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degollados: fueron otros á buscar amparo de la parte allá del Ebro.

Quedábale aun á Roma un genio militar en España; genio con que no contaria la república, porque se ocultaba bajo el modesto uniforme de simplo centurion ó capitan de compañía. Este genio era Lucio Marcio, hijo de Septimio Severo, caballero romano.

Marcio no se rindió al desaliento que en los rostros de los fugitivos se veia pintado, incluso Fonteyo, único gefe de alguna graduacion que quedaba. Ocurrióles á los soldados nombrar general á quien tan osado y re suelto se mostraba. Pero al saber que Asdrúbal, franqueando el Ebro, sc les venia encima, y tras él Magon que seguia sus huellas, turbóseles de nuevo el ánimo, y mustios unos, renegando y maldiciendo de su suerte otros, esperando todos una muerte que miraban como infalible, luchaba y trabajaba el improvisado general por infundirles aliento, sin que su voz apenas fuera escuchada. Entretanto el enemigo casi toca á sus reales. Le vista de los estandartes cartagineses produce una trasformacion mágica en los ánimos de aquellos desdichados; el miedo se trueca en desesperacion, la desesperacion en corage, y aquel puñado de hombres á manera de leones embravecidos se arrojan sobre los cartagineses, que sorprendidos con tan impetuosa y brusca arremetida, vuelven vergonzosamente la espalda. Todos se maravillaron, los unos de ver huir, los otros de verse huyendo,

si

Calculando luego Marcio que los enemigos no esperarian un segundo ataque, conociendo además que daba lugar á que se les reuniese Magon no quedaba á los suyos manera de salvarse, concede algunas horas de reposo á sus fatigadas y escasas tropas, y en altas horas de la noche se entra á las calladas en el campo y reales de Asdrúbal, que descuidado y sin guardia ni centinelas dormia. Cansáronse de matanza sus soldados, y sin darse mas vagar prosiguieron en busca de Magon, á quien hallaron igualmente desapercibido. Penetran con el mismo ímpetu en sus estancias: era ya de dia: Magon y los suyos á la vista de los paveses y espadas de los romanos ensangrentadas con la matanza reciente, se llenan de estupor y se ponen en fuga: síguelos Marcio, los alcanza, y los romanos se cansan tambien de degollar: los capitanes cartagineses pudieron escapar á uña de caballo (1).

Salvó Marcio de un solo golpe las dos Penínsulas: la España venciendo á los cartagineses, a Italia impidiendo la marcha de Asdrúbal, que unido à Anibal que todavía se hallaba pujante, hubiera podido poner á Roma en grande aprieto.

Pagóselo Roma con ingratitud. En la carta que

(1) Debió tener lugar este suceso cerca de Tortosa. En el campo cartaginés se encontró un escudo de plata de ciento treinta y ocho libras de peso con la imágen de Asdrúbal Barca ó Barcino. Este

monumento de las glorias de Marcio fue llevado à Roma y se colgó en el Capitolio. Llamóse Escudo Marcio. Tit. Liv. lib. XXXV. Valer. Max. lib. I.

Marcio dirigió al senado se daba el título de pro-pretor, que debia solo á la aclamacion de los soldados. Tomólo á mal la orgullosa aristocracia romana, y sin dejar de reconocer la importancia de sus grandes hechos ni de hacer justicia á sus altas prendas, anuláronle implícitamente nombrando pro-pretor de España á Claudio Neron, que entonces hacia la guerra de Capua contra Anibal. El generoso Marcio, no obstaute ver tan mal recompensados sus eminentes servicios, llevó tan adelante su desprendimiento, que cuando llegó Neron á España le entregó sin darse por sentido aquellas tropas que le habian aclamado su general, y se puso bajo sus órdenes sin otro pensamiento que el de continuar sirviendo á su patria en el puesto que le designaba. Así el que acababa de dar un ejemplo de admirable heroicidad, dió tambien un ejemplo de admirable patriotismo.

Poco tino mostró el senado romano en la eleccion de Claudio Neron. Desembarcado que hubo en España con once mil infantes y mil caballos que de refuerzo trajo (211), fuése en busca de Asdrúbal, á quien halló entre Illiturgis y Mantisa en los bastetanos (1). Faltóle poco para coger al cartaginés en el desfiladero de un bosque; pero reconociólo Asdrúbal á tiempo, y entreteniendo á Neron so pretesto de negociaciones hizo una noche destilar calladamente su ejér

de

paz,

(1) Mariana los nombró ausetanos, indudablemente con error. 26

TONO L

cito, dejando las hogueras encendidas en el campamento para mejor engañar al romano: él mismo despues á presencia y vista de Neron metió espuelas al caballo y se alejó en busca de los suyos. De modo que la única hazaña de Claudio Neron durante su breve mando en España fué dejarse burlar de la astucia de un cartaginés. No merecia su nombramiento la pena de haber desairado á Marcio. Pronto fué otra vez llamado á Roma.

CAPÍTULO V.

ESCIPION EL GRANDE.

Desde 211 antes de C. hasta 205.

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Es nombrado Publio Cornelio Escipion procónsul de España.-Desembarca en Tarragona.-Toma á Cartagena.-Generosidad de Escipion con los españoles.—Noble y galante conducta del romano con una jóven española.-Accion de Bécula.—Gánala Escipion.-Logra Asdrúbal pasar á Italia.—Nuevos triunfos de los romanos en España.-Los cartagineses reducidos á Cádiz.-Enfermedad de Escipion.-Propágase la falsa voz de su muerte, y se rebelan de nuevo Indibil y Mandonio. Sublévase una parte del ejército romano.-Somételos á todos Escipion.-Tratos con Masinisa para la entrega de Cádiz.Conducta del gobernador Magon.-Los CARTAGINESES SON EXPULSADOS DE ESPAÑA.

Tratábase en la asamblea del pueblo romano de nombrar un general que reemplazase á Claudio Neron en España. Vióse con sorpresa que nadie aspiraba á recibir este honor. La suerte desastrosa de los dos Escipiones y las noticias que Neron les daba de la astuta falsía de los de Cartago hacian que se esquivára como peligroso el mando de las armas romanas en la península española. La república no sabia á quien enviar. Un jóven de veinte y cuatro años se levanta, y con arrogante acento; Yo soy Escipion, esclama:

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