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influencias. Para desvanecer estas murmuraciones por lo respectivo á su persona la princesa de los Ursinos, siempre diestra y habil, volvió á significar su deseo de apartarse de los negocios, pero su verdadera ó fingida resolucion fué otra vez detenida ó contrariada por los ruegos de la reina, que para dar satisfaccion al partido español hizo abreviar la salida del embajador francés, el cual milagrosamente y con graves riesgos logró escapar del furor popular.

Todo esto habia acontecido al tiempo de partir el rey para la campaña de Cataluña; mas lejos de encontrar, cuando regresó á la córte, las ventajas de aquellas medidas, halló la administracion en peor estado y en mas desórden que ántes. Sin conocimientos de la ciencia económica los ministros españoles, indolentes ademas y perezosos, la administracion pública habia ido cayendo en una especie de letargo, y la nacion habia vuelto á su anterior penuria, y á su antigua debilidad. Privado el rey de consejeros hábiles, y sin resolucion ó sin medios para remediar los males, dejábase unas veces dominar de la melancolía, y otras para disiparla se entregaba á las distracciones de la córte, ó al entretenimiento de la caza: y el Estado habria caido en todos los inconvenientes de una completa inaccion política, sin la intervencion de la reina y de la princesa de los Ursinos.

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Decision y esfuerzos de los castellanos.-Resuelve el rey salir nuevamente á campaña.-Retirada del conde de Aguilar.-Prision del duque de Medinaceli.-Derrotas de nuestro ejército.-Funesto mando del marqués de Villadarias.-Reemplázale el marqués de Bay.Terrible derrota del ejército castellano en Zaragoza.-Vuelve el rey á Madrid.-Trasládas› á Valladolid con toda la corte.-Entrada del archiduque de Austria en Madrid.-Desdeñoso recibimiento que encuentra. Su dominacion y gobierno.-Saquéos, profanaciones y sacrilegios que cometen sus tropas.-Indignacion de los madrileños. -Cómo asesinaban los soldados ingleses y alemanes.—Hazañas de los guerrilleros Vallejo y Bracamonte.-Carta de los grandes de España á Luis XIV.—El duque de Vendôme generalisimo de las tropas españolas.-Rasgo patriótico del conde de Aguilar.-Traslacion de la reina y los consejos á Vitoria.-Viage del rey á Estremadura.Admirable formacion de un nuevo ejército castellano.-Impide al de los aliados incorporarse con el portugués.-Abandona el archiduque desesperadamente á Madrid.—Retirada de su ejército.-Entrada de Felipe V. en Madrid.—Entusiasmo popular.-Vá en pos del fugitivo ejército enemigo.-Gloriosa accion de Brihuega.-Cae prisionero el general inglés Stanhope.-Memorable triunfo de las armas de Casti

TOMO XVIII.

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lla en Villaviciosa.-Retíranse los confederados á Cataluña.-Triunfos y progresos del marqués de Valdecañas.-Felipe V. en Zaragoza. La fiesta de los Desagravios.-Pierden los aliados la plaza de Gerona.-Apurada situacion del general Staremberg.-Mucrte del emperador de Alemania.-Es llamado el archiduque Cárlos.-Parte de Barcelona.-Paralizacion en la guerra.-Gobierno que establece Felipe V. para el reino de Aragon.-Intrigas en la córte.-Gravisima enfermedad de la reina.-Es llevada á Corella.-Se restablece, y viene la córte á Aranjuez y Madrid.—Situacion respectiva de las potencias confederadas relativamente á la cuestion española.-Inteligencias de la reina Ana de Inglaterra con Luis XIV. para la paz.— Condiciones preliminares.-Dificultades por parte de España.-Véncelas la princesa de los Ursinos.-Acuérdanse las conferencias de Utrecht.-El archiduque Cárlos de Austria es proclamado y coronado emperador de Alemania.

Ni el abandono de la Francia, ni la prolongacion y los azares de la guerra, ni los sacrificios pecuniarios y personales de tantos años, nada bastaba á entibiar el amor de los castellanos á su rey Felipe V. Por el contrario, hicieron con gusto nuevos y muy grandes esfuerzos para la campaña siguiente; las dos Castillas dieron gente para formar veinte y dos nuevos batallones; las Andalucías y la Mancha suministraron cuantos caballos se necesitaban para la remonta; las tres provincias de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya sirvieron con tres regimientos de infantería, cuyo mando se dió á gefes naturales de cada una de ellas; y muchos se ofrecieron á levantar y vestir cuerpos á su costa. Con que ademas de los veinte y dos nuevos batallones que se formaron, y se aplicaron como segundos á los batallones viejos, se crearon otros regi

mientos, entre ellos el de artillería real de dos mil plazas. Animaba á todos la mayor decision У el mejor espíritu, y no los arredraba haber quedado solos los españoles para mantener la guerra contra ingleses, holandeses, portugueses é imperiales, á quienes daban gran fuerza los rebeldes catalanes, aragoneses y valencianos.

Felizmente la cosecha del año anterior habia sido abundante, y se atajó y remedió á tiempo la escasez que iba produciendo la estraccion de granos á Francia. Oportunamente arribó tambien á Cádiz la flota de Nueva España, con la rara fortuna de haberse podido salvar de la muchas escuadras enemigas que cruzaban los mares (febrero, 1710), y el dinero que trajo no pudo venir mas á tiempo para emprender las operaciones de la guerra. Con esto el rey declaró su resolucion (10 de marzo) de salir otra vez á campaña y mandar sus ejércitos en persona.

Influyó en esta resolucion de Felipe la circunstancia siguiente. El conde de Aguilar, que habia mandado el ejército de Cataluña, habia sido llamado á la córte, como en el anterior capítulo indicamos. Fué el motivo de este llamamiento el poco afecto del conde á la reina y á la princesa de los Ursinos. Era el de Aguilar entendido y hábil cual ningun otro en la formacion y organizacion de los ejércitos, y asi, aunque jóven, habia tenido el manejo de todo el ministerio de la Guerra. Pero era al propio tiempo ambicioso y altivo.

Asi cuando la reina le quiso atraer con agasajo y le rogó con cariño que volviera al mando del ejército, exigió primeramente que se le diera la presidencia de las Ordenes que tenia el duque de Veragua, muy querido de la reina, y de quien él era enemigo. Como esto no pudiese lograrlo, pidió que se aumentáran sus rentas y estados con los de la corona, no obstante que poseía ya una renta de 24,000 ducados. Hízole la reina reflexiones sobre las estrecheces y atrasos en que la corona se hallaba; mas como nada bastase á satisfacer al de Aguilar, la reina, sintiendo ya haberse excedido en sus ruegos, le volvió la espalda con enojo, y él determinó retirarse á sus estados de la Rioja. Esta fué una de las causas que mas contribuyeron á que el rey se decidiera esta vez á dirigir personalmente la campaña.

Otro incidente ocurrió á este tiempo, y que hizo gran ruido, y que sin duda debió ser muy disgustoso á los reyes, á saber, la prision del duque de Medinaceli. Este ministro, que tenia todo el manejo del gobierno desde que se formó el consejo de gabinete llamado español, descubrióse estar en correspondencia con los enemigos. El rey le llamó, mostróle algunas de sus cartas, quedóse él turbado, y al salir de la real cámara fué entregado por el secretario del despacho universal Grimaldo al sargento mayor de guardias, que con escolta le condujo al alcázar de Segovia. A consecuencia de cierto clamoreo que se le

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