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ellos no es el menor la ignorancia, que á manera de plaga se ha derramado por todas las clases del Estado tan prodigiosamente, que apenas se ha librado alguna de su contagio. En efecto, de tan ominoso principio han nacido los vicios capitales que destruyen los imperios y anonadan las instituciones mas justas, mas prudentes, mas sanas, benéficas y acertadas; al mismo se deben las divisiones, los partidos, las feas denominaciones, la garrulidad con que se afectan como virtudes los vicios mas abominables, y se revisten con el nombre del bien público las pasiones que mas le alteran y contradicen. Deseando pues poner una impenetrable barrera á estos males, y corresponder al amor que los pueblos de esta nacion magnánima han manifestado siempre á su soberano, y señaladamente en estos últimos dias, he adoptado entre otras medidas de utilidad general, y en uso de las facultades que el rey me tiene conferidas por su decreto de fecha de ayer, el restablecimiento de las universidades literarias á aquel grado de lustre que tanto ha ennoblecido la España en los siglos anteriores; y mando que cesando los estudios particulares que hasta ahora se han permitido ó tolerado por lo imperioso de las circunstancias, se abran las universidades en el dia 18 de este mes, cerrando la matrícula en el 25 de Noviembre próximo, como antes se hacía, entendiéndose este término improrogable, cualquiera que sea la causa que espongan en contrario. Tendréislo entendido, y dispondreis lo correspondiente á su cumplimiento.- Está rubricado de la real mano de la reina nuestra señora. En San Ildefonso á 7 de Octubre de 1832.A don José de Cafranga."

A los citados decretos siguió la exoneracion de los generales Eguía y Gonzalez Moreno; y despojóse igualmente del mando que ejercian á don San

tos Ladron, Romagosa, Sampere y otros muchos de los caudillos de las bandas de la fé, y confióse la superitendencia general de policía á don José Martinez de San Martin, que tanto se habia distinguido en la época de los tres años.

Brilló el 15 de Octubre, y la reina magnánima y heróica que ansiaba reunir en torno suyo á todos los españoles, estendió su manto para cobijarlos, y dió la memorable amnistía que abria las puertas de la patria á tantos ilustres ciudadanos despues de dos lustros de destierro. La mente de Cristina era que la orden no contuviese escepcion alguna para que todos tornasen á respirar el dulcísimo ambiente que aspiraron en su cuna; pero Fernando nunca quiso dar su asentimiento á favor de los que en Sevilla votaron la regencia ó acaudillaron fuerza armada despues de su salida de Cádiz, sin doblarse á los ruegos de su esposa; y la reina, bien á pesar suyo, tuvo que esceptuarlos de la gracia, que decia asi:

"Nada hay mas propio de un príncipe magnánimo y religioso, amante de sus pueblos, y reconocido á los fervorosos votos con que incesantemente imploraban de la misericordia divina su mejoría y restablecimiento, ni cosa alguna mas grata á la sensibilidad del rey, que el olvido de las debilidades de los que, mas por imitacion que por perversidad y protervia, se estraviaron de los caminos de la lealtad, sumision y respeto á que eran obligados, y en que siempre se distinguieron. De este olvido, de la innata bondad con que el rey desea acoger bajo el manto glorioso de su beneficencia á todos sus hijos, hacerles participantes de sus gracias y liberalidades, restituirlos al seno de sus familias, librarlos del duro yugo á que los ataban las privaciones propias de habitar en paises desconocidos; de estas consideraciones, y lo que es mas,

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del recuerdo de que son españoles, ha de nacer su profundo, cordial y sincero reconocimiento á la grandeza y amabilidad de que procede; y á la gloriosa ternura que me cabe en publicar estas generosas bondades es consiguiente el gozo que por ellas me posee. Guiada pues de tan lisonjeras ideas y esperanzas, en uso de las facultades que mi muy caro y amado esposo me tiene conferidas, y conforme en todo con su voluntad, concedo la amnistía mas general y completa de cuantas hasta el presente han dispensado los reyes á todos los que han sido hasta aqui perseguidos como reos de Estado, cualquiera que sea el nombre con que se hubieren distinguido y señalado, esceptuando de este rasgo benéfico, bien á pesar mio, los que tuvieron la desgracia de votar la destitucion del rey en Sevilla, y los que han acaudillado fuerza armada contra su soberanía. Tendréislo entendido, y dispondreis lo correspondiente á su cumplimiento.-Está rubricado de la real mano de la reina nuestra señora.-En San Ildefonso á 15 de Octubre de 1832.-A don José de Cafranga."

