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Tambien mediaron negociaciones particulares entre las córtes de Madrid y Lóndres para ver de arreglar definitivamente los puntos que entre estas dos potencias habian quedado indecisos ó pendientes en el tratado de paz. Siempre habia sido Gibraltar el tropiezo para todos los tratos. Si en el ministerio Shelburne habia dejado columbrar el gabinete inglés algunas esperanzas de devolucion, éstas habian desaparecido si por acaso alguna vez se creyó en ellas, con la negativa espresa de Fox. Por otra parte, nunca en este punto aflojaba el interés de Cárlos III., ni cedia el empeño del ministro Floridablanca. Era el tema perpétuo de discusion, y á la obstinacion de Inglaterra correspondia la perseverancia no menos tenaz del monarca y del gobierno español. Revivió en la córte española alguna esperanza con el nombramiento de Pitt, que habia formado ya parte del ministerio Shelburne, y pareció ocasion oportuna para renovar la pretension. «Considero á Gibraltar, decia Floridablanca, como una piaza cuya importancia y valor se ponderan tal vez demasiado, pero que es una espina perpétua para España, y un grande obstáculo para que sea cordial y sincera la amistad entre las dos naciones. Durante mucho tiempo he estudiado este negocio bajo todos sus aspectos, reflexionándolo mucho. Mil compensaciones habria equivalentes á los ojos de la

esto justicia al monarca español. los Borbones, c. 77. Véase William Coxe, España bajo

cordura nacional, pero en Inglaterra hay preocupaciones que ahogan todos los demas argumentos.» Mas convencido de que no habia compensacion que moviera al gobierno británico á acceder á la cesion de Gibraltar, tuvo que dejar de insistir en ella, aunque de mal humor. Conveníale, no obstante, á Inglaterra, y en ello tenia el mayor interés, no enojar á la córte de España ni ponerla en el caso de apoyar otra vez por resentimiento los proyectos de los franceses, y de esta circunstancia se aprovechó el gabinete de Madrid para obtener del de Lóndres concesiones ventajosas en la cuestion 1elativa á los límites de los establecimientos ingleses en la bahía de Honduras; y no lo fueron poco las cláusulas del convenio, á que se debió el poder atajar el inmenso contrabando que hasta entonces habian estado haciendo los ingleses desde aquellos establecimientos con las vecinas colonias. No faltó quien hiciera una mocion en el parlamento proponiendo la desaprobacion del tratado como desventajoso á la Gran Bretaña, pero interesábale á la sazon al gobierno inglés no irritar al español, aunque fuese á costa de algun sacrificio, y el convenio fué ratificado, con no poca satisfaccion de Cárlos III. (4).

Tales fueron los principales rasgos y los resultados mas notables de la política exterior de Cárlos en los años que iban tocando ya al fin de su reinado: po

(1) Comunicaciones de lord relativas á este convenio. Auckland.-Reyden, Observaciones

lítica de que le felicitaba Floridablanca diciendo: «Despues de los matrimonios y tratados con Portugal han ocurrido con las potencias estrangeras varios sucesos importantes, que seria largo referir, en que V. M. ha conseguido hacerse respetar y venerar de un modo pocas veces visto de mas de dos siglos á esta parte. Basta por ahora recordar lo que experimentó en el año pasado de 1787 al tiempo que las turbaciones con la Holanda y las desavenencias con este motivo de la Francia con la Inglaterra y Prusia amenazaban un incendio general á la Europa. La voz de V. M. levantada con tanto vigor como prudencia se hizo oir en aquellos y otros gabinetes, y sus disposiciones y preparativos calmaron la tempestad, asegurándose la paz, y aun la mejor armonía con Prusia, y con la misma Inglaterra (1). >>

(1) Memorial de Floridablanca.

CAPÍTULO XVII.

REFORMAS ÚTILES.

SISTEMA DE BENEFICENCIA PÚBLICA.

De 1777 1788.

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Empeño en desterrar la holganza y en inspirar apego al trabajo.— Ejemplo del rey con los mendigos de los sitios reales.-Asilos de beneficencia.-Hospicio de Madrid.-Providencias para el recogimiento de mendigos.-Junta general y diputaciones de caridad.Sus deberes y atribuciones.-Distribucion de limosnas.-Medidas contra vagos, ociosos y pretendientes en córte.-Asociacion benéfica de señoras.-Escuelas gratuitas de niños y niñas pobres.-Enseñanza de labores y oficios.-Multiplicacion de hospicios y casas de misericordia en provincias. Hospitalidad domiciliaria. - Celo caritativo de los prelados españoles.-Fondo Pio Beneficial.-Sistema organizado para desterrar la vagancia y socorrer la verdadera necesidad.-Ideas del ministro Floridablanca sobre este punto. Escritos y publicaciones sobre el ejercicio discreto de la caridad y de la limosna.-Certámen promovido por la Sociedad Económica de Madrid: premio.—Declara el rey oficios honestos y honrados los que antes se tenian por viles é infamantes.-Provision contra falsos peregrinos, fingidos estudiantes, titereros, y buhoneros ambulantes.-Célebre pragmática reduciendo los gitanos á la vida civil y cristiana: resultado que produjo.-Ocupacion de mugeres en fábricas y manufacturas.-Organizacion de socorros públicos en las epidemias.-Ejemplo del rey.-Pragmática para la

formacion y construccion de cementerios fuera de las poblaciones. -Firmeza, pulso y discrecion con que se planteaban estas reformas.

Una de las cosas que causan mas admiracion, Ꭹ que al propio tiempo honran mas á este reinado, es la solicitud y el afan con que el soberano y sus ministros, en medio de tantos, tan graves y complicados negocios como abarcaba su política exterior y sus relaciones con todas las potencias de Europa, se consagraban á mejorar la situacíon interior del reino, á establecer el buen órden y concierto en la administracion del Estado, á moralizar y civilizar la sociedad española. Algunos capítulos hemos dedicado ya á dar noticia de las providencias y medidas que en este sentido habian ido sucesivamente dictando el monarca y sus ministros, consejos y tribunales, en los dos primeros períodos de este reinado (1). Cúmplenos ahora continuar la misma tarea desde la época que aquellos abarcaban.

Un rey tan ilustrado, tan celoso y de tan buenos deseos como Cárlos III., y unos ministros tan instruidos, tan laboriosos y tan eficaces camo los que él sabia escoger y llamar y conservar á su lado, no podian tolerar, ni menos ver con indiferencia, sin aplicar la mano al remedio, los male s, los desórdenes, los vicios y los crímenes que en toda sociedad oca

(1) Véanse los capítulos 1.o al 4.o y 10.o al 13.o de este libro.

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