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rables bajas que el rigor del clima tropical suele causar en el ejército, aliviar algunas fatigas al soldado, y en casos dados tener algunas compañías de flanqueadores, para lo cual eran mas á propósito los africanos ú oriundos de Africa que los europeos; pero al oir los comentarios, comprendió que podrian servir de poderoso freno á los enemigos de España y á los codiciosos de la isla de Cuba.

El previsor Marqués habia considerado mas útil agregar una ó dos compañías sueltas de pardos y morenos á cada regimiento del ejército, que formar cuerpos separados, por razones que no pueden escaparse á ningun militar. Con esta planta era mas difícil la insubordinacion, y aun la rebelion, que con la antigua, y se podia sacar mucho mas partido; pero la mala fe quiso ver en esto una tendencia mas á igualar la clase de color con la blanca, y se auguraron rivalidades y choques que la esperiencia dejó desmentidos. Al ver los buenos resultados dieron todas las medidas adoptadas por el general Pezuela, y los pocos inconvenientes que se tocaron, á pesar del carácter delicado.de algunas, se diria que la Justicia Divina habia tomado á su cargo destruir las calumnias que se fraguaban contra aquella íntegra autoridad. Nada de cuanto temian unos y fingian temer otros se verificaba; al contrario, las disposiciones iban surtiendo mas efecto del que acaso se prometia el mismo que las tomaba.

que

Los jefes de los cuerpos á que se agregaron las cuatro compañías que se organizaron en la Habana y San

tiago de Cuba por via de ensayo, pueden atestiguar si se tocó ninguno de los inconvenientes que suponia la mala fe, y si, gracias al tino con que secundaron la idea, no sacaron mucho partido de ellas (1). Puede citarse como prueba de esta verdad el hecho de haber dado latitud al pensamiento, el general Concha, que tanto empeño tuvo en destruir cuanto habia edificado su ante

cesor.

Esta medida dió por resultado no solo el alivio de algunas fatigas del soldado, que nacido en otro clima mas templado, no puede sobrellevarlas como el africano, que fué el objeto principal que se propuso el que la dictó, sino que algunos cubanos conocieron una verdad que no deben olvidar nunca, por amarga que sea. Es una estupidez creer que una clase tan numerosa y fuerte quedaria en la inaccion, caso de trabarse una lucha séria, y es preciso ser muy poco previsor para no comprender que el vencido echaria mano de tan poderoso elemento.

He prescindido del órden cronológico de las medidas tomadas por el general Pezuela, para hablar de todas las relativas à la clase de color; ahora me será preciso retroceder para analizar otras.

COLONIZACION.

Hace muchos años que la Real Sociedad Económica de la Habana ofrece un premio á los colonizadores, y el

(1) Los jefes eran D. José R. de la Gándara, D. Ramon Sanz, don Cesareo R. de Lanzarote, y D. José Francisco Colubi,

autor de estos Apuntes lo obtuvo en 1844, por haber hecho una zafra con catalanes en su ingenio, La Colonia, á cuatro leguas de Puerto Príncipe. Cito este hecho para probar dos cosas: 1. que la colonizacion se considera hace años útil, ya que no necesaria, al porvenir de la isla de Cuba; 2.a que de la caña y demás frutos coloniales. Es un error creer que son indispensables los negros de Africa: lo que hay de positivo es, que no se obtienen fácilmente brazos tan baratos como los del esclavo. Y no se crea que esto proviene de que el esclavo no gana salario, sino de otras causas que se han analizado poco. Los que hablan de colonizacion sin haberla estudiado prácticamente, ni conocen todas las ventajas, ni han previsto todos los inconvenientes. Las ventajas morales son infinitas; los incon. venientes son puramente pecuniarios. Pero no es de este lugar disurrir sobre colonizacion; lo que hace á mi propósito es dejar sentado, que todos los periódicos, todos los escritores, todas las corporaciones, y hasta el Gobierno (1) han considerado útil la colonizacion, y la han procurado por cuantos medios han estado á su alcance.

que los europeos sirven para el cultivo

Pero si es útil, aun continuando la trata, estinguida esta, se hace necesaria, si es que la isla ha de progresar en la agricultura y en la industria. Y no se diga que esto está en contradiccion con lo que hemos sentado al hablar de la esclavitud existente indudablemente ella se basta para que la agricultura llegue à un estado que

(1) En 1832 se consignó á la Real Junta de Fomento el 4 p. 100 de las costas procesales para que procurase la inmigracion de colonos blancos.

envidiarian muchos pueblos; mas esto no supone que con colonos no pudiese elevarse á mayor perfeccion.

Pero las ventajas de la colonización no se limitan á intereses materiales, acaso son los que ménos deben llamar la atencion de los hombres previsores y del Gobierno. Las ventajas morales y políticas deben atenderse con preferencia porque miran al porvenir, y no se concretan como aquellos al presente. No es tampoco de este lugar ni cumple á mi propósito demostrar la funesta influencia de la esclavitud sobre las costumbres de la clase dominante. Los que quieran conocerla lean á Comte y otros autores de gran fama en el orbe literario (1).

Era una especie de corolario de la idea de reprimir el tráfico de esclavos, la de facilitar la inmigracion de colonos, y por esto no es estraño que el general Pezuela la procurase casi simultáneamente.

A su llegada á la isla de Cuba, tres empresas se disputaban el monopolio de la colonizacion; la de los chinos, la de los yucatecos y la de los gallegos, las que no solo asediaban á la primera autoridad de aquella provincia ultramarina, sino que habian ocurrido al Gobierno de S. M. para obtener una autorizacion esclusiva. El marqués de la Pezuela, que conoce los inconvenientes de los monopolios, propuso al Gobierno y este aprobó la ordenanza de colonos (núm. 17), por la que quedaron todas las empresas en plena libertad de introducir colonos, marcándose detalladamente sus derechos y obli

(1) Raynal, pág. 342, de Pradt, cap. 12, Flores Estrada, ste,

gaciones, para evitar cuestiones y disgustos. El mismo derecho que tuvo Feijóo Sotomayor, de cuya empresa se ha hablado tanto y tan equivocadamente, tenian todos los demás; y así como hubo varias empresas que se dedicaron á la importacion de chinos, pudieron otras dedicarse á la de gallegos y de otras provincias de España. La ordenanza, pues, no hizo mas que facilitar la colonizacion, sin los monopolios á que algunos aspiraban. Pero sucedia en la isla de Cuba lo que se observa generalmente en las ciudades invadidas por una epidemia, que todas las demás enfermedades reciben una modificacion de la reinante. Por esto se vió tambien en la ordenanza de colonos una tendencia á igualar á los blancos con los negros, y aun, segun algunos, á hacerlos de peor condicion, sobre todo á los pobres gallegos. En la Grande Antilla los blancos no se desdeñan de ser pulperos, á la vez que miran como deshonroso el cultivo de los campos, porque ha estado hasta aquí á cargo de los africanos. Cincinato se envanecia de dirigir un arado; los blancos en la isla de Cuba se avergonzarian de hacerlo, al paso que no tienen á ménos rozarse con los negros mas soeces, y embriagarlos muchas veces á sabiendas por el lucro de un cuartillo. Adviértase de paso que las tendencias que gratuitamente se atribuian al marqués de la Pezuela, léjos de ser un cargo, le honrarian mucho, admitidas las ideas de progreso é igualdad á que se le supone poco afecto. Mas acostumbrados á dar á cada uno lo que le corresponde, no queremos atribuir al general Pezuela miras que no tuvo. Su único objeto, al redac

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