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pidiéndoles la ovediencia (rara necedad estando Barcelona en el estado que la vemos) (2). Llegó la faluca

bió uno de los cabos Irlandeses á Tarragona, y á Narbona á Don Carlos de Arismendis, con ochocientas mil libras, para que en llegando, aqueIla gente pudiesse recibir el dinero, y juntamente las órdenes que les aguardavan para su marcha, ó bien quedarse en Rossellon, donde el de Arpajon les recibiria, segun medida de la voluntad que les tenia, por preciarse de descendiente de los Reies de Irlanda, asimismo como de los Condes de Tolosa y Barcelona, dando á ver con esto último el zelo para los Catalanes, procurando la libertad á los de Rosellon, desaloiando de la maior parte de aquel condado, y particularmente de la ciudad de Elna las tropas de la Magestad Cathólica, á que sirvieron vtilmente las frecuentes intelligencias que les dava Miguel Frexas y el Abad Soler, que lo era de S. Martin de Canigó; con esta última presa perdió mucho el Exército Católico, pues se vió desposeido de una plaça por la qual se podia esperar perder assi mismo los socorros de mar para la de Perpiñan, que ia se tenia con ello como á envestida. Havia llegado á este tiempo á la Corte el señor de Plesis, el qual, despues de haber presentado de la parte de los consistorios de la Deputacion y ciudad de Barcelona seis banderas, parte de aquellas que diximos arriba que perdieron los enemigos á la jornada de Monjuich, le hizo relacion del estado de las materias de Cataluña, de la afectacion de los Catalanes á la Corona de Francia y aversion por la de Castilla, del modo de la Política, de la Justicia, deseo de la pública quietud, y finalmente de la necessidad de Virrey, halló dispuesto Su Magestad, Cardinal Duque, y los mas ministros á deliberar sobre el convenir con la entrega; solicitávanla assi mesmo tres de los dichos rehenes, Barutell, Brú y Gravalosa, que se hallavan en el séquito de la Corte, donde á los 49 del dicho mes les admitió el Rey á una favorable audiencia, sometiéndole á Su Magestad en nombre de toda la Provincia el Principado, hablándole descubiertos y de rodillas, prestándole para ello el juramento de fidelidad y obediencia. Siguióse despues la audiencia del señor Cardenal Duque con muchas demostraciones de amor y voluntad como se experimentaron en su vida, que parecia desearla solo por dilatar por aquellas partes de Cataluña, Aragon y Valencia la monarquía de Francia.» (Bibliothèque Nationale, Paris. Mss. españoles, num. 145. Memoire de Cathalogne, par le Dr. Sevillá, tomo II, fol. 86 al 97.)

Pero no son los párrafos transcritos de la obra Sevillá los únicos que copié para anotar el Parets á propósito de la toma de posesión del nuevo Virrey. Un tercere voy á continuar, que me llamó la atención, por incluirse en él un traslado de la respuesta dada por la Diputación á D. José de Margarit y de Biure, quien escribió á la Generalidad remitiendo las que le habían escrito dos jefes del ejército castellano, pro

al muelle; y empezando el trompeta á tocar, salieron de la Ciudad, y vendados los ojos, le entraron y lle

poniendo una avenencia para terminar la guerra. La copia de esta carta la tengo por documento auténtico, no sólo por proceder de Sevillá, el constante amigo y favorecedor de Margarit y de Biure, sino también porque un párrafo de la carta en cuestión figura en la defensa que de sus servicios á la causa de Francia hizo Margarit en 1646, documento notable que hallé en París, y que á su tiempo verá la luz en los Apéndices de esta Crónica.

«Sabíase en Madrid quan mal havian salido las asertadas esperanças de dominar á Lérida, de cerrar con Marguerit en los Colles de Cabra y estrecho de la Riba, para unir las fuerças de la Cathólica Magestad en el llano de Vrgel, y finalmente tan prevenidos en todas partes los Catalanes para resistirse, sin aun necessitar de las fuerças de Francia, que ja començavan á entrar por Rossellon, que se resolvió de imbiar á Tarragona en lugar del Marqués de los Velez que se imbiava al Virreinado de Cicilia, al Principe de Botero, Virrey que se hallava en Valencia, y personaje de no menos calidad y sangre que de experimentada reputacion en las armas con órdenes de mover, en ser llegado, un tratado de paz para, de su rehuso, iustificar al mundo la continuacion de la guerra contra Catalanes. Siguiose al iuramento que prestó el de Botero á los 44 en Tarragona, el despachar un trompeta al de Marguerit, con las que le escrivian D. Alvaro de Quiñones y D. Francisco de Moncada, de su orden, que entregadas por mano del Dean del Rosso á los Concistorios, con aviso de las Juntas, se le scribió la respuesta siguiente: Carta de los Deputados á D. Joseph de Marguerit. Por manos del Sor. Dean y Canónigo Pablo del Rosso, havemos recibido la de V. M. de 45 del corriente y con ella las que D. Alvaro de Quiñones y D. Francisco de Moncada le tienen escrito, y haviendo consultado unas y otras con el consejo de Guerra, se ha resuelto, que supuesto que esta provincia corre ya por cuenta de su Magestad Christianissima de muchos dias á esta parte, como verá con la deliberacion que se tomó en los Braços generales lo qual acordó assi esta ciudad de Barcelona, copia de la qual va con esta, á fin que sepa mejor el estado della, y vea quan tardos se aian movido essos Señores en proponer lo de medios que proponen ahora, despues de haver llegado acá con ánimo de asolar esta ciudad y provincia, y haver permetido nuestro Señor su retirada con mucha pérdida, y en particular de muchos cabos y personas de cuenta; no se pueden admitir ni escuchar alguna manera de tratados, porque viéndolos, no solamente seria el total descrédito de la Provincia, mas aun accion fea y de poca fidelidad, despues de haver cambiado la Provincia de Estado: y assi V. M. dará la exclusiva en oir, ni entender pacto alguno, sin exception de personas que se los propusie

