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sado de enviar al Congreso Constituyente la citada nota de 2 de Agosto. Este tratado de límites podrá tener lu-gar luego que llegue al Gobierno el acto formal del reco nocimiento de la soberania é independencia de Bolivia por el Gobierno Nacional del Rio de la Plata.

"En esta ocasion parece oportuno indicar al Sr. Enviado Argentino que en este punto del reconocimiento, habiendo satisfecho el Gobierno de Bolivia con que la Asamblea General procedió al dictar el decreto de 3 de Octubre, ha juzgado ya de la dignidad nacional retirar las instrucciones que se dieron al Sr. Ministro de Bolivia en Buenos Aires para agenciar el reconocimiento de la soberania é independencia de esta República, porque se ha creido mas conveniente, justo y noble, dejar este acto de pura fórmula y cumplimiento, á los terminos, modo y tiempo en que espontaneamente quiera hacerlo el Gobierno Nacional de las Provincias Unidas del Rio de la Plata. Cuando el Gobierno de aquella República haya llenado esta fórmula que debe servir de base á nuestras relaciones, entonces el Gobierno de Bolivia podrá destinar un comisionado á concluir los tratados de límites y de amistad que afiancen una paz sólida y duradera; y en tanto no contando las relaciones generales y particulares existentes, ninguna base reconocida, es harto doloroso verlas limitadas á las leyes generales de la República, y á la buena armonia que hay de hecho entre ambos pueblos, respecto de ellas y de la ley de 9 de Mayo anterior por el Congreso Argentino.

"El Sr. Ministro Plenipotenciario querrá dignarse recibir la espresion sincera del alto respeto con que se la ofrece Su humilde atento servidor-Facundo InfanteSeñor Ministro Plenipotenciario y Enviado Estraordinario de la República Argentina cerca del Gobierno de Bolivia-Está conforme-Oro.

X

La nota de que acaban de imponerse nuestros lectores, revela la perturbacion que la del Ministro Argentino habia causado en el espiritu del Gobierno de Bolivia.

Hacia pocos dias que el presidente Sucre ratificaba solemnemente la aceptacion de la ley argentina que fijó límites á la desmembracion de las Provincias Unidas, y ya el Gobierno de Bolivia habia olvidado sus manifestaciones, declarando, en la comunicacion que va á ocuparnos, que, "no reconocia autoridad ni derechos algunos en la República Argentina para marcar sus límites á Bolivia mientras esto no se haga por un tratado formal entre ambas naciones, y ratificado por sus cuerpos representatiVOS."

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En apoyo de este desconocimiento recordaba el principio de que "corresponde á las naciones demarcar sus límites por medio de tratados," agregando, que por tanto el Gobierno de Bolivia no podia dejar de someterse á la resolucion del Congreso respecto al asunto de Tarija. "

Al espresarse de este modo el Gobierno de Bolivia afectaba olvidar que el principio invocado no era aplicable al caso de una desmembracion como la que precedió al establecimiento de aquella república; porque toda desmembracion supone, á mas del consentimiento de la nacion que cede territorio, la limitacion espresa de la parte cedida. Supone ademas la aceptacion espresa ó tácita de otra entidad, con cuyo último requisito queda perfeccionado un compromiso de que no pueden apartarse las partes comprometidas.

caso.

Fué esto, exactamente, lo que tuvo lugar en nuestro
La ley argentina que dejó en libertad para deci-

dir de su suerte á las cuatro provincias del Alto Perú, y la aceptacion por parte de estas, cuyos límites estaban determinados por leyes coloniales, y garantidos por el principio del uti possidetis del año 10, establecido para todos los casos de deslinde que pudiesen ofrecerse entre los nuevos estados.

ya

No faltaba pues un contrato, convenio, tratado ú obligacion, entre las partes. Se procuraba únicamente la ejecucion de ese tratado ú obligacion y se habia dado principio á verificarlo con la devolucion reciproca de los partidos de Atacama y Tarija, ocupado s temporalmente por fuerzas independientes.

Para verificar estas restituciones solo fué preciso consultar los términos de la ley argentina de desmembracion, y las leyes coloniales que fijaban las circunscripciones de las provincias de Salta y Potosi.

