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No nos compete á nosotros proseguir la historia de aquellas, nuevas y mas ruidosas expediciones que las que acababa regiones, y aun hemos llegado hasta aquí por no dejar de dar de ejecutar. Tal fué en efecto la que emprendió luego contra noticia del fin que tuvieron los dos mayores y mas famosos el famoso pirata argelino Barbaroja, que traia alarmadas y conquistadores del Nuevo Mundo despues de Cristóbal Colon. poseidas de espanto las naciones de la cristiandad. Daremos Así mientras Cárlos de Austria destruia las libertades en algunas noticias de los hechos que habian dado ya celebridad Castilla, dos castellanos le estaban conquistando vastos im- á este terrible corsario, y de los antecedentes que motivaron perios en el Nuevo Mundo, y mientras unos españoles le la empresa del monarca español. aprisionaban reyes en Europa y en Africa, en Pavía, y en Túnez, otros españoles encarcelaban y enjaulaban emperadores y soberanos y derrocaban tronos en las regiones trasatlánticas, y sujetaban al cetro de Cárlos V dominios sin límites (1).

CAPITULO XIX Cárlos V sobre Túnez

1535

Alarma en que Barbaroja habia puesto las naciones cristianas.-Quién era Barbaroja: sus famosas piraterías: su elevacion y encumbramiento. -Cómo se hizo rey de Argel.-Hácese gran almirante de Turquía.Conquista de Túnez.-La Europa asustada vuelve los ojos á Cárlos V. ---Proyecta el emperador pasar á Africa.-Grandes preparativos.-Naciones y flotas que concurren á la empresa.- Parte la grande armada de Barcelona.-Cárlos y su ejército en Africa.-Célebre sitio y ataque de la Goleta.-Porfiada resistencia de los de Barbaroja.-Fuerza numérica de cristianos y moros.-Combates: hazañas.-Rasgo de nobleza del emperador.—Terrible tempestad.-Preséntase en el campamento imperial el destronado rey de Túnez, Muley Hacen.-Trabajos que pasaron los cristianos.—Ataque general de la Goleta.- La toman.-Marcha el ejército imperial sobre Túnez.-Jornada penosa.-Disposiciones de Barbaroja para la defensa.-Espera á los imperiales fuera de la ciudad. -Derrota y retirada de Barbaroja.-- Huye de Túnez.-Hecho notable de los cautivos cristianos.-Entrada de Cárlos V en Túnez.-Saqueo: excesos de la soldadesca.—Repone á Muley Hacen en el trono, y con qué condiciones.—Sale el emperador de Africa y pasa á Italia. Fama y reputacion que ganó con esta expedicion Cárlos V.

Volviendo ya á los sucesos que acá en el Antiguo Mundo dejamos pendientes y en que andaban envueltos el monarca y la nacion española, el lector recordará que en el capítulo XVII quedaba el emperador Cárlos V preparándose para

