Coleccion de trozos escojidos de los mejores hablistas castellanos: en verso y prosa, heeha para el uso de la casa de education sita en la calle de San Mateo de esta corteImp. de Don Leon Amarita, Carrera de San Francisco, 1821 |
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Resultados 1-5 de 31
Página 40
... causa mayor pena , que la hambre . Parecióle bien el consejo á D. Qui- jote , y tomando de la rienda á Rocinante , Sancho del cabestro á su asno , despues de haber puesto sobre él los relieves , que de la cena quedaron , comenzaron á ca ...
... causa mayor pena , que la hambre . Parecióle bien el consejo á D. Qui- jote , y tomando de la rienda á Rocinante , Sancho del cabestro á su asno , despues de haber puesto sobre él los relieves , que de la cena quedaron , comenzaron á ca ...
Página 49
... causa , sin que pudiese ser otra , de aquel horrisono y para ellos espantable rui- do , que tan suspensos y medrosos toda la noche los habia tenido . Y eran ( sino lo has , ó lector , por pesadumbre y enojo ) seis mazos de batan , que ...
... causa , sin que pudiese ser otra , de aquel horrisono y para ellos espantable rui- do , que tan suspensos y medrosos toda la noche los habia tenido . Y eran ( sino lo has , ó lector , por pesadumbre y enojo ) seis mazos de batan , que ...
Página 61
... causa á que un infame y cobarde bra- zo quite la vida á un valeroso caballero , y que , sin saber cómo ó por donde , en la mitad del coraje y brio , que enciende y ani- ma á los valientes pechos , llega una des- mandada bala , disparada ...
... causa á que un infame y cobarde bra- zo quite la vida á un valeroso caballero , y que , sin saber cómo ó por donde , en la mitad del coraje y brio , que enciende y ani- ma á los valientes pechos , llega una des- mandada bala , disparada ...
Página 131
... causa de esta gran felicidad- Idem . IV . Razonamiento del rey D. Rodrigo á sus solda- dos antes de la batalla del Guadalete . Mucho me alegro , soldados , que haya llegado el tiempo de vengar las injurias he- chas á nosotros y á ...
... causa de esta gran felicidad- Idem . IV . Razonamiento del rey D. Rodrigo á sus solda- dos antes de la batalla del Guadalete . Mucho me alegro , soldados , que haya llegado el tiempo de vengar las injurias he- chas á nosotros y á ...
Página 133
... causa de alegria : no hay cosa mas torpe que vivir vencidos y afrentados : los que habeis domado la Asia y la Africa , y al presente , no tanto por mi respeto cuanto de vuestra voluntad , acometeis á haceros señores de España , debeis ...
... causa de alegria : no hay cosa mas torpe que vivir vencidos y afrentados : los que habeis domado la Asia y la Africa , y al presente , no tanto por mi respeto cuanto de vuestra voluntad , acometeis á haceros señores de España , debeis ...
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Términos y frases comunes
acometer agra amigos andantes ánimo aora armas arte artes asno batalla Berenguer de Entenza brazo buen caballeros caballos capitan Carlos III castillo cielo cion concilio de Mantua corazon cosas cristianos cuya daño debe debeis debia dejó demas despues dice digno digo dijo dilijencia dió dumbre ejército enemigos enmedio entonces escudero espada España esperanza espíritu estaba exorta felicidad fuerzas gloria guerra gusto habeis habia halla Hernan Cortés hijos hizo Idem injenio interes jeneral jénero jente jigantes llegó mano merced mirar moros muerte mundo nacion Nápoles Narvaez noche nombre nues ojos Oracion parece paso Pedro de Alvarado pelear peligro poco podia primero príncipe público pudo pueblo puerto Lápice Quijote razon rebuzno reino relijion resolucion respondió Sancho Rocinante Sancho Panza siglos soldados suelo tambien templo teneis tenia tierra tros vencidos venia ventura verdad victoria volver Zempoala
Pasajes populares
Página 54 - Mi paz os doy, mi paz os dejo, paz sea con vosotros"; bien como joya y prenda dada y dejada de tal mano : joya que, sin ella, en la tierra ni en el cielo puede haber bien alguno.
Página 61 - Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de aquestos endemoniados instrumentos de la artillería, a cuyo inventor tengo para mí que en el infierno se le está dando el premio de su diabólica invención...
Página 5 - Quijote-, que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza: cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinos por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene: mas, al cabo al cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.
Página 123 - ... mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros ; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies...
Página 15 - Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto.
Página 20 - Plata. El otro de las armas de las flores de oro, que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, Gran Duque de Quirocia.
Página 41 - Sancho amigo, has de saber que yo nací, por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos.
Página 20 - ... —Aquel caballero que allí ves de las armas jaldes, que trae en el escudo un león coronado, rendido a los pies de una doncella, es el valeroso Laurcalco, señor de la Puente de Plata. El otro de las armas de las flores...
Página 1 - ¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, desta manera?
Página 17 - No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.