Tesoro de escritores místicos españoles: Obras escogidas de Santa Teresa de Jesus

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Eugenio de Ochoa
Baudry, 1847 - 1072 páginas

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Página 499 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 472 - Sacramento, me hace más sentimiento el no poderte gozar ; todo es para más penar por no verte como quiero, que muero porque no" muero. Cuando me gozo, Señor, con esperanza de verte, viendo que puedo perderte, se me dobla mi dolor ; viviendo en tanto pavor y esperando como espero, que muero porque no muero.
Página 485 - ... para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévenme tus afrentas y tu muerte.
Página 484 - ... porque no muero. Sácame de aquesta muerte, mi Dios, y dame la vida; no me tengas impedida en este lazo tan fuerte; mira que peno por verte, y mi mal es tan entero, que muero porque no muero.
Página 484 - Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí, después que muero de amor; porque vivo en el Señor, que me quiso para sí: cuando el corazón le di puso en él este letrero: que muero porque no muero.
Página 496 - ¡Ay! ¡Qué larga es esta vida, qué duros estos destierros, esta cárcel y estos hierros, en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero.
Página 497 - Sólo con la confianza vivo de que he de morir; porque muriendo, el vivir me asegura mi esperanza; muerte, do el vivir se alcanza, no te tardes, que te espero, que muero porque no muero.
Página 471 - Él solo es el que quiero, que muero porque no muero. Estando ausente de ti ¿qué vida puedo tener, sino muerte padecer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, por ser mi mal tan entero, que muero porque no muero.
Página 290 - Señor de las rentas y de los renteros. Por su mandamiento venimos aquí : verdaderas son sus palabras , no pueden faltar ; antes faltarán los cielos y la tierra.
Página xxiii - Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante, a mi parecer sin considerarlo, sino de presto, esto: que es porque Dios es suma verdad, y la humildad es andar en verdad...

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