el duque de Terranova, virey de Nápoles el uno y

(1) Vander Hammen, Hist. de don Juan de Austria, lib. IV.

TOMO XIV.

regente de Sicilia el otro, no hicieron los esfuerzos que debian y á que don Juan con ahinco los estimulaba. Quiso el de Austria ir en persona, bien que contra el dictámen del entendido don García de Toledo, al socorro de las amenazadas posesiones, y juntaba naves, y se movia con fogosa actividad de Génova á Nápoles, á Mesina y á Palermo, Pero conjuráronse tan desatadamente contra él los elementos, y sufrieron sus naves tan furiosas y deshechas borrascas, que inutilizaron todos sus sacrificios. Los turcos en tanto apretaban sus ataques, y Portocarrero dirigia la defensa como ya de su escasa inteligencia se recelaba. Sucedió lo que don García de Toledo habia pronosticado. Del fuerte de Tunez se iba sacando poco á poco gente para la Goleta, y sin ser suficiente para la defensa de ésta, se debilitaba aquél, y se ponia de manifiesto la flaqueza á los ojos del enemigo.

Fué, sin embargo, heróica y maravillosa la resistencia de oficiales y soldados; pero aunque llenáran los fosos de cadáveres turcos, no podia servir sino para morir ellos gloriosamente. Sinan y Uluch-Alí, aquel con promesas y discursos, éste con espuertas de dinero, apellidado por eso Montes de Oro, alentaban á los suyos; menudeaban los ataques, frecuentaban los asaltos, volaban minas, y por último, se apoderaron pri¬ meramente de la Goleta, y despues de Tunez, y lo dominaron todo. En la primera hicieron prisioneros á don Pedro Portocarrero y á Gerónimo de Torres y Aguile

ra, el que trasmitió fielmente á la historia este desgraciado suceso, asi como el triunfo glorioso de Lepanto. En el segundo fué preso Gabrio Cerbelloni, que llevado á la presencia de Sinan fué groseramente denostado y abofeteado, y obligado á ir á pie delante de su caballo hasta la Goleta, diciéndole: «¡Temerario! ¿cómo habeis pretendido resistir á tan poderoso ejército y armada?» Pagano Doria, que habia ofrecido 40,000 ducados á cuatro moros porque le pusiesen libre en Tabarca disfrazado en trage de morisco, fué alevosamente degollado por ellos y presentada su cabeza á Sinan. Cuando don Juan Zagonera, único que habia capitulado salir en libertad con la compañía del fuerte del Estanque, reclamó el cumplimiento de la capitulacion, le contestó el feroz Seraskier enseñándole la cabeza de Pagano Doria: calló Zagonera, tomó cincuenta soldados que el turco quiso dejarle, y con ellos en una nave francesa navegó la vuelta de Sicilia.

Pero este desastre de los cristianos no le habian comprado los infieles sin grandes sacrificios y sin gran mortandad. El sitio habia durado mas de tres meses, desde julio hasta mas de mediado setiembre. Si de los cristianos murieron cerca de cinco mil, cuando Sinan pasó revista á su ejército le halló disminuido en mas de veinte mil hombres. Entre ellos pereció el renegado italiano Mustafá, el ingeniero que tan ruda venganza habia tomado de los desprecios de Felipe II. Para que los españoles no volvieran á reconquistar la Golc

ta, hízola volar el gefe de la armada turca. Asi acabó aquel insigne baluarte, que representaba tantas glorias marítimas, y tambien tanta sangre de españoles desde los primeros tiempos de Cárlos de Austria ("). A últimos

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ejemplo en V. M., que habiéndose perdido Tules y Tumbila »(Thionville), y el ejército con el »conde de Alcaudete, hizo una >>paz tan honrosa, y la restitucion »del duque de Saboya, negocio >> tan desconfiado y tau grande.

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Fué tambien la pérdida de gente que nace y muere, y como »mercadería se halla por dinero. »V. M. tiene en su mano la mejor »del mundo, pero entiendo que

quitada aparte alguna particu»lar, la demas no era aventajada, » y las cabezas no de mucha im>>portancia.

