Imágenes de páginas
PDF
EPUB

y al presidente y Consejo de Granada y logrado que le ayudasen en él. Mas como el moro que llevaba una carta del presidente para Gonzalo el Xeniz cayera en poder de los secuaces de Aben Abóo, por salvar la vida entregó á éste la carta en que se revelaba el proyecto. Tomó entonces Aben Abóo ura cuadrilla de sus escopeteros, y con ellos partió á media noche á sorprender al Xeniz que se hallaba en la cueva de Huzúm, entre Bérchul v Mecina de Bombarón. Entró en ella con solos dos hombres; enseñó los despachos al Xeniz; mostróse éste indignado, diciendo que todo era calumnia y traicion; y cuando Aben Abóo salia á llamar á Abu Amer y á los suyos, detuviéronle á la puerta de la .cueva seis hombres del Xeniz; llegó éste entonces por detrás, y con la escopeta le dió en la cabeza tan fuerte golpe que le derribó al suelo, y alli le acabaron de matar. Dispersáronse con esto los escopeteros de Aben Abóo, y los mas se agregaron despues al Xeniz para gozar del indulto que á él le habia sido ofrecido (marzo, 1571).

Dispúsose conducir á Granada el cadáver del desdichado Aben Abóo, y para evitar la putrefaccion se le abrió y rellenó de sal. Entablillado despues por de. bajo del vestido y colocado derecho y como á caballo sobre una acémila, en términos que semejaba estar vivo, fué llevado á la ciudad, yendo á su derecha el platero Barredo, á su izquierda el Xeniz con la es

copeta y el alfange de Aben Abóo: detrás los moros reducidos con su ropa y bagages, y á sus lados las cuadrillas de gente de guerra de aquellos presidios. Entraron por la ciudad haciendo salvas con sus arcabuces; el pueblo saludó con júbilo aquella procesion burlesca; el Xeniz hizo su acatamiento al duque y al presidente entregándoles las armas de Aben Abóo, y el cuerpo de este desgraciado fué arrastrado por las calles, descuartizado despues, y colocada la cabeza en una jaula de hierro fué puesta sobre el arco de la puerto del Rastro que da salida al camino de las Alpujarras (1).

La tierra se fué poblando de cristianos, al principio con alguna dificultad, pero despues con el aliciente de las haciendas que el rey mandó distribuir y de los privilegios y franquicias que otorgó á los nuevos pobladores, ya no faltaban cristianos que apetecieran ir á morar en el territorio morisco.

Asi acabó la guerra de los moriscos de Granada, últimos restos de la dominacion sarracena en aquel reino: guerra sangrienta y feroz, en que musulma

(1) Pusiéroule un rótulo que Mármol en el X. de la Rebelion y decia:

Esta es la cabeza
Del traidor de Abenabó.
Nadie la quite
Sopena de muerte.

Mendoza en el libro IV. y último de la Guerra de Granada, y

Castigo de los Moriscos, cap. 8, difieren en algunas circunstancias y pormenores de la muerte de Aben Abóo, pero están conformes en lo principal del suceso. Hemos seguido á Mármol, que en lo general suele estar mejor informado de estos incidentes, como persona que podia verlos por sí mismo.

nes y cristianos, todos cometian escesos y ejecutaban crueldades horribles, todos hicieron acciones de valor heróico: guerra desigual entre un pueblo de montaña, reducido al recinto estrecho de una provincia española, y el poder de un soberano que dominaba la mitad del mundo: guerra en que los esfuerzos individuales y los arranques de la desesperacion suplieron en el pueblo rebelado la falta de gobierno, de organizacion, de ejército y de leyes: guerra qae creemos hubiera podido evitarse con alguna mas prudencia de parte del monarca y de los consejeros españoles, pero necesaria si se atiende al modo con que Felipe II. se propuso, establecer la unidad religiosa en el reino: guerra en fin, en que el jóven don Juan de Austria hizo una gloriosa prueba de capitan valeroso y activo, entendido y prudente, y cuyo triunfo, bien que honroso, fué solamente como el anuncio de los laureles que mas en abundancia habia de recoger en otro mas ancho campo en que vamos á verle ahora.

CAPITULO XIII.

DON JUAN DE AUSTRIA.

LEPANTO.

De 1570 á 4574.

Planes del sultan Selim II. sobre la isla de Chipre.-Resuelve su conquista.—Rompe la paz con Venecia.-Prepárase á la guerra la república: busca aliados y pide auxilio.-El papa y el rey de España. -Principio de la liga.-Conferencias en Roma: capítulos.-Guerra de Chipre.-Generales y fuerzas turcas.-Generales y fuerzas venecianas. Sitio y toma de Nicosia por los turcos.-Escuadra auxiliar de España: Juan Andrea Doria.-Escuadra pontificia: Marco Antonio Colonna.-Disidencias entre los aliados.-Retírase Andrea Doria.Vuélvese la armada de los confederados.-Realízase la liga cristiana y se jura.-Célebre sitio do Famagusta por los turcos.-Defensa heróica de los venecianos.-Se rinden.-Horribles é inauditas crueldades de Mustafa.-Generales de la armada y ejército de la liga: Generalísimo DON JUAN DE AUSTRIA.-Sale don Juan de Madrid: va á Barcelona, Génova, Nápoles y Messina.-Reunion de la armada de la liga.-Número de naves y hombres.-Parte la armada á Levante. Armada turca: Pertew-Bajá y Alí-Bajá.-Orden de las dos armadas.-Memorable batalla de LEPANTO.-Pericia y denuedo de don Juan de Austria.-Muerte de Ali-Bajá.-Triunfo glorioso de la liga, y destruccion de la armada turca.-Retirada de los aliados.-Festejos en Venecia, Roma y Madrid.-Escaso fruto que se recogió de la victoria y sus causa3.-Repone el turco su armada y vuelve sobre Candia.-Lentitud de los coligados, y motivos que la

ocasionaban. Muerte del papa Pio V.-Gregorio XIII.-Detencion de don Juan de Austria y sus quejas.-Hácese otra vez á la vela. -Campaña naval de 4572.-Retirada de los aliados.-Bochornosa paz de Venecia con Turquía.-Disuélvese la liga.-Marcha don Juan de Austria á Berbería y reconquista á Tunez.-Vuelve á Italia.

Dejamos en el capítulo anterior á don Juan de Austria triunfante de los moriscos granadinos, y preparándose á buscar otros laureles con que ceñir su noble frente en otro campo maş estenso y en empresas mas dignas de su elevado ánimo y de su gran corazon. El que habia vencido á unos moros montaraces, aunque briosos y valientes, entre las breñas y riscos de una comarca de la península española, iba á ser puesto á prueba lanzándole á los mares de Oriente y colocándole como general en gefe de la armada de tres naciones confederadas, frente á frente de las fuerzas marítimas del Gran Turco, que era entonces formidable y poderoso en las aguas, y desafiaba y traia alarmada toda la cristiandad. Menester es que reseñemos brevemente las causas que obligaron á las potencias cristianas que nombraremos luego á unirse y coligarse contra el imperio otomano, y la situacion respectiva en que se hallaban las fuerzas de los turcos. de los confederados cuando el hermano natural de Felipe II., jóven de veinte y cuatro años, fué llamado á desempeñar el primer papel en aquella solemne contienda.

y

La conquista de la fertilísima isla de Chipre, tri

« AnteriorContinuar »