(1) El que desee noticias mas extensas acerca de la conquista de Méjico, que á nosotros, en conformidad al objeto y plan de nuestra obra, no nos incumbia sino apuntar, hallará cuantas pudiera apetecer en los autores y escritos siguientes: Bernal Diaz del Castillo, Hist. de la Conquista. -Lopez de Gomara, Crónica de las Indias.-Antonio de Herrera, Historia general de las Indias.—Itinerario de la isla de Yucatan, por el capellan de Juan de Grijalva, MS.—Fr. Bartolomé de las Casas, Hist. general de las Indias.-Solís, Hist. de la conquista de Méjico.-Memorial de Benito Martinez contra Hernan Cortés, MS.-De rebus gestis Ferdinandi Cortesii, MS. Declaracion de Puertocarrero, MS.-Declaracion de Montejo, idem.- La Carta de Veracruz, id.-Mártir de Angleria, De orbe novo, y de Insulis nuper inventis.--Oviedo, Hist. nat. y gener. de las Indias.-Camargo, Hist. de Tlascala, MS.-Clavigero, Stor. del Messico.-Tezozomoc, Crón. Mejicana.-Sahagun, Hist. de Nueva España.-Robertson, Historia de América.-Moratin, Las Naves de Cortés.-Prescott, Historia de la Conquista de Méjico. Con respecto á la del Perú, pueden verse las siguientes: El P. José Acosta, Historia natural de las Indias. - Pedro Martir de Angleria: De rebus Oceanicis decades.-Relatione d'un capitan spagnuolo della conquista del Perú.-Pedro de Cieza de Leon, la Crónica del Perú.-Paul Chaix, Histoire de l'Amerique Meridionale.-Frezier, Voyage aux cótes du Perú, du Chili, et du Brésil.—Garcilaso de la Vega, Historia de los Incas.-Garcilaso de la Vega, Historia de las guerras civiles de los españoles en las Indias.-Antonio de Herrera, Hist. general de las Indias Occidentales.-Washington Irving, Los compañeros de Colon. -Gonzalo de Oviedo, Hist. general de las Indias Occidentales. William Prescott, History of the Conquest of Perú.—Ramusio, Viaje de Francisco Pizarro, etc. Ternaux-Compans, Voyages, relations et memoires, etc. Ulloa, Memorias filosóficas, históricas y físicas de América.-Juan Velasco, Hist. del reino de Quito.-Francisco de Xerez, Conquista del Perú y de la provincia de Cuzco.-Agustin de Zárate, Historia del Descubrimiento y conquista del Perú.-Quintana, Vidas de Españoles célebres,

Francisco Pizarro.

En la Coleccion de documentos inéditos, tomos 1, 2 y 4, artículos Cárlos I, Hernan Cortés, Benito Martinez, Montejo, Pámfilo de Narvaez, Velazquez (don Diego y don Antonio), y otros varios, se encuentran muy interesantes y curiosos documentos, relativos á la conquista de Nueva España y á la vida del famoso conquistador.

TOMO II

Dos hermanos, Horuc y Haradin, hijos de un alfarero de la isla de Lesbos, llevados de su genio inquieto y de su aficion á la vida aventurera, abandonaron el humilde y pacífico oficio. de su padre, y lanzándose atrevidamente al mar, se dieron á ejercer la piratería (1515). Su actividad y su arrojo les hicieron primeramente dueños de un bergantin que lograron apresar, y á fuerza de valor y de destreza, ayudados tambien de una buena suerte, fueron haciendo tantas presas que llegaron á reunir una flota de doce galeras y varios buques menores. A poco tiempo era ya su nombre el terror de los navegantes, é infundia espanto desde el estrecho de los Dardanelos hasta el de Gibraltar. Acometian con frecuencia las costas de Italia y de España, y el fruto de sus rapiñas iban á venderlo á bajos precios á los puertos de Berbería, donde eran por lo mismo bien recibidos. Al paso que crecia su poder, crecia tambien su ambicion, y no careciendo de talento, elevaban ya sus pensamientos á mas altas aspiraciones que la de ser simples piratas. La ocasion no tardó en venírseles á la mano. El rey de Argel reclamó su ayuda para apoderarse de un fuerte que los gobernadores españoles de Oran habian construido cerca de su capital. Los dos hermanos corsarios, dueños ya de una respetable armada, acudieron en socorro del argelino con cinco mil hombres de desembarco, que fueron recibidos en Argel como libertadores. Aprovecháronse allí del descuido y confianza de los moros, y asesinando secretamente al rey que habia invocado su auxilio, Horuc, el mayor de los dos hermanos, se hizo proclamar rey de Argel. Su política como soberano, su respeto á las costumbres del país, su liberalidad con los que se le mostraban adictos, y su rigor con los que se le manifestaban desafectos, le fueron asegurando el trono y haciendo olvidar el criminal orígen de su poder.

