Imágenes de páginas
PDF
EPUB

trages de gala como si fuesen á divertirse con el ejército cristiano, dieron en la emboscada que Fernando astutamente les habia preparado cerca de Paterna, y acometidos de improviso por los cristianos, gran número de ellos fueron acuchillados, siendo bastante a fortunado su rey Abdelmelik para salvarse por la fuga ("). Volvió Fernando despues de este triunfo á estrechar el cerco de Valencia, y estaba á punto ya de tomarla, cuando hizo la mala suerte que le acometiera una enfermedad que le obligó á retirarse otra vez á Leon, donde no mucho antes habia hecho que fuese trasla dado el cuerpo del mártir San Vicente, hermano de las santas Sabina y Cristeta que se hallaban en Avila.

Llegó, pues, Fernando á Leon un sábado, 24 de diciembre de 1065. A pesar de su quebrantadísima salud su primera visita fué al templo de San Isidoro, donde arrodillado ante los sepulcros de los santos mártires hizo fervorosa oracion á Dios por su alma. De alli pasó al palacio á reposar algunas horas. A la

(1) De esta sorpresa de Paterna, de que no hablan nuestras crónicas, nos ha dado noticia el árabe Ibn-Bassân, escritor contemporáneo, MS. de Gotha, citado por Dozy.-A la nueva de este desastre fué cuando acudió Al Mamun el de Tolede á Cuenca á proteger á su pariente Abdelmelik, y considerándole poco hábil para defender la ciudad contra tan poderoso enemigo como Fernando, le depuso y encerró en la fortaleza de Cuenca, alzándose con su reino luego que levantó el sitio

TOMO IV.

Fernando, segun en el anterior capítulo expusimos. Asi, pues, segun Ibn-Bassân, el escritor mas inmediato á los sucesos que se conoce, Al Mamun no fué a Valencia como aliado de Fernando, que es lo que se habia creido hasta ahora, sino como protector de Abdelmelik, aunque la ambicion le convirtió pronto de auxiliar en usurpador de su reino.-Almakari habla tambien de la batalla de Paterna, que indica igualmente Ebn Hayan,

14

media noche se hizo conducir otra vez á la iglesia, donde asistió á la misa solemne de la natividad del Señor, y despues de haber comulgado hubo que llevarle en brazos á su lecho. A la mañana siguiente al apuntar el dia, presintiendo cercano su fin, convocó á los obispos, abades y religiosos de la córte para que fortificasen su espíritu en aquel trance supremo, y todavía otra vez se hizo trasportar al templo en compañía de aquellos venerables varones, revestido de todas las insignias reales. Alli arrodillado ante el altar de San Juan, alzando los ojos al cielo, pronunció con voz clara y serena estas memorables palabras: «Vuestro es el poder, Señor, vuestro es el reino, vos sois sobre todos los reyes, y todos los imperios del cielo y de la tierra están sujetos á vos. Yo os devuelvo, pues, el que de vos he recibido, y que he conservado todo el tiempo que ha sido vuestra divina voluntad. Ruegoos, Señor, os digneis sacar mi alma de los abismos de este mundo y recibirla en vuestro seno.» Y dicho esto, se desnudó del manto real, se despojó de la corona de piedras preciosas que ceñía su frente, y recibiendo el oleo santo de mano de los obispos, trocó el manto por el cilicio y la diadema por la ceniza, y prosternado y con lágrimas imploró la misericordia del Señor, á quien entregó su alma á la hora sesta del tercer dia de pascua, fiesta de San Juan Evangelista. Tal fué y tan ejemplar y envidiable la muerte del primer rey de Castilla y de Leon, á los

28 años y medio de haber ceñido la segunda corona, cerca de 31 de haber llevado la primera. Fué enterrado en el panteon de la iglesia de San Isidoro que él habia hecho construir (1) ̧

Bajo el cetro vigoroso de Fernando I. adquirieron gran preponderancia los reinos cristianos de Castilla y de Leon, y su reinado preparó la gloria de los siguientes. Con justicia, pues, es llamado Fernando el Magno el que fué uno de los príncipes mas gloriosos que cuenta la España (2).

(4) Mon., Sil., Chron. n. 106. -Yepes, Coron. de la órden de San Benito. Sandoval, Cinco Reyes. Florez, Esp. Sagr., y muchos otros. La Reina doña Sancha, señora no menos piadosa, prudente y amable que su marido, le sobrevivió solo dos años, y fué enterrada tambien en la misma iglesia de San Isidoro al lado de su esclarecido esposo, como se ve por los epitafios grabados en sus tumbas.-Anales Complut., Compostel. y Toledanos.

