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CAPITULO VIL

NEGOCIACIONES DE LUIS XIV.

GUERRA GENERAL: CAMPAÑAS CELEBRES.

De 1708 & 1710.

Toma de Alcoy.-Pérdida de Orán.-Pensamiento político atribuido al duque de Orleans. Sitio, ataque y conquista de Tortosa.-Bodas del archiduque Cárlos.-Fiestas de Barcelona.-Campaña de Valencia.-Recóbranse para el rey Denia y Alicante.-Quejas de los catalanes contra su rey.-Respuesta de Cárlos.-Piérdense Cerdeña y Menorca. Conflicto y aprieto en que los alemanes ponen al Sumo Pontífice.-Invaden sus Estados. Aprópianse los féudos de la Iglesia.-Espanto en Roma. Obligan al Pontífice à reconocer á Cárlos de Austria como rey de España.-Campaña de 1708 en los Paises Bajos.-Apoderanse los aliados de Lille.-Retirase el duque de Borgoña á Francia.-Causas de esta estraña conducta.-Planes del duque. Situacion lamentable de la Francia. Apuros y conflictos de Luis XIV. Negociaciones para la paz.-Condiciones que exigen los aliados, humillantes para Francia y España.-Firmeza, dignidad y españolismo de Felipe V.-Conferencias de la Haya.-Artificios infructuosos de Luis XIV.—Exíjeso á Felipe quo abdique la corona de España.-Noble resolucion de Felipe y de los españoles.-Juran las córtes españolas al príncipe Luis como heredero del trono.-En tereza de Felipe V. con el Papa. Causas de sa resentimiento.-Despide al nuncio y suprime el tribunal de la nunciatura.-Quejas de los magnates españoles contra la Francia y los franceses: disidencias de la córte. Decision del pueblo español por Felipe V.-Discurso

notable del rey.-Hábil y mañosa conducta de la princesa de los Ursinos.-Separacion del embajador francés.-Ministerio español.Altivas é ignominiosas proposiciones de los aliados para la paz.Rómpense las negociaciones.-Francia y España ponen en pié cince grandes ejércitos.-Ponen otros tantos y mas numerosos los aliados. -Célebres campañas de 1709.—En Flandes.-En Italia.-En Alemania.-En España.-Resultado de unas y otras.-Situacion de la corte y del gobierno de Madrid.

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Bajo auspicios favorables comenzó la campaña de 1708, rindiendo el conde Mahoni la importante villa de Alcoy (9 de enero), receptáculo de los miqueletes y voluntarios valencianos, y en cuyos habitantes dominaba el mismo espíritu de rebelion que tan caro habia costado á los de Játiva. No hubo quien pudiera impedir á los soldados el saqueo de la villa, y para que sirviese de escarmiento á otros fué ahorcado en la plaza el comandante de los miqueletes Francisco Perera, y puesto despues su cuerpo en el camino de Alicante. Mahoni habia ejecutado esta empresa sin la aprobacion de los generales Berwick y Dasfeldt, que hubieran querido dar algun reposo á las tropas y no acabar de fatigarlas en aquella cruda estacion. Y tanto por esto, como por la poca subordina cion que habitualmente solia tener el conde Mahoni á sus supeiores, lograron éstos que el rey le destinara con su regimiento de dragones irlandeses al reino de Sicilia, que andaba algo espuesto despues de la pérdida del de Nápoles, asi como al brigadier don José de Chaves con los cuerpos que mandaba, y que en

todo seguia la conducta y la marcha de Mahoni.

Algo neutralizó la satisfaccion que tantos y tan continuados triunfos habian causado en la córte y en toda España la nueva que á este tiempo se recibió de haberse perdido la plaza de Orán, que sitiada mucho tiempo hacía por los moros argelinos, auxiliados de ingenieros ingleses, holandeses y alemanes, falta de socorros desde que el marqués de Santa Cruz se pasó á los enemigos con las dos galeras y los cuarenta mil pesos que se le habian dado, al fin hubo de rendirse, huyendo con tal precipitacion y desórden el marqués de Valdecañas su gobernador y los principales oficiales, que dejaron alli otros muchos en miserable esclavitud de los moros. Lástima grande fué que asi se perdiera aquella importante plaza, conquista gloriosa del inmortal Cisneros, que estaba sirviendo constantemente de freno á los moros argelinos. Al decir de autorizados escritores, no le pesó al embajador francés que se perdiera para España aquella plaza.

Al volver de Francia el duque de Orleans á tomar otra vez la direccion superior de la guerra, mostró traer ciertos pensamientos, acaso inspirados por el duque de Borgoña, nada desinteresados y nada favorables al rey don Felipe; al menos dábalo á sospechar asi con su conducta y sus palabras ("), lo cual no podia

(4) Oiasele decir, sin que se recatára de ello, que si el rey de

España su sobrino llegára á consentir en lo que pretendian sus

agradar á los españoles. De contado antes de entrar en España ordenó al duque de Berwick que pasase á Bayona donde hallaria órdenes del rey Cristianísimo, y éstas eran de destinarle á la guerra del Delfinado. Llevóse muy á mal el á mal el que asi se sacára y alejára de España al ilustre vencedor de Almansa. La conducta del de Orleans en la córte, en el tiempo que ahora permaneció en ella, que fué del 11 de marzo al 13 de abril (1708), le hizo tambien perder mucho en el concepto de todos los hombres sensatos, y aun en el del público. Porque asociándose solo del duque de Habre, del marqués de Crevekeur, del de Torrecusa, y de otros jóvenes conocidos por sus costumbres libres y por su vida licenciosa y disipada, dieron tales escándalos que fué menester que el alcalde de córte y aun el mismo gobernador del Consejo tomáran ciertas providencias que reclamaba el público decoro y pedia la decencia social. Con que la merecida reputacion que tenia de general entendido, de guerrero valeroso, activo y firme en la ejecucion de los planes que concebia, la deslustró con la fama de inmoral que adquirió en la córte, y que no desmentia ni aun en medio de las ocupaciones de la campaña. Salió al fin de Madrid, resuelto á continuar la que

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en Cataluña dejó pendiente el año pasado, y despues de dar en Zaragoza las providencias conducentes á su propósito, de publicar un nuevo indulto para los miqueletes de Aragon que dejasen las armas, de inspeccionar las guarniciones y proveer á la defensa de las fronteras, puso en movimiento el ejército destinado al sitio y ataque de Tortosa, que era la empresa que ahora traia meditada, y á la cual habia de ayudar el duque de Noailles, general del ejército del Rosellon, acometiendo la Cerdaña y distrayendo las tropas de los aliados hacia el Norte del Principado. Dilatáronse las operaciones del sitio hasta el mes de junio á causa de la lentitud con que llegaban las provisiones, y que un convoy de cien barcos que iba cargado de víveres fué sorprendido por una escuadra inglesa que se apo-deró de todos, à escepcion de nueve que pudieron salvarse. Al fin el marical Dasfeldt, junto con el gobernador y el comisario ordenador del ejército de Valencia, hallaron medio de surtir al de Orleans, no solo de vituallas, sino de artillería y municiones y de todo lo necesario para el sitio, y con esto, y construido, aunque con trabajo, un puente sobre el Ebro, se apretó el cerco, comenzó el ataque y se abrió trinchera (20 á 22 junio, 1708).

Los aliados no habian dejado de prepararse tambien, cuanto á cada potencia le permitian sus particulares circunstancias y apuros ("), para ver de reparar

(1) La Inglaterra estaba entonces amenazada por la invasion,

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