No satisfecha con esto la ambicion de Horuc, acometió á su vecino el rey de Tremecen, le venció en batalla, y agregó á su reino aquellos dominios. Y como continuase al mismo tiempo sus depredaciones por el litoral de Italia y de España, envió Cárlos V tropas al marqués de Gomares, gobernador de Oran, para que en union con el destronado rey de Tremecen hiciese la guerra al terrible Horuc. Condújose en ella el caudillo español con tal energía, que despues de haber derrotado en varios encuentros las tropas del usurpador, le obligó á encerrarse en Tremecen, y al querer este escaparse de la ciudad fué sorprendido y atacado, y murió peleando con un esfuerzo digno de la alta reputacion de que ya por su valor gozaba.

Quedaba su segundo hermano y compañero Chairadin ó Haradin, mas conocido con el nombre de Barbaroja, por el color de su barba, no menos ambicioso, ni de menos resolucion y talento que su hermano. Dedicóse este al arreglo interior de su reino, sin renunciar por eso á las expediciones marítimas, y á extender sus conquistas por el continente de Africa. Y á fin de ponerse á cubierto de los ataques de las armas cristianas, y de las sublevaciones de los árabes y moros de mal grado á su poder sometidos, puso sus Estados bajo la proteccion del sultan de Constantinopla, Soliman II. Este á su vez, habiendo sufrido la armada turca algunas derrotas por las naves imperiales que mandaba el ilustre genovés Andrea Doria, creyó que el único que por su valor y pericia en el mar podia contrarestar la pujanza de aquel famoso marino era Barbaroja, en cuya virtud le ofreció el cargo de almirante de la armada turca. Con esto pasó Barbaroja á Constantinopla, donde, despues de haber hecho algunas presas en el camino, entró con cuarenta velas, siendo grandemente recibido por el sultan, y agasajado por el visir y por los bajáes. Tuvo no obstante Barbaroja que luchar con cierta oposicion y vencer ciertas intrigas de corte, pero manejándose, no ya con la rudeza de un corsario, sino con la astucia de un cortesano y de un hombre político, consiguió su nombramiento de gran almirante, y que le dieran posesion de las galeras, poniéndole el mis

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mo sultan en la mano el alfanje y el pendon real, en señal, sobre todo cómo y por qué medios podria mejor ser atacado; del poder absoluto de que le investia en los mares y puertos á que arribase.

Uno de los grandes proyectos de Barbaroja y en que acertó á inducir al sultan, fué apoderarse del reino de Túnez, el mas floreciente de la costa de Africa en aquel tiempo. Contaba para esto con las discordias que destrozaban aquel reino, gobernado por el traidor Muley Hacen, que habia subido al trono asesinando á su padre y á sus hermanos, uno de los cuales, llamado Al-Raschid, logró salvarse refugiándose en Argel bajo el amparo de Barbaroja, que le llevó consigo á la capital del imperio otomano. Bajo el pretexto pues de colocar en el trono al fugitivo príncipe, proyectó Barbaroja conquistar el reino tunecino y agregarle al imperio de la Sublime Puerta. La idea no podia dejar de ser bien acogida por Soliman, el cual le facilitó gustoso todo lo necesario para la empresa. Al mismo tiempo el pérfido corsario hacia creer al desgraciado Al-Raschid que todo el aparato de guerra y de conquista que veia se dirigia á recobrar para él el reino de que injustamente le habia despojado su hermano. Mas cuando llegó el caso de salir la expedicion, el engañado príncipe se quedó arrestado de órden del sultan, ó mejor dicho, como sepultado, pues no se supo ya mas de él.