varon á la Diputación, en donde aviertos los pliegos, y visto su necio contenido, se consultó con la Mota la

ren, antes bien, como á persona tan entendida y bien afecta á esta Provincia, cuidará de quedar tan vigilante como siempre, en la seguridad de essos collados y desinios de los enemigos, por pasar sin duda, que aunque con muy justa causa no se devan escuchar medios, se an de entretener con esperanças á las personas que procuran lo que no se debe haser, antes procurar por más que la realidad no sea, sino perseguir al enemigo como se a hecho hasta aquí, supuesto que ellos an forçado á hazello, que no ignora V. M. que por nuestra parte se han hecho todas diligencias para que la Provincia no llegasse en el estado que se halla: Holgaremos saber si aprovechan las medicinas que le imbiamos, porque en ese caso, las continuaremos, y de Dios á V. M. felices sucessos. En lo demás de que nos avisa en su carta, que a sido leida á presencia del General de la Cavalleria, del capitan de la Guarda del Duque D'Aluin, del Sr. de Seriñan y demas Conseieros de guerra, haviendo querido estos señores franceses que de todo se imbiasen copias al dicho Duque, cosa que assi mismo á nosotros nos a parecido bien, á fiu que dicho Señor sepa quan llevado es V. M. por su Patria, cosa que ni á V. M. le estará mal, y para que V. M. vea quan ciertos y siguros quedamos del valor de V. M. y que algunas promesas por grandes que sean, mudarán ia más su buen natural y buen modo de proceder; se a resuelto en dicho Conseio imbiar orden á D. Joseph Çacosta, que assi como devia ir aqui dende Lérida, tome su marra para las partes del Ampurdan, con una compañia de Cavallos de que se acompañe, y de imbiar las demas á V. M. á quien se imbia la patente de Governador de las armas de la Villa de Monblanch, Çarreal, Colles de Villa Cabra, destrecho de la Riba, y demás puestos adiacentes, la qual acompañamos con esta á fin que no se presente ocasion de retirarle de essos puestos por ocuparle en otros, antes bien queremos que la defensa dellos dependa de la mano de V. M. como ha hecho hasta aqui, pues sabemos muy bien de quanta importancia sea la presencia de V. M. en essas partes: en particular la carta del Rey de Portugal tendremos gusto sea llegada en manos del que manda los Tercios de aquella nacion. En los demás como no sean Castellanos, hará V. M. noticiosos de la resolucion de darles cumplidos pasaportes, expresando los Mallorquines, advertiendo que sin los que V. M. les dará aqui, se darán para los que tomaren la vía de esta ciudad, acá liberamente á todos; ajustando que nos consta que muchos reçelan á los Migueletes, y assi podrá V. M. advertirlo á Caselles y Cabanes, à fin que les den con liberalidad, maravillándonos que V. M. no nos avise de la llegada de los 500 Mosqueteros que imbiamos á las ordenes del Sargento Maior Molins, que ia partió de acá á los 8: ayer partieron de esta ciudad 200

respuesta, y fué que se pusiese preso al trompeta, y que á los marineros los rapasen y amarrasen al banfranceses, y pensamos imbiarle más para la guarda de esos colles, como á puestos que tanto importan. Monsieur de la Mota o Ondencourt entra oi en esta ciudad, el qual viene en lugar de Espennan para governar las armas. Dios á V. M. Guarde de Barcelona y febrero á los 19 1644. Francisco de Tamarit.» (Bibliothèque Nationale, París. Ms. Sevillá, núm. 445, tomo II, fol. 89.)