(2) Hemos omitido el inverosímil é infundado suceso que euenta la Crónica general y adoptó de lleno Mariana (l. IX., c. 5.), de la reclamacion que en tiempo de este rey hicieron el papa y el emperador de Alemania para que Castilla se reconociera feudataria de aquel imperio, de las córtes que para deliberar sobre este extraño negocio, dice, reunió el rey Fernando, del razonamiento que en ellas hizo el Cid, de la resolucion que á consecuencia de su discurso se tomó, del ejército de diez mil hombres que al mando de

Rodrigo de Vivar pasó á Francia, de la embajada que aquel recibió en Tolosa, del asiento qee alli se hizo para libertar á España del pretendido feudo, etc., por estar ya reconocido y probado de fabuloso todo este conjunto de bellas invenciones por los mejores críticos. Ferreras dijo ya: «Esta pretension no es mas que cuento, porque yo no he hallado, ni en los escritores germánicos, ni en otros de aquella edad rastro de tal intento, etc.» Los ilustradores de la edicion de Valencia dijeron tambien hablando de lo mismo: «Pero nuestros historiadores mas atinados han desechado como fingida toda esta narracion.» Y el doctor Sabau y Blanco dice con su acostumbrado desenfado sobre este capítulo de Mariana: «Todo este cuento es tomado de la Crónica general de España, que no tiene fundamento en ningun autor que merezca fé. Ninguno de los escritores de este tiempo hace mencion de semejante suceso; y asi debe despreciarse toda esta narracion de Mariana como fabulosa.>>

CAPITULO XXIII.

LOS HIJOS DE FERNANDO EL MAGNO,

SANCHO, ALFONSO Y GARCÍA.

De 1065 á 1085.

Juicio de la distribucion de reinos que hizo Fernando I. de Castilla en sus tres hijos.-Guerra de Sancho de Castilla con sus primos Sancho de Aragon y Sancho de Navarra y su resultado.—Despoja Sancho de Castilla á sus dos hermanos Alfonso y García de los reinos do Leon y Galicia.-Aventuras de Alfonso VI. de Leon.-Su prision: toma el hábito religioso en Sahagun: se refugia á Toledo, y vive en amistad con el rey musulman.-Quita Sancho la ciudad de Toro á su hermana Elvira.-Sitia en Zamora á su hermana Urraca.-Muere Sancho en el cerco de Zamora.-Traicion de Bellido Dolfos.-El Cid. Es proclamado Alfonso rey de Castilla, de Leon y de Galicia. -Juramento que le tomó el Cid en Burgos.-Alianza de Alfonso VI. con Al Mamun el de Toledo.-Toman juntos á Córdoba y Sevilla.— Piérdense otra vez estas dos ciudades.-Muerte de Al Mamun.Resuelve Alfonso la conquista de Toledo.-Alianza con el de Sevilla. -Ofrece este su hija Zaida al monarca leonés y la acepta.-Rindese Toledo al rey de Castilla.-Capitulacion.-Entrada de Alfonso en Toledo.-Concilio.-Primer arzobispo de Toledo.-Conviértese la mezquita mayor en basílica cristiana.-Cambio en la situacion de los dos pueblos cristiano y musulman.

El ejemplo vivo y reciente de lo funesta que habia sido la particion de reinos hecha por Sancho el Mayor de Navarra, ejemplo cuyas consecuencias fa

tales habia experimentado en sí mismo su hijo Fernando, no sirvió á este de escarmiento, é incurrió, como hemos visto, en el propio error de su padre, rompiendo la unidad apenas establecida, y subdividiendo las dos coronas de Castilla y Leon, unidas momentáneamente en sus sienes, entre sus tres hijos Sancho, Alfonso y García, en los términos que en el anterior capítulo dejamos espresados. Creyó sin duda Fernando, y tal debió ser su propósito y buen deseo como aconteceria á su padre, dejar de aquella manera mas contentos á sus hijos, prevenir los efectos de la envidia y de la ambicion entre ellos, y acaso se persuadió tambien de que distribuido el reino en pequeños estados, cada soberano podria regir con mas facilidad el suyo ó sostenerle con mas energía contra los sarracenos ó dilatar cada cual con mas fuerza de accion sus respectivas fronteras. Si tal pensamiento tuvo, pudo mas en él el buen deseo que la leccion práctica de la esperiencia, y mostróse poco conocedor del corazon humano. Faltaba por otra parte todavía el conocimiento y fijacion de la sábia ley de la primogenitura para la sucesion al trono. Lo cierto es que la particion de reinos de Fernando encerraba, como vamos á ver, el gérmen de guerras tan mortíferas entre sus hijos como las que antes habia ocasionado la distribucion de su padre Sancho de Navarra.

Bien lo previeron algunos nobles leoneses, y entre ellos principalmente el prudente y experimentado

« AnteriorContinuar »