Partió, pues, el ya famoso Haradin Barbaroja del puerto de Constantinopla con grande armada, que algunos hacen subir á 250 velas, con buen número de genízaros y soldados turcos, y no pequeña provision de dinero, todo prestado por el sultan, y despues de haber corrido y devastado las costas de Italia, tomó rumbo á Africa y se presentó delante de Túnez, cuando menos se le esperaba. Apoderóse desde luego del fuerte de la Goleta que domina la bahía. Disgustados los tunecinos del gobierno tiránico de Muley Hacen, y creyendo que iba en la armada el príncipe Al-Raschid, levantáronse contra su rey, que tuvo que salir de la ciudad sin poder sacar sus joyas ni dinero, y abrieron las puertas á Barbaroja. Cuando vieron que los soldados turcos no aclamaban sino á Soliman, y que AlRaschid no parecia, convencidos ya de la traicion tomaron furiosamente las armas contra los invasores que de aquella manera los habian burlado. Por de pronto pusieron en bastante aprieto á Barbaroja y los suyos, pero el antiguo corsario, que tenia ya no menos de hábil guerrero que antes habia tenido de terrible pirata, supo manejarse de manera, que envolviendo á los moros y haciendo en ellos gran matanza los obligó á pedir tregua, les persuadió de que habia ido á darles mejor rey que el que tenian, les prometió muchas mercedes, y les hizo reconocer á Soliman por su soberano y á él mismo por su virey, asegurándoles, que cuando no estuvieran contentos con Soliman, les daria á Al-Raschid (agosto, 1533).

Lo primero de que cuidó el conquistador, fué de fortificar mas la Goleta, abriendo á mayor abundamiento una gran zanja entre la fortaleza y la ciudad, por donde entraba el mar haciendo un rodeo de tres ó mas leguas, y servia de ancho y cómodo puerto de abrigo para sus naves. Con esto, y con dominar tan vasto país, resolvió marchar sobre Sicilia con la armada turca y con cuantos corsarios pudo juntar, amenazando tambien á Nápoles, y poniendo en cuidado á todas las potencias, que no podian ver sin susto la aproximacion de tan audaz y poderoso enemigo.

En su general temor todas volvian los ojos al emperador y rey de España, como el único capaz de abatir la pujanza de aquel nuevo y formidable perseguidor de la cristiandad. Y en efecto, sobre ser Cárlos el mas poderoso príncipe, era tambien el mas interesado, puesto que los mas expuestos á las depredaciones del rey pirata eran sus Estados de Cerdeña, de Sicilia, de Calabria, todos los dominios de Italia, de Africa, y aun de España. Así lo comprendió el emperador, y por lo mismo se preparó á quebrantar, y aun á aniquilar si podia, el creciente poder de Barbaroja. Desde luego envió á su criado el genovés Luis de Presendes á Túnez, para que, fingiéndose un comerciante siciliano que iba á vender sus mercancías, con la facilidad le daba su conocimiento del idioma y de las cosque tumbres del país, como hombre que habia vivido algun tiempo en Africa, sondeara con sagacidad y cautela la situacion del rey y del reino, intrigara y sobornara si podia, é indagara

á cuyo efecto le dió una larga instruccion (14 de noviembre, 1534), prescribiéndole la manera cómo habia de manejarse en cada caso (1). Este emisario fué tan desafortunado en su mision, que habiendo sido descubierto y denunciado á Barbaroja por un morisco español, fué inmediatamente degollado, arrastrado por las calles y quemado fuera de los muros de Túnez.

Despachó luego el emperador á Italia (6 de diciembre, 1534) á su gentilhombre Tello de Guzman con cartas para el príncipe Andrea Doria (2), para su embajador en Roma, conde de Cifuentes, y para el mismo pontífice, excitando á todos estos á que en union con los demás príncipes italianos se apercibiesen y preparasen, segun las fuerzas de cada Estado, á ayudarle en la expedicion que meditaba contra Barbaroja, poniéndose de acuerdo y bajo la direccion del gran marino Andrés Doria para el tiempo, órden y lugar en que cada cosa habia de estar aparejada, como negocio grave y que interesaba á la cristiandad entera. Con el propio objeto escribió á los vireyes de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, al marqués del Vasto, Antonio de Leiva y otros generales, ordenándoles aprestasen cuanta gente, navíos y armas pudiesen, mientras por acá el marqués de Mondejar, capitan general del reino de Granada, recogia de órden del emperador hombres, naves y bastimentos, y los tenia listos en los puertos de Andalucía para la proyectada empresa.