Colmado fue el regocijo de los pueblos cuando vió la luz pública la amnistía, preludio y anuncio del levantamiento del abatido liberalismo, y prenda de la mudanza política que se habia veGozo de Es- rificado. Alborozóse el pueblo en todos los punpaña. tos, y fueron impotentes los esfuerzos de los realistas para ahogar la alegría de los ciudadanos, que tras el largo período de tantos trabajos y servidumbre veían asomar los primeros rayos de la bonanza. En Alicante, entusiasmada la gente liberal, prorumpió en vivas á los reyes, adornó lás casas con vistosas colgaduras y las iluminó espontáneamente, á pesar del gobernador Iriberri, que llenó de insultos á los regocijados alicantinos. No brilló menos puro el contento en la esclavizada Barcelona, donde el conde de España osó en su

agonía formar causa al único vecino que puso luces en su casa la noche de la publicacion del benéfico decreto.

Vuelven los

drid.

1832.

Los reyes entraron en Madrid de regreso de San Ildefonso el 19 de Octubre, y el pueblo los reyes á Masaludó con gozo y entusiasmo, porque henchía sus corazones la dulce esperanza de la regeneracion de la envilecida patria. Respiraban los españoles un aire mas libre en aquellos instantes, como el que largo tiempo ha tenido oprimida la respiracion, y cerrando los ojos al tiempo pasado y al futuro, gozábanse con el presente. Cristina se presentaba á sus ojos radiante de virtud, esposa tierna, amorosa madre, reina heróica y libertadora de España. ¡Qué títulos tan bellos para entrar triunfante en la capital del reino! A su lado venia Fernando en tal abatimiento, debilidad y mal estado, como decia don Carlos, que mas parecia un cadáver que un hombre.

Cuanto mas se desentrañaban los sucesos de la Granja y los móviles que los habian impulsado, mas criminal resultaba Calomarde, y el ministerio le confinó á la ciudadela de Menorca desde Olva de Aragon, donde se habia retirado. Mas noticioso el club realista de Valencia despachó al franciscano fray Pedro Arnau, y avisado por el fraile el ex-ministro se fugó de Olva, sirviéndole de guia fray Pedro: ocultóse en el convento de Franciscanos de Hijar, donde perinaneció hasta el 12 de Noviembre, y disfrazado de religioso Bernardo y acompañado de dos monges se dirigió á Francia por el camino de Gavarnia: al llegar á la fronteFuga de Ca ra, un sargento de carabineros que registró el e- lomarde. quipage y encontró una cajita con varias cruces y veneras quiso detenerle, pero desistió de su intento mediante el oro, y Calomarde pisó el suelo francés para nunca tornar á su patria.

rol.

El ministro de Gracia y Justicia comunicó al Destierro del obispo de Leon la orden de retirarse á su diócesis obispo de Leon, dentro de tercero dia, y el turbulento don Joaquin Abarca respondió con el descomedimiento y descaro propios de su carácter, que puesto que iban á llegar los apóstatas, los asesinos, no era justo que se hallase confundido con ellos. Su res(* Ap. lib. 13. puesta (*) descubre toda la osadía y destemplanza núm. 15.) del bando de don Carlos, compuesto de hombres rabiosos que deseaban esterminar á cuantos no participaban de su intolerante y frenético delirio. En algunos puntos del reino intentaron los realistas declarar nulo el decreto del rey que autorizaba á la reina para el despacho de los negocios: asi lo Sucesos del Fer- imaginaron en el Ferrol, guarnecido por el regimiento infantería de Estremadura, cuyo coronel era el célebre don Tomas Zumalacarregui, gobernador tambien de la plaza. El comandante del apostadero, don Roque Guruceta, recibió varios avisos del intento de los soldados de Estremadura, y precavió el peligro formando en el arsenal la brigada de marina, y reuniendo las personas que le merecian buena opinion, con lo que cortó los hilos de la trama. Mas en todos sus actos mostró suma desconfianza de Zumalacarregui, que en nuestro concepto estaba inocente, y en vez de comprometerle con maña en defensa de la causa de la reina exasperó su irritable espíritu. Privado despues el gobernador del mando, y formado proceso, en el que brilló su inocencia, partió á la corte, y de alli se trasladó á las provincias Vascongadas, maleado ya con los disgustos que habia tenido, y solicitado por los gefes del carlismo, que conocian su mérito. En Santiago los realistas querian impedir la De Santiago. salida del general Eguía y proclamar á don Carlos, para lo cual se reunieron la tarde del 23 de Octubre bajo pretesto de maniobras militares;

1832.

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