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colores las grandes ventajas que la neutralidad armada le habria de reportar para la tranquilidad interior para la conservacion y seguridad de los dominios de América (1).

Fuesen ó no justas ó atendibles las razones del conde de Aranda y de los que pudieran opinar como él, la neutralidad que aconsejaba era insostenible en el estado á que habian llegado las cosas, porque se habia hecho ya incompatible con las pretensiones mismas del gobierno francés, que al siguiente dia del su

(1) Hé aquí una muestra de las cuentas que Aranda se hacia. «Si pudiésemos mantener una neutralidad armada, las resultas serian infaliblemente las siguientes: Los franceses habrian de ser ó felices ó desgraciados en la contienda. Si eran felices, no se habrian agriado con nosotros, y siéndoles necesario el descanso despues de tanta agitacion, ó cuando menos vivir en lo sucesivo en buena inteligencia con algunos Estados, fuera muy natural que teniendo interés tan verdadero en vivir bien con nosotros, lo hiciesen................. Si los franceses eran desgraciados, entonces si que la inaccion armada seria ventajosa, porque desplegaríames nuestras fuerzas, y cargando sobre los franceses, ya flacos y turbados con sus reveses por otras partes, daríamos un golpe decisivo y seríamos vencedores sin mucho riesgo. Entonces podria V. M., como tan interesado en restablecer los derechos de su familia, presentarse á reclamar la reposicion de ella en el trono de Francia.

«La neutralidad armada no solo es conveniente con respecto á la contienda de Europa, sino que nos

conviene tambien para nuestros Estados de América. No hay que hacernos ilusiones en cuanto á esto. No se piense que nuestra América está tan inocente como en los siglos pasados, ni tan despoblada, ni se crea que faitan gentes instruidas que ven que aquellos habitantes están olvidados en su propio suelo, que son tratados con rigor, y que les chupan la sustancia los nacidos en la matriz, ni ignoran tampoco que en varias partes de aquel continente ha habido fuertes conmociones, y costado gentes y caudales el sosegarlas; para lo cual ha sido necesario que fuesen fuerzas de Europa. No se les ocuita nada de lo que por aquí pasa, tienen libros que los instruyan de las nuevas máximas de libertad. y no faltarán propagandistas que irán á persuadirles, si llega el caso. La parte del mar del Sur está ya contagiada; la del mar del Norte tiene, no solo el ejempio, sino tambien el influjo de las colonias inglesas, que estando próximas pueden dar auxilios. Rodéanla tambien muchas islas de varias naciones, que en caso de levantamientos se mirarian como americanas........ etc.>>

plicio del rey habia prevenido á sus agentes diplomáticos que declarasen la guerra á toda nacion que no diese una respuesta categórica y satisfactoria. Prueba de ello es que en la conferencia que aun tuvo el duque de la Alcudia con el ciudadano Bourgoing, todavía el ministro español se avenia á entrar en nuevo ajuste con Francia con solas dos condiciones: la primera, que se tratase sobre la suerte de los augustos y desgraciados presos que aun gemian sin consuelo alguno en el Temple; la segunda, que el gobierno de la república revocára los decretos concernientes al sistema de propaganda y de subversion de los demas pueblos, reprimiendo tambien la anarquía de las facciones, dejándola por lo demás gobernarse interiormente como quisiera, con tal que ella no inquietára las demas naciones. A lo cual respondió Bourgoing, no sin manifestar gran pena, que no se atrevia á proponer condiciones tan razonables y justas, porque las instrucciones de su gobierno eran terminantes, que no permitia mas partido que la neutralidad y el desarme recíproco, pero reservándose la Francia el derecho de mantener guarniciones suficientes en sus puertos inmediatos á la frontera. «La guerra, añadió, es infalible si la España no desarma.-Pues bien, replicó Godoy, la España está justificada.» Y se te: minó la conferencia, y Bourgoing pidió sus pasaportes para Francia.

