Imágenes de páginas
PDF
EPUB

real, y severos en rechazar todo aquello de que sospecháran que podia lastimar, siquiera fuese indirectamente, sus fueros.

Las Córtes hubieron de suspenderse y cerrarse, prorogándose para de alli á dos años, á causa de haber recibido la reina un despacho del rey, en que la prevenia que se trasladára con urgencia á Madrid, y entonces los cuatro brazos del reino acordaron hacerle un donativo de 100,000 pesos. S. M. se apresuró á enviar este débil socorro á su marido para las necesidades de la guerra, y partió de Zaragoza muy satisfecha del afecto personal que le habian mostrado los aragoneses (16 de junio, 1702). En aquel despacho nombraba el rey una junta de gobierno que habia de auxiliar á la regente, compuesta del cardenal Portocarrero, de don Manuel Arias, ya electo arzobispo de Sevilla, del duque de Montalto, el marqués de Mancera, presidente del consejo de Aragon y de Italia, el conde de Monterrey, del de Flandes, el duque de Medinaceli, del de Indias, el marqués de Villafranca, mayordomo mayor de S. M., y secretario don Manuel de Vadillo y Velasco (").

Llegó la reina á Madrid el 30 de junio. Con un talento, una prudencia y una política admirables en sus cortos años (que contaba solamente catorce), habia prevenido que se escusasen de hacer para su re

(1) Decreto de 12 de mayo de 1702.

cibimiento comedias, ni toros, ni otra clase alguna de regocijos, pues que estando el rey ausente no queria que se hiciesen ni gastos ni alegrías públicas, y se contentó con que la aguardasen en palacio, donde se encaminó en derechura, y sin ostentacion, ni aparato, ni ruido. A todos asombró la modestia, el desinterés, la rectitud, la discrecion, la inteligencia y afan con que la jóven María Luisa se consagró desde su llegada al despacho de los negocios públicos, asistiendo diariamente á las sesiones de la junta de gobierno, haciéndose respetar de todos los consejer os, enterándose con admirable facilidad de los asuntos, no habiendo consulta que no examinára, ni papel que no leyéra, ni queja que no escuchára, sin vérsela nunca ni en las diversiones ni aun en los paseos, adicta siempre á remediar las necesidades de los pueblos, y á que no faltáran al rey los posibles socorros. «Esta ocupacion, solia decir con aire jovial, es sin duda muy honrosa, pero no es muy divertida para una cabeza tan jóven como la mia, sobre todo no oyendo hablar á todas horas sino de las necesidades urgentes del tesoro y de la imposibilidad de salir del paso.

Asistiéndola y ayudándola con lealtad su camarera la princesa de los Ursinos, reformaron entre las dos las costumbres interiores de palacio: prohibieron los galanteos de las damas y camaristas que estaban tan admitidos y fueron causa de tanta murmuracion

en los reinados anteriores, é hicieron del régio alcázar una casa de virtud У de recogimiento.

Con una política que no habria ocurrido á un hombre de madura edad y experiencia, cada vez que recibia noticias del rey, no se contentaba con comunicarlas al consejo y á los grandes, sino que ella misma saliendo á un balcon de palacio las ponia verbalmente y en alta voz en conocimiento del pueblo para satisfaccion de sus vasallos; con cuyo motivo, siempre que se sabía haber llegado despachos de Italia, acudian las gentes á la plaza de palacio ansiosas de oir de boca de S. M. noticias de la salud de su rey y de los sucesos de la guerra (1).

Semejante conducta no pudo menos de captarle la admiracion, la confianza y el cariño de Luis XIV., en términos que á las cartas en que le pedia consejos contestaba lleno de entusiasmo: «No consejos, sino >>elogios es lo que debo y quiero daros: seguid.como >> hasta aqui vuestras inspiraciones, á que podeis en>>>tregaros con toda seguridad; sin embargo, no os >>negaré los consejos de mi experiencia, pero cierto >>estoy de que los adivinaréis vos, y de que solo ten>>dré que admiraros y renovar la seguridad de la ter>>nura que os profeso.» No era solo Luis XIV. el que pensaba asi: uno de los españoles mas ilustrados de la época escribia, hablando de la reina, estas notables

1) Macanaz, Memorias, MM.SS. tom. II, c 7.

palabras: «Su espíritu se descubria tanto mas, cuanto »excedia á toda humana comprension: y asi en su >> gobierno todos fueron aciertos, y si hubiese sido so>la, se habrian visto milagros. »

El pueblo y la córte de España, con solo cotejar el comportamiento de su nueva reina con el de las últimas princesas austriacas que habian ocupado el trono de Castilla, habrian tenido sobrado motivo para felicitarse del cambio de dinastía, y la jóven María Luisa de Saboya habria excitado mas el amor popular, á no haber encontrado la córte minada por las intrigas de los alemanes, los consejeros y ministros divididos entre sí, en mal sentido algunos magnates, aborrecido Portocarrero del pueblo por su carácter, su conducta, su ambicion y su incapacidad, y ofendido el orgullo español de la sumision á la influencia francesa, que se ponderaba de propósito, y á la que habia empeño en atribuir todas las desgracias de la monarquía.

Pero es tiempo ya de dar cuenta de la situacion en que habia colocado á España respecto á las potencias de Europa el testamento de Cárlos II. y el advenimiento de un soberano de la familia de Borbon, y de los importantísimos sucesos á que habia dado ya lugar por este tiempo una novedad de tanta trascendencia,

CAPITULO II.

PRINCIPIO DE LA GUERRA DE SUCESION.

FELIPE V. EN ITALIA.

De 1701 à 1703.

Reconocen algunas potencias á Felipe V. como rey de España.--Esfuerzos de Luis XIV. para justificarse ante las naciones de Europa.-Niégase el Imperio á reconocer á Felipe.-Conducta de Inglaterra y de Holanda.-Invasion francesa en los Paises Bajos.-Conspiracion en Nápoles, movida por el emperador.-Jornada de Felipe V. á Nápoles.-Espiritu y comportamiento de los napolitanos con el rey.-Pasa Felipe á Milan.-Pónese al frente del ejército.-Guerra en el Milanesado.-Derrota Felipe el ejército austriaco orillas del Pó.-Uniforma las divi-as de las tropas francesas y españolas.-Arrojo y denuedo del rey en los combates.-El principe Eugenio el duque de Saboya: Vendo.ne: Crequi.-Elogios que hace Luis XIV. de su nieto.-Retirase Felipe à Milan con ánimo de regresar á España.-Causas de esta resolucion.-Conducta indiscreta del monarca francés.-Inglaterra y Holanda juntamente con el Imperio declaran la guerra á Francia y España.-Guerra en Alemania y en los Paisos Bajos.-Espedicion naval de ingleses y holandeses contra Cádiz.-Miserable situacion de Andalucía.-Apuros de la córte.-Resolucion heróica de la reina.-Frústrase el objeto de la espedicion anglo-holandesa.-Lastimosa catástrofe de la flota española de Indias en el puerto de Vigo.-Prudencia y sere

:

« AnteriorContinuar »