(4) Sobre la pérdida de Tunez »de reputacion, cosa que va y y la Goleta, escribió el respetable >> viene en pocos dias, porque unos y esperimentado don Diego de acaecimientos olvidan otros, de Mendoza al rey la siguiente nota->lo cual sin buscar mas, tenemos ble carta: «S. C. R. M.-Entre los >> menores vasallos de V. M. que se >> habrán ofrecido en esta ocasion, >> yo, el menor de ellos, ofrezco lo »poco de vida y hacienda que me » queda, para que sin réplica mia » V. M. lo mande emplear cómo v >> donde le pareciere que pueda >>mas aprovechar á su servicio, >> aunque puede aprovechar poco; »y porque la edad me representa >> muchos particulares, acordaré »á V. M. dos. Uno, que cuando el >> emperador se resolvió á mante»ner la Goleta, fué como cosa aven>>turada á discrecion de los ene>>migos, porque no segundosen y >> tornasen á poblar á Tunez. Otro, >> porque aunque habia este pro>> vecho, se tuvo por plaza de mas »reputacion y memoria por quien »la ganó, que de provecho que >>trugese ó daño que escusase, por »ser el golfo y playa y el canai es>> trecho y incapaz. Para navíos ar>> mados pudiérase hacer un fuerte >> en Puerto Farina, y dejóse por >> ser sitio enfermisimo á causa del >>rio Magerda, que con vientos de >> mar vuelve su corriente á la ma>> dre V baña la tierra, de que vie»ne la corrupcion y enfermedad. >> Tambien se dejó de hacer otro >> en Biserta despues que la cobró >> el emperador, por no tener en>>>trada ni salida para navíos ma>>vores y pequeñas barcas, y por > cumplir lo asentado con Muley >> Hazem. Ansi que la pérdida fué

>> Cuanto á la pérdida de la pla»za, ya tengo escrito que fue te>> nida por de mas reputacion que provecho, y al que quisie se baxar el ánimo, por ventura le pare>>cerá que se heredó la costa que » se hacia en ella, y la obligacion »de mantenella cesa.

>> Quédanos haberse perdido >> plaza que escusaba la estada de » los enemigos en Tunez, donde >> hacian cabeza de reino, por cuan»to al aparejo de vender presas >> tienen á Argel, y cuanto al de »>tener navíos y vituallas tienen á Bona, que es mas á su propósito, por el rio y por la comarca abun»dante.

>> Ocasion es la que se ofrece de »tomar pareceres, en lo cual no >> dexaré de acordar á V. M., como

leal vasallo, que hay dos mane>> ras de intenciones que siguen los

de setiembre (1574), dejados cuatro mil soldados de guarnicion en Tunez, hiciéronse á la vela Uluch-Alí y Sinan para Constantinopla, llevando consigo á don Pedro Portocarrero y á Gabrio Cerbelloni: el primero murió antes de llegar á la capital del imperio otomano: el segundo permaneció cautivo hasta el año siguiente que por negociacion de los venecianos fué rescatado á cambio de Mohamet-Bajá, preso en la batalla de Lepanto (1).

Hallábase don Juan de Austria en Trápani luchan

> reyes. Unas llanas y poco pene>>trativas, que desean mas honra > para el dueño del negocio de la » que él ha menester, mas re>>putacion 7 provecho ó posibili>> dad. Otras intenciones hondas, >>sutiles y peligrosas, que por ser >> mas aplicadas á su provecho que >> al ageno, desean tener al due>>ño del negocio en necesidad de »sí mismos, y todas, las unas y >> las otras, paran en un fin, que >>es empeñar los ánimos con em>>presas costosas y dificiles de >> mantener y de emprender, ayu»>dándose de la color de honra, >>necesidades y reputacion, virtu» des que cuando andan fuera de » su lugar destruyen al que las usa.

»Todo lo que he escrito son » verdades, y de lo que de ellas se »me ofrece que træer á V. M. á >> la memoria es, lo uno, que el >> recatamiento es la parte mas se»gura; lo otro, que muchas em»presas juntas no son vianda de »principes de poco dinero, por » grandes que sean. Bien podria » discurrir scbre el echar de Tu>>nez los turcos, sobre fortificar ó > desamparar las plazas de Berbe

»ría, sobre hacer empresas en dos »partes que el Turco tiene des»cubiertas y á peligro, porque el lugar de las heridas no lo encu»bren las armas, sobre armarse »en esta ocasion para enfrenar »ánimos desasosegados, pero no »tengo autoridad ni licencia para >>mas de acordar, ni noticia de las >> fuerzas del enemigo, ni de V. M., »ni del aparejo ahora del verano, »ni toca á mi otra cosa mas de lo >>que hago, que es ofrecer la per>>sona, vida y hacienda (tal cual »es todo). N. S. ensalce la de V. M. >> con su mayor acrecentamiento.>>

Biblioteca de la Academia de la Historia, MM. 41. Tom. IV. de Misceláneas.

(4) Historia de las guerras marítimas de los Otomanos, fól. 45.— Carraccioli, I Commentarii, p. 448 á 150.-Vander Hammen, Hist. de don Juan de Austria, lib. IV.Cabrera, Hist. de Felipe II. lib. X.

Hammen, Hist. del Imperio Otomano, lib. XXXVI.-Coleccion de documentos inéditos, tom. II.Osorio, Vita Joannis Austrici, MS. de la Biblioteca Nacional, R. 233.

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