(2) Varios autores extractan una ú otra de estas cartas, sin que falte quien copie fielmente alguna de ellas; mas como quiera que no son muy extensas, para mayor comodidad del que consulte esta obra, publicaré las dos, tomándolas del Dietario donde están insertas:

«Carta del Príncipe Botero. Su Magestad (Dios le guarde) a sido servido de embiarme á este Principado con los cargos de Virrey y Capitan general, y con la obediencia y rendimiento devido he venido obedeciendo, deseoso de hallar á V. S. tan atentos á su real servicio, como los halló el Duque de Monteleon mi tio para poder seguir su camino en servicio de V. S., espero que V. S. me darán occasion de cumplir estos mis deseos. Y como esto no puede ser sin la comunion, creo que V. S. darán forma en ella, que en lo demas, conociendo yo la voluntad y paternal amor con que he reconocido siempre à su Mag.t acerca deste Principado, mé puedo prometer la quietud y sosiego de él y de V. S., y los que tan conocidamente se han opuesto y oponen á su quietud, no han de hallar en V. S. la acoxida que nunca hallaron, pues seria dar lugar á que con capa de çelo obren como víboras. V. S. se servirán de mirarlo con la prudencia que me prometo, para que por su medio quede servido su Mag.d, y este Principado pueda gozar de su quietud. Nuestro Sr. sea servido de encaminar á V. S. al maior acierto con la obediencia devida á su Rey y Sr. natural. Guarde Dios á V. S. Tarragona á 27 de Março 4644. Don Phedrique de Colona. Sres. Diputados del Principado de Cataluña.»-(Archivo de la Corona de Aragón. Dietario de la Generalidad de Cataluña de 1638 á 41, parte 4., fol. 640.)

«A los Venerables nobles y amados nuestros los Diputados del General del nuestro Principado de Cataluña. El Rey. Deputados. Por la iusta confiansa y gran satisfaction que tengo de la calidad partes y servicios que concurren en el Príncipe de Butera para servir los cargos de mi Lugarteniente y Capitan general en essa Provincia, le he nombrado para dichos cargos, y pues ha de representar mi persona, no será menester significaros el respeto que se le ha de tener, sino encargar y mandaros que assi en el juramento como en todo lo demás, hos hayais con él, y hagais la demostracion que hasta aquí se ha acostumbrado con los otros mis Lugartenientes y Capitanes generales, y le trateys y obedescays como tal, y que en todo lo que se offreciere de mi

co de una galera. Executóse así, y el motibo que para esto dava el de la Mota era que no devía el trompeta llegar aquí, sino al primer lugar en donde se ovedecían las órdenes del Consejo, y que la respuesta la daría él al Principe en campaña. Esto sucedió en uno de los días de Pasqua del año de 1641 (1).

CAPÍTULO 102 (2).

ARRIBO DE TROPAS Y SALIDA DE LA MOTA Á CAMPAÑA CON ELLAS, HACIA TARRAGONA.

Segundo día de Pasqua llegaron las tropas de infantería y cavallería que estava aguardando Mosiur de la servicio, y para la defensa benefficio y quietud dessa tierra, os mostrareis como hasta aquí, que demás que en esto hareis lo que soys obligados, lo recibiré de vosotros en muy acepto servicio. Data en Madrid a XXVIII de Hebrero de MDCXXXXI.-Yo el Rey.-Vidit Villanueva.= Vidit Cardinalis. Vidit D. Gaspar Thesanrarius Generalis. Petrus de Villanueva Secretarius.»-(Archivo de la Corona de Aragón. Dietario de la Generalidad de Cataluña de 1638 á 44, parte 4., fol. 610 vuelto.) (4) Abril MDCXXXI. Dijons á IIII.° En aquest die, en la matinada, ses Sries. juntaren los brassos generals ab la forma acostumada, los quals foren molt copiosos, y en ells fonch dit de paraula, parlant lo Sr. Deputat ecclesiástich, com lo dia de Pascua proxim passat, que comtaven á trenta hu del passat, cerca las duas horas passat mig die, arribá á esta ciutat un trompeta del camp del enemich, per mar, ab una barca, ab dos cartas, vna del Rey de Castella, acompañada ab altra de Don Phedrique de Toledo, Princep de Botera, las quals ses S. S. havian consultades ab lo consell de guerra, en lo qual assisti lo Exim. Sr. de la Mota, y que en dit consell se havia resolt que dit trompeta se detingués fins á tant que dit Ex.im Sr. de la Mota estigués en campaña, que á les hores faria la resposta convenient, per quant dit trompeta no venia com havia de venir, perque en guerra viva y hont hi ha campaña, no se envien trompetas per mar, que per ells sempre lo pas es franch, y perque sa S.ria tingués noticia plena de tot, se llegirian ditas cartas, manant al scrivá major las continuás en lo present dietari y son del tenor seguent. (De este párrafo se desprende que el corneta llegó el día 31 de Marzo. Después nada se vuelve á saber de él.)-(Archivo de la Corona de Aragón. Generalidad de Cataluña. Dietario de 1638 á 41, parte 4.. fol. 609 vuelto.)

(2) Parets equivocó la correlación de los capítulos, y del 100 pasa

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