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110537

D.P66 .L2

His F 6-22-17

HISTORIA GENERAL DE ESPAÑA.

PARTE SEGUNDA.

EDAD MEDIA.

LIBRO III.

CAPÍTULO I.

ALFONSO X. (el Sabio) EN CASTILLA:

JAIME I. (el Conquistador) EN ARAGON.

De 1252 1276.

Primer período del reinado de don Alfonso el Sabio.—Renueva la alianza de su padre con el rey Ben Alhamar de Granada. Sabio gobierno del emir granadino: prosperidad de su estado.- Conquistas de Alfonso de Castilla.-Cede el Algarbe á Portugal.-Su proyectada espedicion á Africa.-Empresas frustradas sobre Navarra y Gascuña.Defeccion de su hermano don Enrique y del señor de Vizcaya.-Es elegido emperador de Alemania. Contrariedades que esperimenta para la posesion de la corona imperial. Niéganle su confirmacion los pontifices.-Consume los tesoros de su reino en reclamaciones inútiles. Su entrevista con el papa. Exito desgraciado de estas negociaciones. Rebelion de los moros valencianos: término que tuvo.— Situación de Aragon.-Política de don Jaime dentro y fuera de su

reino.-Levantamiento de los moros de Andalucía y Murcia. Guerra entre el rey de Castilla y el de Granada: auxilia don Jaime á su yerno don Alfonso: tratado de Alcalá de Ben Zaide.-Enlaza la casa de Aragon con la de Sicilia.-Célebres bodas del infante don Fernando de la Cerda con la hija de San Luis, rey de Francia.-Don Jaime el Conquistador einprende una espedicion à la Tierra Santa: su resultado. -Rebelion de nobles en Castilla: el infante don Felipe: pásanse los sublevados al rey moro de Granada: sus pretensiones: término de esta rebelion: tregua de Sevilla.-Invasion de los Beni-Merines de Africa en Andalucía: muerte de los infantes don Fernando de la Cerda y don Sancho: regresa don Alfonso de su entrevista con el papa: tregua de dos años con los moros africanos y andaluces.-Turbulencias en Aragon y discordias entre el rey, sus hijos y los ricos-hombres.-Va don Jaime al concilio general de Lyon, y vuelve desabrido con el papa. Muerte de don Enrique de Navarra: alteraciones en este reino: pasa la corona á la casa real de Francia.-Nueva sublevacion de moros en Valencia.-Muerte y testamento de don Jaime I. el Conquistador.

Ningún príncipe español desde el octavo hasta el decimotercio siglo habia recogido tan rica herencia como la que legó á su muerte San Fernando á su hijo primogénito Alfonso, que al dia siguiente del fallecimiento de su ilustre padre, y á la edad ya madura de 31 años (1.° de junio, 1252), ciñó una corona y empuñó un cetro á que estaban sometidos los dilatados territorios de Asturias, Galicia, Leon, Castilla, Murcia y la mayor parte de Andalucía. Veremos si el reinado de Alfonso X. correspondió á las esperanzas que hacia concebir la grandeza de los estados que heredaba, la educacion que habia recibido, el ejemplo que habia tenido á la vista, el papel importante que ya como príncipe habia desempeñado, y el talen

to y la ilustracion que le valieron el sobrenombre de Sabio con que el mundo y la historia le conocen.

Tan luego como Ben Alhamar de Granada supo la muerte de su aliado y amigo Fernando de Castilla, envió á su hijo Alfonso cien principales moros vestidos de luto para que asistiesen á los funerales del difunto monarca, como lo verificaron, llevando en sus manos antorchas ó cirios encendidos. Dábale en esto una prueba de su disposicion á mantener con él las mismas relaciones de amistad que con su padre, y á reconocérsele su vasallo. Alfonso por su parte tampoco tuvo reparo en reconocer la alianza y los pactos que con el rey de Granada habia su padre establecido en lo cual de cierto obraba con más sinceridad el castellano que el moro, toda vez que éste, como no tardaremos en ver, solo aguardaba oportuna sazon y momento para sacudir el yugo y libertarse del vasaHage del cristiano.

Tenia Ben Alhamar eminentes dotes de príncipe, y sabia regir con tino y prudencia un reino. En los años que disfrutó de paz, antes y despues de la muerte de San Fernando, hizo florecer las artes, el comercio y la industria en sus dominios; merced á su proteccion tomó fomento la agricultura, multiplicáronse los productos de la tierra, perfeccionáronse las manufacturas, cultivábase con provecho la minería, y recibieron considerable aumento las rentas del estado; con sabias leyes y con premios y exencio

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nes concedidas al mérito y á la laboriosidad se estimulaban á la aplicacion sus vasallos, las letras tenian en él un protector generoso, erigíanse escuelas, se fundaban colegios, y los maestros y profesores eran anchurosamente remunerados; el desarrollo intelectual marchaba al nivel de la prosperidad material; él mismo visitaba los talleres, inspeccionaba las escuelas y colegios, examinaba el estado de los baños públicos, entraba en los hospitales y se informaba personalmente sobre el esmero ó el descuido con que se asistia á los enfermos y el mismo que como soberano daba audiencia dos dias á la semana indistintamente á ricos y pobres, oyendo las quejas y reclamaciones de todos para fallar en justicia, se mezclaba modestamente entre los obreros y albañiles que trabajaban en la construccion del gran palacio de la Alhambra. Con un príncipe de tan altas prendas, que por otra parte acogia benévolamente á todos los refugiados musulmanes que á millares acudian cada dia á su reino de las ciudades conquistadas por las armas cristianas, el pequeño estado granadino, circunscrito á estrechos límites, pero rebosando de poblacion y gobernado con sabiduría, recordaba el esplendor y traia á la memoria el brillo del antiguo imperio de los califas.

Menos atinado en las cosas de gobierno el nuevo rey de Castilla, disgustó pronto á sus súbditos con la medida que tomó de alterar el valor de la moneda para remediar la escasez, de dinero que por efecto de

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