Así fué que la primera declaracion de guerra partió de la Convencion (7 de marzo, 1793). Fundábala

ó en frívolos pretestos ó en supuestos ó exagerados agravios, contando entre estos, «que el rey de España habia mostrado adhesion á Luis XVI. y dejado tras1ucir un designio formal de sostenerle, » como si de esto pudiera hacérsele un cargo, y menos un crímen (1). Del espíritu de aquel documento, redactado por el célebre Barrére, pueden dar idea los siguientes breves párrafos de su principio y de su conclusion: «Las intrigas de la córte de San James, decia el primero. <han triunfado en Madrid, y el nuncio del papa ha afi<< lado los puñales del fanatismo en los Estados del rey «Católico.» «Se necesita obrar, decia el último, y que <«<los Borbones desaparezcan de un trono que usurpa«ron con los brazos y tesores de nuestros padres. Sea <«<llevada la libertad al clima mas bello y al pueblo mas << magnánimo de la Europa. »>

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El manifiesto con que el gobierno español contestó á aquella declaracion de guerra fué más mesurado en el lenguaje, sin dejar de ser más fuerte y más justo

(1) Redncíause los demás á lo siguiente: Que España habia ultrajado la soberanía del pueblo francés, dando constantemente à Luis XVI. el título de sobe ano:Que los franceses residentes en España habian sufrido multiplicadas vejaciones:-Que los españoles habian favorecido la rebelion de los negros de Santo Domingo:-Que el gobierno español despues del 10 de agosto de 92 mando retirar á su embajador de París, no queriendo reconocer el Consejo ejecutivo provisional:-Que España habia hecho armamentos de mar y tierra,

dando á entender con esto que en traba en la coalicion de las potencias enemigas de la Francia:Que enviaba tropas á la frontera, y amparaba á los emigrados:-Que recibida la noticia del suplicio de Luis XVI., el rey de España habia inferido agravio á la república suspendiendo sus comunicaciones con el embajador: Que el gobierno español se habia aliado íntimamente con el gabinete inglés, al cual la república habia declarado guerra, etc.-Monitor del 8 de marzo, 1793.

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en las razones y en las quejas. «Mis principales miras, «decia el rey despues en un corto y sentido preámbulo, «se reducian á descubrir si seria dable reducir á los «franceses á un partido racional, que detuviese su des«mesurada ambicion, evitando una guerra general en «Europa, y á procurar conseguir á lo menos la liber-«tad del rey Cristianísimo Luis XVI. y de su augusta familia, presos en una torre y espuestos diariamente «á los mayores insultos y peligros. Para conseguir es«<tos fines tan útiles á la quietud universal, tan confor<<mes á las leyes de la humanidad, tan correspondien«tes á las obligaciones que imponen los vínculos de la << sangre, y tan debidos al mantenimiento del lustre de «la corona, cedí á las reiteradas instancias del minis«terio francés, haciendò estender dos notas en que se «estipulaba la neutralidad y el retiro recíproco de tro«pas. Cuando parecia consiguiente á lo que se habia << tratado las admitiesen ambas, mudaron la del retiro de tropas, proponiendo dejar parte de las suyas en «<los cercanías de Bayona, con el especioso pretesto de << temer alguna invasion de los ingleses, pero en reali«dad para sacar el partido que les conviniese, man<«teniéndose en un estado temible y dispendioso para «nosotros......... Habia mandado yo que al presentar «en París las notas estendidas aquí, se hiciesen los

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más eficaces oficios en favor del rey Luis XVI. y de «su desgraciada familia; y si no mandé fuese condicion <<precisa de la neutralidad y desarme el mejorar la 27

ΤΟΜΟ ΧΧΙ.

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«suerte de aquellos príncipes, fué temiendo empeorar << así la causa en cuyo feliz éxito tomaba tan vivo y tan «debido interés........... Su mala fé (la del ministerio << francés) se manifestó desde luego, pues al paso que « se desentendia de la recomendacion é interposicion «de un soberano que está á la frente de una nacion «<grande y generosa, instaba para que se admitiesen <«<las notas alteradas, acompañando cada instancia con <«<amagos de que, si no se admitian, se retiraria de aquí <la persona encargada de tratar sus negocios. Mientras «continuaban estas instancias, mezcladas con amena«<zas, estaban cometiendo el cruel é inaudito asesinato «de su soberano...................... Finalmente, el dia 7 del cor<«<riente nos declararon la guerra, que ya nos estaban «haciendo (aunque sin haberla publicado) por lo me«nos desde el 26 de febrero, pues esta es la fecha de <«la patente de corso contra nuestras naves de guerra «y comercio......... En consecuencia de tal conducta, «y de las hostilidades empezadas por parte de la Fran<«cia, aun antes de declararnos la guerra, he expedido << todas las órdenes convenientes á fin de detener, re«chazar ó acometer al enemigo por mar ó por tierra... he resuelto y mando que desde luego se publique «<en esta córte la guerra contra la Francia, etc. En Aranjuez á 23 de marzo de 1793 (1).»

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Menester es decir, en honor de la verdad, que

(1) Este documento se publicó en la Gaceta de 29 de marzo.

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