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Cualidades del joven rey.-Su consejo de gabinete.-Sigue gobernando el rey don Felipe desde su retiro.-Mision importante del mariscal Tessé.-Respuesta que le dieron ambas Córtes.—Tratos sobre anular el matrimonio de Luis XV. con la infanta de España.-Cartas de Luis I. á favor de su hermano el infante don Cárlos.-Trátase de enviarle á Italia.—Cómo lo toman las potencias mediadoras. -Conferencias en el congreso de Cambray.-Diversas pretensiones: dificultades: irresolucion.-Partidos en España en favor de uno y otro rey.-Ligerezas y estravíos de la jóven reina.-La manda recluir el rey su esposo.—Su arrepentimiento y libertad.-Travesuras pueriles del mismo monarca.-Muerte prematura del rey Luis.

-Duda Felipe si volverá á ocupar el trono.-Consultas al Consejo de Castilla y á una junta de teólogos.-Diferentes dictámenes.-Resuelve Felipe V. ceñir segunda vez la corona que habia renunciado.

Jóven de diez y siete años el rey Luis cuando por la abdicacion de su padre fué ensalzado al trono de Castilla; nacido ya en suelo español, y afecto á las costumbres, usos y trage de España, que él mismo vestia; dotado de cierta gracia y donaire en sus modales y en su porte; afectuoso y franco en su trato, sin faltar á la gravedad que tan bien sienta en un prínci– pe; no escaso de capacidad para el estudio de las ciencias, y muy aficionado á las bellas artes, habia sido proclamado con gusto por los españoles, y aun saludado con el epíteto de bien amado. Habíale formado su padre un consejo de gabinete, compuesto del marqués de Miraval, del de Lede, del de Aytona, presidente del consejo de Guerra, del de Valero, que lo era de Indias, del de Santisteban, que lo era de las Órdenes y ministro plenipotenciario en Cambray, del inquisidor general Camargo, obispo de Pamplona, del arzobispo de Toledo don Diego de Astorga, y de don Manuel Francisco Guerra, presidente que fué de Castilla, y por secretario del despacho universal á don Juan Bautista Orendain, en reemplazo del marqués de Grimaldo, á quien, como dijimos en otro lugar, conservó el rey don Felipe á su lado en San Ildefonso. Ausentes algunos de estos individuos, conocidos los

demas por su carácter contemplativo, y hechuras todos de los reyes dimisionarios, desde luego se calculó y comprendió que aunque la córte estaba en Madrid, el gobierno permanecia en la Granja, y que el rey don Felipe se habia despojado de la corona, pero no habia soltado el cetro (").

En efecto, no se ocultaba á nadie que ni el rey ni los individuos del nuevo gabinete hacian otra cosa que obrar con arreglo á las órdenes é instrucciones que recibian de Balsain, siendo el órgano por donde aquellas se trasmitian, y el lazo que unia á las dos córtes el marqués de Grimaldo, que continuaba ejerciendo sin título y sin firma el cargo de primer ministro, siendo Orendain como un mero ejecutor oficial de aquellas instrucciones, y como hechura que habia sido de Grimaldo, y que de page suyo habia ido subiendo á oficial de la secretaría, y de allí al alto puesto que ocupaba. El mismo Grimaldo no ocultaba ni disimulaba su poder, pues cuando el mariscal Tessé pasó, como ahora veremos, á San Ildefonso, le dijo con cierta jactancia: «El rey Felipe no ha muerto, ni yo tampoco (2).»

(1) El presidente de Hacienda marqués de Campo-Florido hizo dimision, y en su lugar fué nombrado don Juan Blasco Orozco, presidente dela sala de alcaldes: se nombró superintendente de Ha

cienda á don Fernando Verdes Montenegro, y tesorero general á don Nicolás Hinojosa.

(2) Retrataba muy al vivo esta situacion el siguiente soneto de aquel tiempo.

Ahí os quedan las llaves, dice el Rey, y al nuevo Rey el pobre reino dan,

Habia en efecto venido por este tiempo, enviado por el primer ministro de Francia, duque de Borbon, en calidad de embajador extraordinario, el mariscal de Tessé; acompañóle en su viage el marqués de Monteleon, y llegó á San Ildefonso á muy poco de haber hecho su abdicacion el rey don Felipe. Sobre la venida y mision de Tessé en circunstancias tales se hacian muchos cálculos y conjeturas. Pero los mas avisados comprendieron que el principal, si no el único encargo que traia, era el de proponer al rey dimisionario que en caso de morir sin sucesion Luis XV. de Francia, su sobrino, acontecimiento que se suponia próximo, atendida la débil complexion y los padecimientos físicos de aquel monarca, se declarára Felipe heredero del trono francés, no obstante las renuncias que la violencia de los enemigos le habia arrancado. Era esta proposicion muy propia de quien queria prevenir que la sucesion de la corona no pasase á la casa de Orleans, rival antigua de la de Borbon. Al decir de los que pasaban entonces por mas iniciados en estos mis

desnudo de mercedes como Adan,
por que las dió Grimaldo su virey:
Mudóse de baraja, y no de rey,
todos los cuerdos en aquello están,
pues otro y otro pobre sacristan,
son los pastores de tan alta grey.

Uno en la córte, y otro en Balsain,
es querer aumentar la confusion
viendo á Grimaldo ser Orendain;
En discurrir se pierde la razon,
pero en fin, yo discurro que este fin
inas parece emboscada que cesion.

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