Coleccion de trozos escojidos de los mejores hablistas castellanos: en verso y prosa, heeha para el uso de la casa de education sita en la calle de San Mateo de esta corteImp. de Don Leon Amarita, Carrera de San Francisco, 1821 |
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... Sancho Panza . Aquellos que allí ves , respondió su amo , de los brazos largos , que los suelen tener algunos casi de dos leguas . Mire vuestra merced , respon- dió Sancho , que aquellos que alli se pare- cen , no son jigantes sino ...
... Sancho Panza . Aquellos que allí ves , respondió su amo , de los brazos largos , que los suelen tener algunos casi de dos leguas . Mire vuestra merced , respon- dió Sancho , que aquellos que alli se pare- cen , no son jigantes sino ...
Página 4
... Sancho le daba advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento y no jigantes , aquellos que iba a aco- meter . Pero él iba tan puesto en que eran jigantes , que ni oia las voces de su escu- dero Sancho , ni echaba de ver ...
... Sancho le daba advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento y no jigantes , aquellos que iba a aco- meter . Pero él iba tan puesto en que eran jigantes , que ni oia las voces de su escu- dero Sancho , ni echaba de ver ...
Página 5
... Sancho Panza á socorrerle á todo el correr de su asno ; y cuando llegó , halló que no se podia menear : tal fue el golpe que dió con el Rocinante . ¡ Válame Dios dijo Sancho : ¿ no le dije yo á vuestra mer- ced que mirase bien lo que ...
... Sancho Panza á socorrerle á todo el correr de su asno ; y cuando llegó , halló que no se podia menear : tal fue el golpe que dió con el Rocinante . ¡ Válame Dios dijo Sancho : ¿ no le dije yo á vuestra mer- ced que mirase bien lo que ...
Página 7
... Sancho , que mirase que era hora de comer . Res- pondióle su amo , que por entonces no le hacia menester , que comiese él cuando se le antojase . Con esta licencia se acomo- dó Sancho lo mejor que pudo sobre su jumento ; y sacando de ...
... Sancho , que mirase que era hora de comer . Res- pondióle su amo , que por entonces no le hacia menester , que comiese él cuando se le antojase . Con esta licencia se acomo- dó Sancho lo mejor que pudo sobre su jumento ; y sacando de ...
Página 8
... Sancho Panza , que como tenia el es- tômago lleno , y no de agua de chicorias , de un sueño se la llevó ; y no fueran par . te para despertarle , si su amo no le llama- ra , los rayos del sol le daban en el rostro , ni el canto de las ...
... Sancho Panza , que como tenia el es- tômago lleno , y no de agua de chicorias , de un sueño se la llevó ; y no fueran par . te para despertarle , si su amo no le llama- ra , los rayos del sol le daban en el rostro , ni el canto de las ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 54 - Mi paz os doy, mi paz os dejo, paz sea con vosotros"; bien como joya y prenda dada y dejada de tal mano : joya que, sin ella, en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno.
Página 61 - Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería, a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención...
Página 5 - Quijote-, que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza: cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene: mas, al cabo al cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.
Página 123 - ... mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros ; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies...
Página 15 - Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto.
Página 20 - Plata. El otro de las armas de las flores de oro, que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, Gran Duque de Quirocia.
Página 41 - Sancho amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos.
Página 20 - ... —Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un león coronado, rendido a los pies de una doncella, es el valeroso Laurcalco, señor de la Puente de Plata. El otro de las armas de las flores...
Página 1 - ¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, desta manera?
Página 17 - No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.