mente los progresos de aquel cambio. En primeros de febrero, y para preparar el sistema de violencia que dió per producto aquellas elecciones, se espresaba de este modo en su discurso el antiguo y célebre tribuno de la Fontana: «Nuestro partido, unido al gobierno, quiere una monarquia constitucional democrática... quiere gobernar ejecutando su programa y apoyarse en los intereses del partido liberal á fin de que... cuando, pasada la agitacion, tenga el gobierno fuerza de por sí, pueda mudar el punto de apoyo.. Mes y medio habia trascurrido, y ya La Revista vomitaba amargas quejas contra Mendizabal, acusándole de inepto para el desempeño de la dictadura. Estos síntomas de division, entre el ministerio y sus principales defensores, pusiéronse mas al descubierto en las elecciones de la mesa. Istúriz, el vigoroso y ministerial presidente en el Estamento anterior, fué desairado ahora por el gobierno, que propuso y sostuvo las candidaturas de Gonzalez y Argüelles para los dos primeros cargos de la nueva asamblea, pagando así la perseverancia y teson de su ministerialismo. Mientras así se dividian y preparaban para la lucha los principales corifeos del bando reformista, cuando mas necesaria les era la union, si habian de establecer, por fin, un gobierno mas ó menos popular, sus adeptos en las provincias seguian en su sistema de terror y escándalo. A los alborotos de Barcelona en primeros de enero, en los que un desenfrenado populacho asaltó las cárceles y obligó á la autoridad á fusilar á mas de cien prisioneros carlistas, en nombre de la odiosa ley de represalias, se sucedieron otros del mismo género en Málaga, Valencia y Zaragoza, quedando impunes como de costumbre tan atroces delitos. El mismo gobierno parecia como que aprobaba aquellos desórdenes, ejerciendo por su parte una cruel persecucion contra el alto clero. El ministro de Gracia y Justicia, Gomez Becerra, constante perseguidor y encarnizado enemigo de esta clase, dictaba á todas horas estrañamientos y destierros. El arzobispo de Zaragoza y el obispo de Urgel fueron espul sados del reino y ocupadas sus temporalidades. El de Jaen salió desterrado para Cartagena y al anciano cardenal de Sevilla se le confinó á Alicante. Tan sistemática persecucion irritaba los ánimos mas tranquilos y alarmaba las conciencias de los mas indiferentes. Exasperado el clero por tanta arbitrariedad, que llegó al estremo de prohibir á los diocesanos habilitasen de licencias de confesar y predicar á los clérigos que no fuesen adictos á las nuevas instituciones, natural era que se adhiriese en masa por simpatía ó por disgusto á la causa del Pretendiente, en cuyas filas hallábanse ya alistados los mas jóvenes de los treinta mil esclaustrados, abandonados por el gobierno á la desesperacion y á la miseria. Así las cosas, abriéronse las Córtes el dia 21 de marzo, sin inspirar gran confianza de remedio para el porvenir, ni aun á los mismos que las formaban y aplaudian. FIN DEL TOMO SEGUNDO. ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN ESTE TOMO. REINADO DE FERNANDO VII. Páginas. CAPITULO XXIII.-Revolucion de 1820.-Sumario.-Objeto y ten- de Riego. Es derrotado en las Córtes el partido revolucionario.-Mez- quino desahogo de los vencidos.-Notable sesion de 17 de setiembre de 1820.-Estracto de los principales discursos.-Romero Alpuente.- Quiroga, moderado.-Frases elocuentes de Martinez de la Rosa................ CAP. XXV.-Importantes reformas de las Córtes.-Sumario.- Doceañistas y exaltados.-Necio constitucionalismo de los primeros.- La revolucion en los clubs.-Arrepentimiento de los ministros.-Teoria revolucionaria de los moderados.-Reprodúcense los ataques de las Córtes de Cádiz á las clases privilegiadas.-Falta de equilibrio en los elementos constitutivos.-Reforma de los monacales.-Reduccion del diezmo.-Estincion de los mayorazgos.-Premios patrióticos.-La prensa liberal.-D. Félix Mejia,-Jurado popular.-Suprimense las sociedades patrióticas.-Su influencia y su objeto.-Estado de la Ha- cienda.-Amnistia de los afrancesados.-Resistencia de Fernando á sancionar el decreto de los frailes.-Utilidad del veto.-Coaccion em- pleada por el ministerio.-Despecho del rey.-Su politica. -Fray Ci- CAP. XXVI.-El rey y el liberalismo.-Sumario.-Proyecto de un terror.-Reorganizacion de la milicia nacional.-Desmoralizacion del ejército.-Proclámase como ley la desobediencia militar.—Mision de la fuerza armada.-Mejoras en la instruccion pública.-Idem en el ramo de Hacienda.-Reglamento interior de las Córtes.. CAP. XXVII.-Córtes estraordinarias de 1820.-Sumario.-Juicio |