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Como su real persona en los reinos de Aragon se ha detenido mucho, y en estos reinos de Castilla haya 'residido росо, ha sido gran ocasion que las cosas deste reino no hayan tomado algun asiento. Y porque yéndose como se va su magestad procediendo mas adelante, las cosas correrian peligro, parécenos, señores si os parece, que pues á todos toca el daño, nos juntásemos todos á pensar el remedio, segun parece y es notorio caso, que en muchas cosas particulares haya, señores, estrema necesidad de vuestro consejo y despues del consejo hay necesidad de vuestro favor y remedio. Parécenos que sobre tres cosas nos debemos juntar y platicar sobre la buena espedicion dellas. Nuestros mensageros á S. A. envian, conviene á saber, suplicándole, lo primero, que no se vaya de España. Lo segundo, que por ninguna manera permita sacar dinero della. Lo tercero, que se remedien los oficios que están dados á estrangeros en ella. Mucho, señores, os pedimos por merced, que vista esta letra, luego nos respondan. Ca conviene que los que hubieren de ir vayan juntos y propongan juntos. Porque siendo de todo el reino la demanda, darles han mejor y con mas acuerdo la respuesta, Nuestro señor su magestad y noble persona guarde. De Toledo á 7 de noviembre 1519. (Sandoval tomo 1.° pág. 194.)

APÉNDICE III.

Respuesta que dió la reina doña Juana al razonamiento del doctor' Zúñiga de Salamanca.

Yo, despues que Dios quiso llevar para sí á la

reina católica mi señora, siempre obedecí y acaté al rey mi señor, mi padre por ser mi padre y marido de la reina mi señora. Y yo estaba bien descuidada con él, porque no hubiera ninguno que se atreviera á hacer cosas mal hechas. Y despues que he sabido como Dios le quiso llevar para sí, lo he sentido mucho, y no lo quisiera haber sabido y quisiera que fuera vivo y que allá donde está viniese, porque su vida era mas necesaria que la mia. Y pues ya lo habia de saber, quisiera haberlo sabido antes para remediar todo

lo que en mi fuere. Yo tengo mucho amor á todas las gentes, y pesaríame mucho de cualquier mal ó daño que hayan recibido. Y porque siempre he tenido malas compañias, y me han dicho falsedades y mentiras, y me han traido en dobladuras, é yo quisiera estar en parte donde pudiera entender en las cosas que en mí fuesen. Pero como el rey mi señor me puso aqui, no sé si á causa de aquella que entró en lugar de la reina mi señora, ó por otras consideraciones que S. A. sabria, no he podido mas. Y cuando yo supe de los estrangeros que entraron y estaban en Castilla, pesóme mucho dello y pensé que venian á entender en algunas cosas que cumplian á mis hijos, y no fue ansi. Y maravillome mucho de vosotros, no haber tomado venganza de los que habian fecho mal, pues quien quiera lo pudiera. Porque de todo lo bueno me place y de lo malo me pesa. Si yo no me puse en ello, fue, porque ni allá ni acá no hiciesen mal á mis hijos, y no puedo creer que son idos, aunque de cierto me han dicho que son idos. Y mirad si hay alguno dellos, aunque creo que ninguno se atreverá á hacer mal, siendo yo segunda ó tercera propietaria señora, y aun por esto no habia de ser tratada ansi, pues. bastaba ser hija de rey y de reina. Y mucho me huelgo con vosotros, porque entendeis en remediar las cosas mal hechas, y sino lo hiciere

des, cargue sobre vuestras conciencias, y asi os encargo sobre ello. Y en lo que en mí fuere yo entenderé en ello, asi aqui como en otros lugares donde fuere. Y si aqui no pudiere tanto entender en ellos, será porque tengo que hacer algun dia en sosegar mi corazon, Y esforzarme de la muerte del rey mi señor. Y mientras yo tenga disposicion para ello entenderé en ello. Y porque no vengan aqui todos juntos, nombrad entre vosotros de los que aqui estais, cuatro de los mas sabios para esto, que hablen conmigo para entender en todo lo que conviene. Y yo los oiré, y hablaré con ellos, y entenderé en ello cada vez que sea necesario, y haré todo lo que pudiere. «Y luego frai Juan de Avila, de la orden de san Francisco, confesor de S. A. que presente estaba dijo, que los oiga vuestra alteza cada semana una vez. A lo cual S. A. respondió y dijo: todas las veces que fuere menester les hablaré, y elijan ellos entre sí cuatro de los mas sabios que cada dia y cada vez que fuese necesario, yo les hablaré y entenderé en lo que yo pudiere.» (Sandoval tomo 1.o pág. 285.)

APÉNDICE IV.

Resumen de los antiguos censos de poblacion en la corona de Castilla.

Segun

egun el informe del contador Alonso de Quintanilla, toda la corona de Castilla tenia en el año de 1482 un millon y quinientos mil vecinos, sin contar los que habia en Granada; que computados á cinco almas por vecino, componen la suma de siete millones y quinientas mil almas.

Debe agregarse la poblacion de Granada, que ciento ocho años despues se computó en mas de ochenta mil vecinos, como aparece de los presupuestos para el donativo de millones del año 1590. impresos en aquel censo al folio 366, 370 y si

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