En este órden se habria continuado deslindaudo los territorios de ambas repúblicas, si las insólitas pretensiones del Gobierno de Bolivia, y los sucesos que llamaban preferentemente la atencion del Gobierno Argentino, no hubiesen impedido la continuacion del deslinde.

Por consiguiente, cuando el Gobierno de Bolivia alegaba la falta de un tratado, para exhonerarse del cumplimiento de sus obligaciones con la República Argentina, no hacía otra cosa que pretestar la no existencia de lo que existia. Esto es tan evidente, como parece serlo tambien que el pretesto alegado tenia mas alcance que el que aparentemente se le daba.

Esto de conservar relaciones perfectas de amistad con una nacion comprometida en una guerra á la que, en conciencia, Bolivia debia concurrir, sino con cuatro ó cinco mil hombres, como habia indicado el general Bolivar, al menos con lo que le fuese posible. Esto de concurrir á

esa guerra, aunque fuese una obligacion impuesta por la comunidad de intereses y de origen que invoca ahora el Dr. Matienzo; aunque fuese una deuda de sangre que Bolivia tenia que pagar á la República Argentina, que la habia derramado en abundancia por la libertad é independencia de aquel pais, era sin embargo un asunto muy sério para que el egoismo y el espíritu realista enseñoreado aún de Bolivia, no tomasen parte en su consideracion ; y valia la pena de alegar un pretesto cualquiera, ganando con él, el tiempo indispensable para evitar un compromiso de tan sagrada naturaleza.

Cuando el Gobierno de Bolivia echaba de menos lo que no hacia falta, afectaba olvidar que para apoderarse del partido de Atacama y retenerlo, no habia sido necesario celebrar tratados de límites, sino que habia bastado la buena fé de los plenipotenciarios argentinos y de su Gobierno, declarando ese territorio comprendido en el de las cuatro provincias desmembradas.

Ya sabemos como sin necesidad de tratados, el Libertador Bolivar y la Legacion Argentina arreglaron el asunto de Atacama juntamente con el de Tarija. Pero el Gobierno de Bolivia aparecia ignorando todo esto, y pretendia someter á la deliberacion del Congreso los actos del Libertador respecto de Tarija, silenciando los relativos á Atacama, como si estos no mereciesen ser sancionados y aquellos sí, supuesto que la sancion era tan indispensable en concepto del Congreso, á pesar de que no pasaria de un acto unilateral é insignificante, desde que no recaeria sobre estipulaciones autorizadas por ese Congreso, en que se hubiese consignado la cláusula de las ratificaciones correspondientes.

Para que no faltase nada á la informalidad y premeditacion con que se sometia al Congreso el asunto de

Tarija, se le daba cuenta de él en cuatro renglones, sin antecedentes de ninguna clase que pudiesen darle luz sobre la materia; y el Congreso, para confirmar la premeditacion, se declaró competente, y pretendió constituir á la Legacion Argentina en oficina subalterna de la administracion de Bolivia, pidiéndole los documentos que no tenia la Secretaria de aquel Gobierno, porque no pertenecian á esa secretaria sino á las del Libertador y de la Legacion.

Y sin embargo, cualquiera diria, al ver la tenacidad con que procuraban la provincia de Tarija, que aquel Gobierno y aquel Congreso estaban premunidos de títulos tan irrecusables que no tendrian mas que manifestarlos para que se reconociese su derecho.

Pero, la verdad del caso era que no tenian ningunos, y que lo sabian perfectamente; por cuya razon ni el trabajo de buscarlos querian tomarse para fundar su pretension,

Tan destituidos de razon y de títulos estaban en el asunto de Tarija, como en el de la independencia que empezaban á gozar en virtud de esfuerzos, sacrificios desprendimiento agenos.

y

No somos nosotros los que vamos á presentar los títulos que demuestran lo que acabamos de decir. Es el mismo Gobierno de Bolivia, en la nota que comentamos, quien los exhibió y nos obliga á considerarlos. En ella se invoca como título de la independencia de aquel pais, el nombre del territorio distinguido por Alto Perú, tanto porque esta fué la parte que quedó abandonada al poder español, dice la nota, como porque fué la rescatada por el Egército Libertador, y á quien se puso en posesion de decidir sus destinos.

He ahí los títulos en que el Gobierno de Bolivia fundaba la independencia de aquel país.

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