Tan á su cargo y con tanto interés la habia tomado el emperador, que á principios del año 1535 se hallaron dispuestos dos mil quinientos españoles de los veteranos de Nápoles, ocho mil tudescos, otros ocho mil italianos, y hasta ocho ó diez mil españoles con una gran parte de la nobleza. El rey de Portugal quiso tambien ayudar á la expedicion con su gente y sus naves (3). Solo Francisco I de Francia, de quien ya se sospechaba ó sabia que llevando hasta un extremo abominable su rivalidad con Cárlos andaba en tratos y connivencias con el

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>>El papa nueve galeras.-Génova ocho galeras.-Nápoles cuatro galeras. La Religion seis galeras.-Cecilia cuatro galeras.

>>Otros señores grandes de Italia, cada uno con lo que puede: que son por todas setenta galeras. En estas viene la gente de Italia que vienen con las naos y con el marqués del Gasto (Vasto).

>>El rey de Portugal envió veintitres carabelas muy ataviadas con dos mil hombres de guerra, y un galion muy hermoso.

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>> De Vizcaya veintitres zabras con mil y quinientos hombres de guerra, dos galeones.

>> Aquí en Barcelona y en estas costas se han tomado ochenta escorchapines para caballos y otras cosas.

>>Saldrán de aquí con S. M. y sus guardas y gente de su casa, y señores y caballeros, y otros muchos aventureros: de esta tierra gran número de gente que no se puede contar al presente, y todos muy bien acompañados, que es cosa muy admirada. Y cada dia viene mas gente, portugueses y españoles. >>

Mas arriba se lee: «De Málaga vienen ochenta naos, las cuales están en Salou... en las cuales vienen ocho mil hombres de paga y mil jinetes, que por lo menos no hay ninguno que no trae uno ó dos consigo, de manera que en esto serán quince mil hombres.»-Coleccion de documentos inéditos, tomo I.

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Ei Marques del Gasto (Vasto) es salido de Genova con edare Lt: en nãos gruesas, entre las enales vienen muy hermosas carria cuales vienen ocho mail alemanes y dos mil y quinientos esp de l viejos que estaban en Italia... Andrea Doria trajo diez y sicte s en ellas ruil y ocho vientos hombres de guerra, y cn evia galero enenta hombres de mos- Don Alvaro de Bazan qui, e galore or misina órden.

I as galeras de Itali

»El papa nueve guleres. Genova ocho galeras.--Nápoles ras. --La Reli ion seis galeras.-- Cecilia cuatro goleras.

› Oʻros señores grandes de Italia, cada uno con lo que vuelo. por todas setenta gleras. En estas viene la gente de Ita qu con s naos y con el marqués del Gasto (Vasto)

El rey de Portugal envió veintitres cara'clas muy ataviadas 20 mil hombres de guerra, y un galion muy hermoso,

»De Vizcaya veintitres zabras con mil y quinientos hombres de ga y dos galeones.

»Aquí en Barcelona y en estas costas se han told) oebapra es pines para caballos y otras cosas.

»Sabîría de aquí con S. M. y sus gardas y gente de su ensa res y caballeros, y otros muchos aventur ros, de est tiera ¿re I de gente que no se pue le contar al presente, y todos muy bien en Redos, que es sa may admirada. Y enda dia viene mas eute ses y españch »

Mas arriba se lec: «De Málaga vieren ochenta mìos, Tas Charit en. Salu, en las eu des vienen oche mi hombres de page VI que por lo menos no hay n tegu ao que no trieur) i dos cons pera que en esto serán qui e val homore-florecion de a indos tomo {.

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TAPIZ QUE REPRESENTA EL EMBARQUE EN BARCELONA DE LA EXPEDICION CONTRA TUNEZ MANDADA POR EL EMPERADOR CARLOS V.

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