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ciones de gracias á los hombres libres y filantrópicos de todos los paises, que habian sostenido la república naciente con sus esfuerzos, con sus votos y con sus luces. Señalaba con mas particularidad al lord Holland, Robert Wilson, y Marryatt; al abate Pradt; á Clay y Guillermo Duane, ciudadanos de los Estados Unidos. Así es como los talentos superiores, adelantándose á la política de su siglo, preparan la union de todos los pueblos.

CAPITULO XIII.

Situacion general.

No hubo ya interrupcion en el curso de los prósperos sucesos. El obstinado gobernador de Cartagena, Torres, despues de seis meses de sitio contados desde el rompimiento de las hostilidades, capituló por ultimo el dia 5 de octubre de 1821, dejando la poblacion de esta heroica ciudad en un estado de aniquilamiento y fatiga casi igual al de la primera rendicion, pero gloriándose de sus nuevos desastres, y transportada de la mas viva y tierna alegria á la vista de sus libertadores; muchos de los cuales, y señaladamente Montilla, que era su comandante en gefe, habian sostenido el glorioso sitio del año de 1815. La ciudad de Cumaná cayó en poder de los republicanos el dia 5 del mismo mes, habiendo estado ocupada por los Españoles desde la invasion de Monteverde. Las guarniciones de estas plazas, aunque les faltaba el apoyo de sus habitantes, se

habian señalado por la gran constancia de su valor; obtuvieron capitulaciones honrosas que les permitian irse la una á Cuba y la otra

à Puertorico.

Este año acabó con otra reunion de territorio no menos importante, y muy util á la causa nacional; es á saber, la de las provincias del istmo, que hasta entonces se habian mantenido en su habitual sumision á la metrópoli, y no habian conocido, durante toda la revolucion, sino la loca empresa de Mac Gregor dos años antes. El dia 28 de noviembre en Panamá, y siete dias despues en Portobelo, reunidos los ciudadanos sin ningun alboroto, levantándose sin pasiones de odio, pero sí emulando la libertad conquistada por sus compatriotas, declararon á las autoridades reales que cesaban de reconocerlas, y proclamaron la independencia de aquel pais. Los Españoles no hallándose en estado de tentar resistencia ninguna, se embarcaron para Quito.

Esta ultima provincia y la de Pasto que está contigua á ella, eran las únicas que quedaban sugetas á la metrópoli en las regiones meridionales. El enemigo tenia en ellas bastante fuerza de gente y bien provista. Los votos secretos de Quito eran por la independencia; pero · Pasto no la queria; y ambos territorios, muy

á próposito para ser defendidos, eran muy expuestos para el que viniese á atacarlos; porque los Andes, por su elevacion, sus ramificaciones y sus irregularidades los rodean de fortificaciones inexpugnables. Sin embargo no pudieron los Españoles sostenerse allí con ventajas en la campaña de 1822 ; porque tenian que pelear con Bolivar que venia de Bogotá, y con Sucre que habia salido de Guayaquil, adonde habia ido por Esmeraldas, siguiendo las costas del oeste.

El libertador no tenia ya nada que aumentar á su gloria; pero su lugarteniente Sucre adquirió entónces una alta nombradia haciendo la conquista de Quito. El dia 25 de mayo entró en la capital de esta rica provincia, despues de haber ganado una memorable batalla contra el viejo general Aymeric, al pie del volcan de Pichincha. Las guarniciones españolas fueron trasportadas à la Havana á expensas de la república, conforme á una cláusula de la capitulacion ofrecida por el vencedor mismo, quien añadió á su triunfo esta muestra de lo que honraba al valor.

Por su parte Bolivar habia vencido tambien como él decia, la naturaleza y los hombres; y el enemigo, arrojado de peñasco en peñasco se habia encerrado en Pasto, donde se le puso

sitio. El comandante español don Basilio Garcia, convencido de lo imposible que era defenderse allí con buen éxito, quiso salvar á esta ciudad de la afrenta y de los males de una derrota, y propuso capitular. Negáronse los habitantes diciendo que querian permanecer fieles á la metrópoli. Ya iban á continuarse las hostilidades cuando el obispo de Popayan logró que esta poblacion entendiese sus propios intereses, y con efecto se rindió el dia 8 de junio con la condicion de que no se la impondria ninguna contribucion de guerra, y que cada cual tendria la facultad de emigrar. Bolivar no puso dificultad en consentir lo mismo que él hubiera propuesto. Muy en breve parecia que las preocupaciones y los temores se habian disipado en los ánimos de la muchedumbre, los criollos que formaban parte de la guarnicion pidieron pasar á servir bajo las banderas de la república, y los habitantes se mostraban ufanos con el título de ciudadanos libres.

á

No obstante el pueblo de Pasto, jóven para la revolucion, se dejó seducir por algunos frailes sediciosos, y pocos meses de su reunion, afectaba echar menos las leyes de la metrópoli. El mismo obispo que habia predicado la concordia, empleaba entónces todo

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