Orígenes del teatro español: seguidos de una colección escogida de piezas dramáticas anteriores a Lope de Vega

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Garnier Hermanos, 1838 - 582 páginas
 

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Pasajes populares

Página 488 - Majestad, significándole mis servicios y mis necesidades presentes; que no cae en mengua el soldado que dice que es pobre; el cual memorial salió decretado y remitido al limosnero mayor; y, sin atender...
Página 127 - Tuve otras cosas en que ocuparme; dejé la pluma y las comedias, y entró luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzóse con la monarquía cómica.
Página 48 - En el tiempo de este célebre español todos los aparatos de un autor de comedias se encerraban en un costal, y se cifraban en cuatro pellicos blancos guarnecidos de guadamecí dorado; y en cuatro barbas y cabelleras y cuatro cayados, poco más o menos.
Página 45 - ¡qué de milagros falsos fingen en ellas, qué de cosas apócrifas y mal entendidas, atribuyendo a un santo los milagros de otro! Y aun en las humanas se atreven a hacer milagros, sin más respeto ni consideración que parecerles que allí estará bien el tal milagro y apariencia...
Página 48 - ... cuatro bancos en cuadro y cuatro o seis tablas encima, con que se levantaba del suelo cuatro palmos; ni menos bajaban del cielo nubes con ángeles o con almas. El adorno del teatro era una manta vieja, tirada con dos cordeles de una parte a otra, que hacía lo que llaman vestuario, detrás de la cual estaban los músicos cantando sin guitarra algún romance antiguo.
Página 460 - No con tanta presteza el rayo ardiente Pasa rompiendo el aire en presto vuelo, Ni tanto la cometa reluciente Se muestra ir presurosa por el cielo, Como estos dos por medio de tu gente Pasaron, colorando el duro suelo Con la sangre romana; que sacaban Sus espadas do quiera que llegaban.
Página 164 - ... contador: finalmente que seria mucha parte su .buena habilidad para entender y tratar en el oficio de secretario de Valiano mi señor, porque como hasta agora sea mozo y por casar, no tiene copia cumplida de los oficiales que á su estado y renta conviene.
Página 226 - Con mis fortunas, adversas otras, me sobrevino mengua de dinero. No supe mejor remedio que vender un poco de hilado que para unas toquillas tenía allegado.
Página 118 - Ofrecióse a mis ojos la ribera y el monte donde el grande Carlos tuvo levantada en el aire su bandera, y el mar que tanto esfuerzo no sostuvo, pues movido de envidia de su gloria, airado entonces más que nunca estuvo.
Página 226 - CELESTINA. — ¿Tal, señora? Tal sea mi vida y mi vejez y la de quien parte quisiere de mi jura. Delgado como el pelo de la cabeza, igual, recio como cuerdas de vihuela, blanco como el copo de la nieve, hilado todo por estos pulgares, aspado y aderezado.

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